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Los cortos fines de semana largos

martes, 30 de abril de 2013
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Sin embargo, esto no será así, pues cuando se modificó la Ley Federal del Trabajo en 2005, para dar paso al establecimiento de la modalidad de predeterminar el día de descanso asociado a algunas fechas cívicas, los legisladores decidieron no incluir el 1 de mayo.

Como se sabe, las únicas tres fechas en las que se concretaron estos fines de semana largos fueron el 5 de febrero, el 21 de marzo y el 20 de noviembre.


Vale la pena recordar que esta iniciativa fue impulsada desde el sector turístico y, como se señalaba en la exposición de motivos de la iniciativa que a la postre sería aprobada eliminando el citado 1 de mayo, cada uno de ellos genera un beneficio positivo en consumo turístico incremental estimado en 250 millones de dólares.


Además de los beneficios propios para el turismo, es razonable pensar que al conocer por adelantado las fechas de descanso, es posible programar con mayor precisión el funcionamiento del aparato productivo, sin tener que estar a expensas de la aparición de eventuales puentes.


No deja de ser paradójico que en este tema la supuesta prioridad asignada al turismo queda, nuevamente, en evidencia pues siendo una condición muy favorable para la industria turística, desde hace dos años la posibilidad de utilizar el fin de semana largo correspondiente al 20 de noviembre para viajar, ha surgido una competencia por el uso del tiempo libre de las personas en estas fechas, con la implementación del “Buen fin” impulsado desde el sector comercio.


Los resultados económicos positivos derivados de la implementación del “Buen Fin” son, en todo caso, relativos; si bien las ventas al menudeo reciben un importante jalón en noviembre, este es compensado por una contracción en diciembre.

Al menos esto se desprende de la información del Inegi que señala que en variaciones interanuales en noviembre del año pasado estas ventas se incrementaron en un 3.5%, en tanto que en diciembre cayeron en un 1.8%.


Independientemente de lo anterior, consideramos que pocas acciones de política pública pueden tener un efecto favorable tan inmediato para la economía turística como los fines de semana largo, por lo que parece conveniente hacer una valoración para confirmar sus bondades y, sobre todo, para completar los alcances de la medida.

Lo anterior debe ser asumido luego de los difíciles años que ha enfrentado el turismo desde el 2009 y la necesidad de fortalecerlo, en el ánimo de dar impulso a una industria que da empleo a 2.5 millones de personas.

Para ello se puede proceder como se menciona a continuación:
1. No hay razones objetivas para no incluir el 1 de mayo en la programación de estos fines de semana largo.


2. Probablemente las fechas del 1 de enero, 16 de septiembre y 25 de diciembre sean más sensibles y sería impensable cambiar las celebraciones de manera fija hacia el fin de semana; sin embargo, si que sería deseable que en aquellos años en que estas fechas caigan en domingo, el descanso asociado a ellas pueda ser trasladado al siguiente lunes.


3. Finalmente, debería reflexionarse en la conveniencia de cambiar las fechas del Buen fin para evitar la confrontación enter consumo comercial y consumo turístico, moviéndolo hacia una semana anterior o posterior.


Las dos primeras propuestas suponen ajustes legales y la tercera una decisión empresarial.
¿Será que el turismo si es una prioridad de Estado y no sólo de Gobierno? ¿Será que el turismo es realmente una prioridad? Habrá que ver. Por lo pronto nos conformameremos con descansar este miércoles 1 de mayo.

 

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Opinion

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Francisco Madrid Flores

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