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Entregan al INAH más de 200 piezas prehispánicas mayas

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Una importante colección arqueológica de poco más de 200 piezas, realizadas en su mayoría entre 700 y 1100 d.C y vinculadas al desarrollo de ciudades prehispánicas mayas de la región Puuc o Serrana de Yucatán, fue recibida por el INAH en dicha entidad. RML. Foto: Especial/ INAH
Los objetos más llamativos son un centenar de cascabeles de cobre: redondos, achatados y alargados, que debieron conformar un adorno pectoral.
jueves, 9 de febrero de 2012
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Una importante colección de más de 200 objetos arqueológicos de los años 700 y 1100 d.C., realizados por antiguos pueblos de la región Puuc o Serrana de Yucatán, fue entregada por Luis Arana al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estatal.

El acervo arqueológico fue conformado hace 80 años por su padre, Héctor Arana, uno de los primeros guías de turistas de los sitios que se ubican en esa área cultural del Puuc.

De esa manera entre los años 30 y 60 del siglo pasado llegaron diversas piezas prehispánicas a la casa familiar, ubicada en la ciudad de Muna, cerca de la Zona Arqueológica de Uxmal.

Luis Arana, quien también fue guía, entregó la colección al Centro INAH-Yucatán, donde Jacqueline de la Garza Gómez, jefe de Trámites y Servicios Legales de la institución, levantó un acta de entrega-recepción de cada una de las piezas, además de realizar una descripción por lotes, de acuerdo al tipo de material: lítica, cerámica, concha y metal.

Pese al desconocimiento sobre el contexto arqueológico en que fueron encontradas estas piezas, el arqueólogo Ricardo Rodolfo Antorcha, colaborador del Proyecto Uxmal, comentó que “gran parte de los objetos proceden de la región Puuc y pertenecen al complejo Cehpech, entre finales del periodo Clásico Tardío (700-750 d.C.) y última etapa del Clásico Terminal (1000-1100 d.C.)”.

En la colección, hay un lote de piezas de cerámica —en su mayoría de tipo pizarra (de apariencia lustrosa)— que asciende a 54, entre cajetes, platos, platos trípodes, cuencos, jarras y platos miniatura.

“También hay navajillas de obsidiana negra, en este caso hablamos de un material de origen volcánico que probablemente proceda de Guatemala o El Salvador, del sur del área maya.

Además de cuchillos de pedernal y de obsidiana, así como maceradores y machacadores, que fueron realizados con materiales locales, de la Península de Yucatán”, detalló el arqueólogo.

Los objetos más llamativos son un centenar de cascabeles de cobre: redondos, achatados y alargados, que debieron conformar un adorno pectoral, poco común en ofrendas prehispánicas, por lo que es posible que daten del periodo Posclásico, posterior a 1000 d.C.

También hay cabezas de figurillas antropomorfas y zoomorfas; un caracol que fue utilizado como tintero por algún escriba o pintor, así como fotografías, cartas y mapas, entre otros documentos, varios referentes a las andanzas del conocido arqueólogo estadounidense Sylvanus Morley (1883-1948), quien además de haber excavado en Chichén Itzá, también lo hizo en sitios del Puuc, como Uxmal.

Las misivas son producto de la correspondencia que mantuvo Héctor Arana, con el arqueólogo Morley. Éste último solicitaba en ellas, víveres y ayuda para trasladar personas a las “ruinas”.

La región Puuc o Serrana de Yucatán se localiza al sur de la entidad y limita al norte con el estado de Campeche. Sus grandes extensiones de tierras fértiles influyeron en el asentamiento de un importante número de antiguos pueblos mayas cuya arquitectura se caracterizó por la decoración de edificios públicos como Uxmal.

EL UNIVERSAL/MMM

 

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