Jorge Adame Goddard

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Un hombre de oración

viernes, 15 de marzo de 2013
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El Vicario de Cristo, desde ayer es Jorge Mario Bergoglio, quien era arzobispo de Buenos Aires. Como primer representante de Cristo en el mundo, le compete encabezar la misión que Cristo encomendó a la Iglesia, que es la de enseñar a todos los pueblos lo que Cristo enseñó y bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Esta es, si se quiere hablar así, la «agenda» de este Papa, y la de todos los Papas. El Papa actual habrá de realizarla en un determinada contexto eclesial, que le dará ciertos rasgos, y de una manera personal o propia derivada de su peculiar modo de ser.


El contexto eclesial es, principalmente, las orientaciones del Concilio Vaticano II, que, como decía SS Juan Pablo II constituyen la "brújula segura" que guía a la Iglesia en estos tiempos, y que los anteriores Papas han seguido expresamente.

Entre las orientaciones de este Concilio que parecen tener más trascendencia está el reconocimiento de la llamada universal a la santidad, esto es que la perfección cristiana es algo accesible a todos los fieles, de cualquier condición y edad, solteros o casados, lo cual ha generado un nuevo dinamismo dentro de la Iglesia con la conformación de diversas instituciones y asociaciones de laicos, y una nueva presencia, más decidida y abierta, por parte de ellos laicos en los diversos ámbitos de la vida social.

En la misma línea se continuidad con las orientaciones del Concilio, se sitúan la evangelización, la nueva evangelización y el diálogo ecuménico
En cuanto al modo personal de ser, algo que inmediatamente se destaca es su origen latinoamericano.

Esto es un hecho importante que hace presagiar que las iglesias locales de los países latinoamericanos podrán experimentar un fuerte impulso durante este papado.

Pero la sola presencia de un papa de origen Latinoamericano no hace el cambio por sí mismo, sino solo en la medida en que es secundado por los obispos y los fieles en sus respectivos territorios.

No obstante su origen, el Papa Francisco I es un papa romano, pues es el obispo de la iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las iglesias locales.


Es el primer jesuita que llega a la sede de Pedro, y está formado por la espiritualidad ignaciana, que tantos frutos de santidad ha dado, y que parece distinguirse por su profundidad, su fortaleza, y su fidelidad al Papa.

Pero es ahora el Supremo Pastor de toda la Iglesia, de modo que su gestión como Papa

 

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