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La eliminación acelerada de los subsidios a la gasolina no es una medida que se visualice políticamente viable, particularmente en este año electoral y de alta sensibilidad social.
No obstante, nuestro país tiene la posibilidad de iniciar inmediatamente un cambio en los patrones de consumo de gasolina, expidiendo una norma que eleve el rendimiento promedio de combustible de la flota vehicular nueva del país en 19%, al motivar la venta de autos más eficientes y limpios; automóviles que ya se encuentran en el mercado internacional y que pueden ayudarnos a incrementar nuestra seguridad energética, ahorrar divisas y disminuir nuestra emisión de contaminantes y gases de efecto invernadero.
El gobierno federal posee este proyecto de norma que podría significar para cada automovilista un ahorro de 2 mil pesos anuales en gasolina, en promedio, al comprar un auto nuevo.
Resulta que para surtir el mercado nacional, la industria automotriz instalada en México importa cerca de 65% de los vehículos nuevos que compramos, principalmente camionetas, autos boutique, de lujo y deportivos.
En la selección de estos autos nuevos podemos mirar con más cuidado y traer vehículos con tecnologías de bajo consumo de gasolina y en muchas ocasiones de un menor costo, tanto para el fabricante como para el consumidor.
Y no estamos hablando de vehículos híbridos sino de vehículos a gasolina con motores más ligeros equipados con turbocargadores, transmisiones duales de alta eficiencia con seis velocidades o innovadores sistemas automáticos de paro-arranque (stop-start) que permitirían ahorrar enormes cantidades de gasolina en semáforos y embotellamientos viales.
En los últimos tres años han surgido vehículos con tecnologías que incrementan en más de 40% los kilómetros recorridos por cada litro de gasolina, en comparación con los mismos modelos de años anteriores.
Con la reciente aprobación de la Ley General de Cambio Climático, México se ha propuesto transitar hacia un desarrollo sustentable con bajas emisiones de bióxido de carbono.
El sector que más rápidamente está aumentando su consumo de combustibles fósiles es el del transporte y la norma de eficiencia energética para vehículos nuevos sería un primer paso en la dirección correcta.
La expedición de esta norma es uno de los compromisos climáticos del gobierno federal. A semejanza de lo que ha ocurrido con nuestros principales socios comerciales en el sector automotriz, particularmente en los Estados Unidos, donde esa industria se comprometió a duplicar la eficiencia de cada vehículo en los próximos 15 años, México está ya preparado y requiere por razones económicas y ambientales dar este importante paso en la materia.
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