Gerardo Unzueta

0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
Alguien quedó fuera de lugar

domingo, 5 de mayo de 2013
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font

El ex presidente de Brasil Luiz Inácio da Silva “asistió como invitado de honor al arranque del programa de la Cruzada Nacional contra el Hambre”(EL UNIVERSAL /20/IV/13), y la ocasión lo ameritaba, pues el político brasileño ha conquistado innegable prestigio por la victoria de su emblemático proyecto Hambre Cero, realizado durante su mandato y con amplia repercusión mundial.

Es entonces natural que si este régimen ha situado como una de las piezas principales de su actividad social un programa que desde el punto de vista de su enunciado sigue el trazo del realizado en ese país, intentara adornarse con los ecos de aquel triunfo.
Peña Nieto, su secretaria de Desarrollo Social y el conjunto del gobierno pudieron limpiar de esquirlas políticas y hasta de burlas y maledicencias contra el régimen, para que dicho evento y la buena marcha en su principio, tuviera la tersura necesaria para obtener un timbre de prestigio internacional.

Pero su autosuficiencia los llevó a ignorar los malos hábitos de los políticos priístas de todas las épocas.

Por eso, de manera imprevista, estalló lo que Carmen Aristegui llamó “Bomba política”: la exposición pública, mediante denuncia del PAN, de “las estrategias y procedimientos para la utilización masiva de las estructuras, recursos, padrones de beneficiarios y demás elementos de los programas sociales para las elecciones que se realizarán el próximo mes de julio en Veracruz” (Reforma 19/IV/13).
¿Es que el ex mandatario brasileño sabía o sospechaba la falaz utilización de esos recursos, muy probablemente incluidos los de la Cruzada? Es difícil saberlo, pero lo que sí conoció todo el que lee periódicos fue el vigoroso planteamiento lanzado por Lula en su recorrido de honor: “El hambre existe no por falta de dinero, no existe por falta de producción agrícola, no existe por falta de tecnología.

El hambre existe por la falta de vergüenza de los gobernantes en el mundo”. El ex presidente no hizo excepción alguna, sino subrayó: “El hambre sí se puede erradicar, pero sólo si los gobiernos se comprometen con los pobres, porque los ricos no necesitan del gobierno”.
Las ovaciones durante el discurso eran vigorosas.

Ello pareció desagradar a los funcionarios presentes. Mas Lula continuó: “Ya estaba cansado de oír a los gobernantes de Brasil diciendo tengan paciencia, tengan ustedes mucha paciencia”.

Decían que la economía primeramente tendría que crecer. “Es como si fuera una torta, una torta que primero tiene que crecer para después repartir.

Y la torta crecía y crecía, pero alguien se la comía y los pobres seguían pasando hambre.”
Entonces sí habló directamente a Peña Nieto: “Así que no, Presidente.

Usted tiene que decir todos los días que los pobres no tienen por qué tener paciencia. Deben tener esperanza y confianza en su gobierno.”
Lo escuchó Peña, pero apenas a seis días de la fenomenal enjabonada, emigró a Acapulco para departir con los banqueros de la AMB, precisamente esos que tienen como lema corporativo “Ve por más” (los que parten la torta), y les presentó su reforma financiera, a la que dieron pleno apoyo, pues aumenta el crédito, reduce su costo “y permite a los banqueros recuperar las garantías de los deudores de una forma más expedita” (La Jornada 26/IV/013).
Mas la cruzada de cada gobernante tiene sus propios tropiezos, y eso le pasa al jefe del “nuevo” PRI.

Resulta que el de aquí (deberes cumplidos) y el de allá (veremos ajustes) proyectaron el arribo de éste a México, sin tomar en cuenta que en la víspera las organizaciones obreras celebrarían con un desfile la fiesta mundial del proletariado enarbolando con decisión las demandas y consignas de lucha por la transformación democrática y justiciera de este país y por la remoción de quienes se llevan la parte más grande de la torta, sean extranjeros o vernáculos, amenacen con el pacto o les marquen “fuera de lugar.”

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Columnas Anteriores