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¿Nos estamos preparando para el futuro?

sábado, 19 de mayo de 2012
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Como ciudadanos debemos hacernos esta pregunta, pero también hacerla a los candidatos que quieren recibir los votos que les lleven a influir sobre el destino de esta gran nación.

La riqueza no tiene que ver con la cantidad de unidades monetarias que se tienen, sean pesos, dólares, o cualquier otra divisa, sino con los beneficios que se disfrutan de los activos que uno posee.

Muchas unidades monetarias no presentan por ellas mismas altos beneficios, por ejemplo, en julio de 2008 en Zimbabue, con 100 mil millones de dólares zimbabuenses, se podía obtener 1 dólar estadounidense a consecuencia de la gran devaluación de su moneda.

Por lo tanto, para preservar o aumentar la riqueza de un país es necesario prepararse para las épocas buenas y las no tan buenas. Algo para tomar en cuenta, es que los gobiernos federal, estatales y municipales, en su mayoría, aumentan sus presupuestos año con año, ya sea para destinarlos a infraestructura, sueldos, subsidios, servicios públicos, pagos de deudas u otros rubros.

Se comprometen a mantener un déficit de entre 2% o 3%. Es decir, que planifican gastar más recursos financieros que los que creen que podrán obtener, pero, ¿de dónde proviene el dinero de estos presupuestos? Las fuentes de financiamiento más comunes, por ejemplo, del gobierno federal son: 1) ingresos (rentas o ventas) de empresas paraestatales y otros activos; 2) cobro de impuestos y derechos; 3) emisión de deuda u obtención de créditos; y 4) expansión monetaria por encima de la demanda de la economía (inflación).

Esta última es la “impresión” en papel o en forma digital de más unidades monetarias, es decir, pesos mexicanos. Pensando en el futuro, ¿qué podría ocurrir cuando la proporción de la población económicamente activa se reduzca?, ¿cómo se financiaría el gasto público para atender las necesidades crecientes de la población (mayor número de habitantes, mayor porcentaje de población en envejecimiento o con enfermedades crónico-degenerativas)?, ¿cómo prepararse si los ingresos por exportaciones de petróleo se reducen en forma significativa?, ¿cómo obtener mayores beneficios de las reservas internacionales acumuladas? Una forma de prepararse es la creación o aumento de Fondos Soberanos de Inversión, tal como lo hacen otros países.

Los fondos soberanos son entidades que concentran los excedentes de un país o un Estado, entre los que están los excedentes en las reservas internacionales, y tienen como objetivo principal el de financiar las necesidades futuras de su población.

Por citar algunos ejemplos de fondos soberanos, según el Sovereign Wealth Fund Institute, a marzo de 2012, Chile tiene un fondo estimado en 21.8 mil millones de dólares; el estado de Alaska, un fondo de 40.3 mil millones de de dólares; China supera los 1.44 billones de dólares, mientras el fondo soberano de México se estima en aproximadamente 6 mil millones de dólares.

Es evidente que México debe aumentar su fondo soberano. Algunos de estos fondos tienen usos políticos, pero en general son administrados por profesionales que procuran no sólo preservar la riqueza, sino aumentarla a través de sus inversiones.

Debería ser prioritario facilitar la creación de nuevas empresas, y, por lo tanto, también administrar profesionalmente los fondos de apoyo a los emprendedores.

Los excedentes de hoy ayudarían a generar mayor riqueza; las inversiones serían utilizadas para financiar las necesidades de la población en el futuro.

 

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Calos Góngora