Derechos reales para todas

Las conmemoraciones poseen variados significados, y cuando se trata del Día Internacional de la Mujer considero aún más necesario reflexionar el porqué tiene tanta importancia para todas las mujeres del mundo.

En un sentido llano, el 8 de marzo constituye un acto de memoria, de recordar que aun con los avances que las mujeres mexicanas hemos obtenido en prácticamente todos los terrenos de la vida pública, y visibilizados en el desarrollo de nuestra nación, persisten rezagos, discriminación y violencia que no podemos ni debemos permitir más.

Gran parte de esos progresos se han apuntalado, entre otras acciones, con leyes generales, con modificaciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) y al Código Penal Federal, que tipifica el feminicidio como delito grave; con capacitación para la administración pública de los tres órdenes de gobierno; con programas de sensibilización para el sector privado, y con financiamiento público para las organizaciones de la sociedad civil, sin cuya alianza estos logros habrían tenido menor repercusión.

En el otro lado de estos innegables progresos, los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y los dolorosos acontecimientos en Ciudad Juárez son una lección que el Estado mexicano, bajo la actual administración, reconoce y está dispuesto a resolver con acciones integrales y concretas que fortalezcan el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia mediante la prevención, atención y sanción.

Durante mi reciente participación en el 57 periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés), de la Organización de las Naciones Unidas, como representante del Estado mexicano expuse el compromiso de este gobierno con los derechos humanos de las mujeres, y que a través de la instalación de centros de justicia para las mujeres será una de las medidas que impulsaré para evitar más violencia de género y sus funestas consecuencias.

Manifesté también el compromiso del gobierno que encabeza nuestro presidente, Enrique Peña Nieto, con las mujeres mexicanas al convertir sus necesidades en el eje que articulará las políticas sociales, económicas, educativas y de acceso a la justicia en su Plan Nacional de Desarrollo.

He escuchado que el Día Internacional de la Mujer suele ser visto como una celebración en la que las mujeres recibimos felicitaciones e incluso obsequios.

En mi opinión, la conmemoración por sí misma es un motivo de reflexión, pero tampoco exento de regocijo, de la alegría de saber que cada vez somos más mujeres y hombres quienes hemos tomado conciencia de que los derechos humanos de las mujeres han de vivirse en la realidad y en las leyes, y que constituyen una lucha que nos inspira, entusiasma y alimenta nuestra imaginación para seguir adelante.

Este año se cumplen 35 años de que la ONU declaró oficialmente el Día Internacional de la Mujer.

De ese entonces a la fecha han nacido ya nuevas generaciones, a las que invito a que se informen, conozcan y se unan a las causas de las mujeres, que son también las de todas y todos los mexicanos.