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Una mirada a la estadística en México

sábado, 13 de abril de 2013
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Cualquier persona que quiera desempeñarse adecuadamente en el mundo, debería tener al menos una noción elemental de lo que es la estadística.

La estadística tiene injerencia en la práctica profesional de disciplinas tan variadas como la medicina, agronomía, veterinaria, biología, administración, economía, psicología, sociología o finanzas.

Incluso, en una amplia gama de artículos de investigación científica, éstos no pueden ser aceptados en nuestros días si carecen de técnicas o conceptos estadísticos en sus etapas de planteamiento, diseño y análisis de datos.

Pero si bien esta disciplina es de gran importancia para la sociedad, el desarrollo de las ideas fundamentales de la estadística es relativamente reciente.

Basta mencionar que el gran auge en la utilización del método estadístico, tanto para la planificación de experimentos como para el análisis de datos, se dio apenas el siglo pasado con Ronald A. Fisher (1890-1962).

El científico inglés, considerado el padre de la estadística moderna, trabajó problemas de genética y agronomía desde 1920, pero la aplicación de la estadística en la medicina y la optimización de procesos industriales no se vería sino 20 ó 30 años después.

En México, el desarrollo de la estadística fue más tardío y requirió de un proceso de retroalimentación con los primeros estadísticos mexicanos que estudiaron maestrías o doctorados en el extranjero.

Antes de ellos, no existía una plataforma académica para la formación de estadísticos y su mérito fue precisamente regresar al país y ayudar a crearla.

Uno de los protagonistas en esta etapa de consolidación de la estadística en México fue EmilioAlanís Patiño, el primer mexicano con un posgrado en estadística y quien volvió al país en 1933 después de estudiar en Italia con Corrado Gini.

Alanís Patiño fue un importante asesor demográfico y trabajó en censos poblacionales así como en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, lo que mostró la pronta acogida que tuvo la estadística en el sector público.

También debe mencionarse la contribución de Basilio Rojas, quien después de estudiar un posgrado en Iowa, Estados Unidos, fundó en 1963 una Maestría en Estadística en el Centro de Estadística y Cálculo de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo.

Otro gran promotor de la estadística fue José Nieto de Pascual quien impulsó la creación de un programa de maestría en el Colegio de México.

Hacia la década de los setenta, el doctor Federico O´Reilly promovió una maestría en estadística pero en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En la Facultad de Ciencias de la UNAM, la escuela de Actuaría también había estado formando académicos con sólidas bases en estadística y a inicios de los años ochenta se fundó en la UNAM la Especialización en Estadística Aplicada, un programa que ayuda a profesionales de otras disciplinas a usar correctamente las herramientas estadísticas.

Actualmente la estadística se cultiva exitosamente en varias ciudades del interior del país y no sólo en Chapingo o México.

Además, instituciones como el ITAM, el ITESM y el CIMAT han desarrollado nuevos programas de maestría y también ha crecido la oferta de doctorados.

La generación de nuevo capital humano ha contribuido parcialmente a satisfacer la alta demanda de estadísticos en el mercado laboral, y éstos, a su vez, han creado empresas de consultoría y análisis que han logrado que la estadística tenga mayor permeabilidad en el sector productivo.

Un ejemplo de lo anterior es que las aplicaciones de la estadística en la industria han servido para mejorar los procesos de producción y la utilidad de las empresas, mientras que en el sector gubernamental la integración de estadísticos en puestos directivos ha sido clave para diseñar políticas públicas con una perspectiva científica.

La estadística se usa en todas las áreas de la actividad humana, y al mismo tiempo es una disciplina que estudia la variabilidad implícita en todo proceso, sea biológico, industrial o humano.

De ahí la importancia de fortalecer la cultura de la estadística, no sólo en la empresa o el gobierno, sino desde la instituciones educativas.

La estadística es un componente esencial para la generación de conocimientos y la presencia de más estadísticos profesionales en los centros educativos, desde el nivel medio superior y hasta el posgrado, garantiza su correcta aplicación en beneficio de la sociedad.

 

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Ignacio Méndez Ramírez