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Renacen vehículos para apoyar a economía

miércoles, 11 de abril de 2012
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El regreso de los autos eléctricos, que nacieron y murieron en el siglo XIX, podría traer consigo grandes beneficios económicos y ambientales a nuestro país.

Comparados con sus primos movidos por gasolina, los autos eléctricos requieren menor mantenimiento y no producen emisiones. Sin embargo, la electricidad que consumen debe ser producida de alguna manera.

Si esto último lo seguimos haciendo de forma convencional, tendríamos que quemar más combustibles fósiles en las plantas termoeléctricas.

Aún así, la cantidad total de emisiones hacia la atmósfera que se generarían por el uso de estos vehículos sería mucho menor que la actual.

Recordemos, además, que los mexicanos importamos más de la mitad de la gasolina que consumimos, por lo que el uso masivo de autos eléctricos reduciría dicha necesidad.

Tendríamos que quemar más petróleo crudo, probablemente ya no necesitaríamos construir nuevas refinerías ni importar petróleo refinado.

Los autos eléctricos son cada vez mejores: El Nissan Leaf, puede recorrer 160 kms antes de necesitar una recarga. Este auto esta a la venta en Estados Unidos desde finales del 2010 a un precio de 33 mil dólares y empieza a ser accesible para un segmento de población cada vez más amplio, aunado al empuje de otros fuertes competidores como el nuevo Ford Focus Electric.

Actualmente, el precio de los autos eléctricos es casi el doble del de los autos convencionales de características similares, debido en buena parte al alto costo de las baterías de iones de litio, componente esencial de dichos autos.

Sin embargo, su llegada podría detonar en el corto plazo una revolución económica centrada en el sector de las energías renovables que, al mismo tiempo, reduciría su precio en forma dramática: Podría ser, por ejemplo, que las nuevas estaciones de recarga usaran celdas solares para generar electricidad.

Esto reduciría aún más la huella ecológica de los autos eléctricos, contribuiría a la producción en serie de las fotoceldas y por lo tanto a la reducción en el costo de las mismas.

Si esta reducción de costos llegase a cierto nivel, esto podría provocar, a su vez, que estas fotoceldas empezaran a ser atractivas para las industrias y las casas habitación.

En algunos lugares las “nuevas gasolineras” podrían usar turbinas eólicas de mediana potencia. Se podría desencadenar un mercado para producir rotores, torres y lo necesarios para fabricar aerogeneradores.

En México ya se fabrican palas mecánicas de los aerogeneradores (Mitsubishi) y generadores de potencia industrial y torres metálicas (compañías Trinity y CS Wind), por lo que la fabricación de autos eléctricos y sus componentes podría dar ímpetu a estas industrias.

 

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Opinion

Perfil del Autor

Hugo Elizalde y Ricardo Gánem