Jorge Emilio González M.

Emisiones mundiales al alza

El Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó el informe 2012 sobre la disparidad de las emisiones mundiales.

Esta es la tercera entrega de un informe que se publica cada año desde el 2010 y que tiene como propósito, evaluar si los acuerdos internacionales en materia de cambio climático y de reducción de emisiones se están cumpliendo.

Se llama de “disparidad” porque mide la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI’s), que estarán por encima de la meta de reducción de emisiones propuestas para el año 2020, a fin de contener el incremento de la temperatura del planeta en menos de 2 grados centígrados.

Los resultados no sorprenden a nadie, pues la disparidad se ha incrementado, es decir, se ha incrementado la cantidad de emisiones de GEI’s y se está en promedio un 14% por encima de las metas programadas para el año 2020.

La primera entrega del informe de disparidad entregado en el año 2010, reportaba un descenso de las emisiones mundiales.

No obstante, dicho decremento en las emisiones fue resultado de la recesión económica mundial experimentada en los años 2008 y 2009, por lo que la recuperación económica reciente ha hecho que las emisiones de GEI’s vuelva a incrementarse.

Esto supone también que los programas y políticas públicas de los gobiernos para reducir las emisiones que están provocando el cambio climático no han sido eficaces.

Uno de los grandes debates de las relaciones internacionales ha sido la dificultad para hacer cumplir los acuerdos entre países, ante la ausencia de sanciones y de autoridades para ejecutarlas.

Si bien el Derecho Penal Internacional ha avanzado mucho en años recientes especialmente en lo que se refiere a la protección de los derechos humanos, la realidad es que a los acuerdos internacionales en materia de cambio climático, les ha faltado precisamente la formalización de compromisos y las posibles sanciones en caso de incumplimiento.

En este último informe de disparidad del PNUMA queda claro que solamente en el escenario más estricto de un acuerdo internacional sobre cambio climático —lo que significa compromisos condicionales y reglas estrictas— será posible alcanzar la meta de contener el cambio del clima en un máximo de 2 grados centígrados.

De lo contrario, lo único que ocurrirá es que se continúen posponiendo los compromisos, que se evite acordar posibles sanciones e incluso que se relajen aún más las metas, pues recordemos que originalmente la meta del Protocolo de Kyoto era detener el cambio del clima en 1.5 grados centígrados y hoy esa meta se ve poco factible por lo que se propone la contención en 2 grados Celsius.

Todo ello en perjuicio de miles de personas, especialmente las más pobres del mundo, que son las que sufren la peor parte del cambio de clima, como es padecer sequías prolongadas y catástrofes naturales por el aumento de intensidad y frecuencia de fenómenos como los huracanes.

Aun cuando solamente la crisis económica ha demostrado efectividad para reducir las emisiones mundiales, la realidad es que sí existen medidas de políticas públicas que pueden poner en práctica los gobiernos para reducir sus emisiones.

Gran parte del peso está en lograr una mayor eficiencia energética, lo que requiere muchas veces de la aplicación de nuevas tecnologías que aún resultan muy costosas o poco competitivas.

No obstante, hay muchas medidas de mitigación que el PNUMA recomienda poner en práctica y que están al alcance de casi cualquier país, ciudad o municipio: reformar los códigos de construcción, incrementar las normas de eficiencia de aparatos eléctricos, mejorar las normas de rendimiento requeridas para los vehículos nuevos, impulsar el transporte público rápido y de calidad, designar más áreas naturales protegidas y combatir la deforestación principalmente.