Francisco Suárez Dávila

0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
Las grandes oportunidades de la relación con Canadá

viernes, 3 de mayo de 2013
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font
En días pasados tuve el privilegio de ser designado por el presidente Peña Nieto como su embajador en Canadá. El jueves 25 de abril el Senado de la República tuvo a bien ratificarlo.


Una expresión que bien resume la relación entre México y Canadá es “sorpresa”, por la amplitud de la relación económica y la diversidad de los mecanismos de cooperación institucional ya logrados.

Al mismo tiempo, existe la percepción de un gran potencial no explotado y la necesidad de trabajar hacia una “alianza estratégica” que permita aprovecharlo.


Es una relación muy reciente. Por virtud del complejo proceso de consolidación de la soberanía canadiense, las relaciones diplomáticas no se establecen sino hasta 1944.

El primer presidente mexicano que visita Canadá es Adolfo López Mateos, en 1958. Desde entonces la cooperación ha sido un proceso ascendente.


En materia económica, el disparador fue el TLCAN. México y Canadá son sus terceros socios comerciales después de Estados Unidos y China.

Son la cuarta fuente de inversión extranjera directa. Hay 3 mil empresas canadienses operando en México. Ejemplifica las ventajas tecnológicas que puede aportar esta inversión al detonar el polo de industria aeronáutica en Querétaro con empresas como Bombardier.

En minería tienen gran presencia. En turismo es el segundo país, aportando un millón y medio de visitantes anuales.
Se ha generado una amplia plataforma de cooperación institucional.

Al máximo nivel, existe la Cumbre de Líderes de América del Norte. Desde 2004 se creó la Alianza México-Canadá con participación pública-privada.

Hay también un Plan de Acción Conjunta. Ambos se están actualizando. Existen vínculos de cooperación entre centros de estudio prestigiados de ambos países.

En un país federalista “por excelencia” hay que destacar los mecanismos de relación directa entre estados y provincias, como Ontario y el Estado de México, o entre ciudades como Guadalajara y Edmonton.

Hay oficinas de representación de Quebec en México, la más antigua desde 1982, y recientemente de Toronto y Vancouver. México, a su vez, tiene en Canadá su mayor número de consulados después de Estados Unidos: en Vancouver, Calgary, Montreal, Toronto y Leamington.

Se ha creado un grupo de alerta temprana en materia consular que atiende oportunamente los casos “sensibles” que a veces acaparan la atención en medios.

Hay, desde luego, claroscuros en la relación y siempre pesa la gran sombra del vecino común.
Con la visita de Enrique Peña Nieto, como presidente electo, al primer ministro Harper en 2012 y después del canciller Baird al canciller Meade se está iniciando una nueva etapa promisoria de la relación que ya detonaron avances en el espinoso tema de las visas.

Entre los temas fundamentales de la agenda futura se puede configurar una América del Norte más “complementaria” hacia el interior y más “competitiva” al exterior para impulsar el crecimiento.

México y Canadá se sumaron al mismo tiempo a las negociaciones del Acuerdo Transpacífico (TPP). Se negocia ahora para que México, que ya tiene un TLC con Europa, y Canadá, que casi lo concluye, se sumen a las posibles ventajas de las nuevas negociaciones del Acuerdo Transatlántico de Estados Unidos.

Canadá tiene mucho qué aportar en las “reformas” pendientes. La energética, en que la región, por sus complementariedades y gran riqueza natural, puede ser la potencia mundial exportadora.

Tiene un Sistema Nacional de Salud exitoso y financieramente sustentable. Empresas importantes en telecomunicaciones (BlackBerry), ferrocarriles y banca (Scotiabank).

En materia de seguridad, tiene una de las policías nacionales más prestigiadas, la Royal Canadian Mounted Police, que ya nos da asistencia técnica.

Un programa de trabajadores agrícolas temporales de 39 años que recibe anualmente 17 mil trabajadores con un marco legal de protección de sus derechos.

Un tema prioritario será aumentar el intercambio educativo de estudiantes, profesores, y que las grandes instituciones universitarias canadienses y sus centros de investigación trabajen con los nuestros para impulsar la innovación regional.

¡2014, 70 aniversario de la relación, ofrece un marco inmejorable de promoción cultural y de imagen!
Mis nuevas funciones de embajador lamentablemente me obligan a abandonar mi contribución quincenal en EL UNIVERSAL.

Mi agradecimiento a mis pacientes lectores y a mi amigo Juan Francisco Ealy Ortiz, así como a su eficaz equipo, por todo su apoyo. Espero poder sustituir este artículo por una contribución menos frecuente que llamaría Cartas desde Ottawa, para continuar con el esfuerzo de transmitir las posibilidades de nuestra relación con Canadá, que mucho desconocemos, y escribir sobre temas internacionales. ¡Es un hasta luego, no un adiós!

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Columnas Anteriores