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Las nacionalizaciones en América Latina

martes, 15 de mayo de 2012
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Los mercados emergentes están de moda. Sin embargo, no todos son vibrantes economías o sociedades estables. El colapso de las dictaduras del Norte de África y Medio Oriente en 2011 nos lo recordó.

Los mercados emergentes encierran, a veces, riesgos de gran calado, siendo el primero de ellos el riesgo político. De hecho, uno podría definir un mercado emergente como una economía en la cual los ciclos políticos y los ciclos financieros están íntimamente vinculados.

La nacionalización de YPF, la filial de Repsol en Argentina, nos lo recuerda. Estos mercados conllevan riesgo político. La decisión unilateral por parte del gobierno argentino de hacerse con los activos de la multinacional española no es inédita en América latina o en otros países emergentes.

En América latina, Venezuela o Bolivia se ilustraron también en la última década de manera similar tomando el control de activos energéticos en manos de operadores extranjeros.

Esto no ha ocurrido hace un siglo sino en la década pasada. Igualmente, la petrolera rusa Yukos fue nacionalizada de manera abrupta por el regimen de Putin La historia nos recuerda que también hay olvido en estas materias.

A pesar de los litigios y de las nacionalizaciones en Venezuela, la italiana ENI que había demandado al Estado venezolano no tardó en volver a hacer negocios en el país sudamericano de la mano de la estatal PDVSA.

Es posible que no tardemos en ver desembarcar nuevos inversores en Argentina para hacerse con los pozos dejados vacantes por Repsol. Esto podría ocurrir de la mano de las estatales chinas, en particular Sinopec.

De hecho, China ya se ha convertido en 2011 en uno de los principales inversores extranjeros en el aquella nación latinoamericana, en el sector petrolero en particular y se ha convertido en su segundo socio comercial, por delante de cualquier país europeo.

Lo que ilustra el caso de Repsol YPF es precisamente el cambio de equilibrios de poderes que se están dando en los países emergentes. El Norte, Europa incluida, pesa menos, los flujos comerciales e industriales ya se organizan en formato Sur-Sur, al igual que los flujos de inversiones.

Nos guste o no, España por ejemplo ya no pesa tanto en el balance a la hora de arbitrar entre Europa y Asia En total, las empresas españolas se han internacionalizado de manera masiva a lo largo de las últimas dos décadas.

América latina ha jugado y sigue jugando un papel central en esta apuesta que ha sido acertada. En 2012, España es uno de los países que más se ha internacionalizado si medimos este proceso en términos de inversiones volcadas en el extranjero.

Éstas representan nada menos que el 51% del PIB español cuando apenas representaban 3.6% hace quince años. Esta apuesta ha sido y es acertada.

En 2012, mientras España seguirá retrocediendo, con una recesión que se aproximaría al -2%, América latina crecerá más del 4%, es decir que el diferencial entre España y América latina en términos de crecimiento será de 6 puntos.

Todo un mundo. Lo que nos recuerda el caso argentino es que los emergentes siguen siendo variopintos y, ahora más que nunca, toca ser selectivos a la hora de hacer apuestas.

De cara a las próximas semanas y meses, parte de la ecuación argentina se resolverá mediante el involucramiento no de Europa o Estados Unidos sino de otros países emergentes.

Es interesante recordar que si bien la Caixa es el mayor accionista de Repsol (con 13%), otro de los grandes accionistas es la petrolera mexicana Pemex (con casi 10%).

Es decir que Repsol tiene aquí un gran aliado. De hecho, el tibio apoyo de los europeos contrasta con el incondicional apoyo mostrado por el presidente Calderón de México.

También es interesante recordar que otro país que será clave en el desenlace en Argentina será China, otro emergente. La petrolera China Sinopec ya es un socio estratégico de la petrolera española en Brasil.

Es más, la mayor inversión jamás realizada por China en América latina, y una de las mayores en el extranjero, la hizo de la mano de la multinacional española.

En el pasado Sinopec ya mostró su interés por entrar en YPF. No será una sorpresa, si de cara al futuro, oímos de nuevo hablar de ello. Más que nunca el destino de España está en manos de los emergentes...

 

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Opinion

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Javier Santiso