Arturo Carranza

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Los cambios energéticos: definiciones y habilidad

viernes, 15 de marzo de 2013
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Se aproxima la discusión de una nueva reforma energética. El gobierno y los partidos han dejado claro que durante este año habrán de discutir modificaciones al marco jurídico del sector.

La atención y los argumentos se han centrado, desde un inicio, en la industria petrolera nacional.
A partir de que Enrique Peña Nieto tomó posesión como presidente de México, el clima político se ha distendido.

La firma del Pacto por México es, quizá, el más claro ejemplo de los nuevos aires que impregnan el ambiente político.
La coyuntura actual, marcada por una frágil concordia, representa una buena oportunidad para emprender una verdadera transformación de la industria petrolera.

Además de la habilidad que ha mostrado el gobierno para acercarse a los partidos representados en el Congreso y de la voluntad que ha manifestado buena parte de la oposición para dialogar, faltan por superar diferencias de fondo.


Aunque el Pacto por México es un buen punto de partida para buscar que el sector energético sea en un verdadero motor de crecimiento económico, es necesario que los actores involucrados en la discusión de una reforma energética se esfuercen más para construir definiciones concretas que superen las generalidades del acuerdo.


Dependiendo del resultado por la discusión de este compromiso, el gobierno y los partidos firmantes del Pacto por México podrían correr el riesgo de establecer una limitante para que las empresas petroleras inviertan.


Será necesario, también, que los actores involucrados revelen la forma en que buscan convertir a Pemex en una empresa pública de carácter productivo.


Su implantación significa trastocar intereses que confluyen hacia el interior del Consejo de Administración y en gran parte de su estructura administrativa.


Involucra, además, una serie de ajustes para rescatar a Pemex de las manos de la Secretaría de Hacienda. ¿Estarán dispuestos los funcionarios de Hacienda a dejar de controlar y ejercer los cuantiosos recursos que la paraestatal paga en forma de impuestos?
El gobierno y los partidos, por otro lado, tendrán que explicar qué leyes se habrán de reformar para ampliar la capacidad de ejecución de la industria de exploración y producción de hidrocarburos.


En el caso particular de los principales funcionarios del área energética, el Presidente tuvo el acierto de armar un equipo cuya conformación podría ser un elemento decisivo para aprobar una reforma energética.

Al frente de la Secretaría de Energía (Sener) designó a Pedro Joaquín Coldwellm quien se distingue por ser un político que, como ex presidente del PRI, conoce los intereses de ese partido y tiene experiencia para acordar con los diferentes grupos.

Además, es reconocido por la oposición como un interlocutor válido.
Como director de Pemex nombró a Emilio Lozoya, una de las personas que durante la campaña presidencial y en el periodo de transición estuvo cerca del hoy Presidente.

El joven funcionario no está atado a los intereses que rodean a la empresa y cuenta con la confianza del Presidente. Esto, sin duda, le facilitará las cosas al defender las propuestas que presente el Ejecutivo.

 

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