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Por mi mente pasaron varios puntos.
En principio, lo que las organizaciones hemos logrado colectivamente. Recordemos que el pasado 21 y 22 mayo de 2012 (hace justamente un año) más de 300 organizaciones realizamos la Cumbre Ciudadana, en la que entregamos 150 propuestas a los entonces aspirantes a la Presidencia de México, mismas que ratificamos en el mes de agosto con el equipo de transición del presidente Enrique Peña Nieto.
Entre nuestras propuestas figuraba el Fortalecimiento de la Sociedad Civil en donde señalamos la necesidad de: “Reforzar mecanismos de participación de las organizaciones de la sociedad civil en políticas públicas”.
Después de revisar el PND me di cuenta de que se incluye a las organizaciones de la sociedad civil (OSC) en diferentes momentos.
Nos reconocen y agradecen nuestra participación para construir el Plan, y nos suman en diferentes temas, entre otros para: “asegurar la vigencia efectiva de los derechos de las personas con discapacidad”, “hacer frente a las distintas necesidades de los migrantes”, “promover el desarrollo integral de los niños y niñas”, “creación y fortalecimiento de la infraestructura tecnológica adecuada para el aprendizaje a través de plataformas digitales”, “ordenamiento ecológico, desarrollo económico y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales”, “Desarrollar el Sistema Nacional de Protección al Consumidor”, etcétera.
Es decir, nos suman a las agendas en las que cotidianamente hemos venido trabajando por nuestra vocación social.
Sin embargo, en términos generales me parece muy ambiguo el enfoque que se le da al fortalecimiento de la sociedad civil en el PND. Se hace mención de la voluntad de “estrechar desde la Oficina de la Presidencia, la Secretaría de Gobernación y demás instancias competentes, la vinculación con las organizaciones de la sociedad civil y promover la participación ciudadana en la gestión pública”.
Nosotros lo que pedimos es que asuman el compromiso de “Fortalecer las asociaciones civiles de México con el impulso de un rediseño institucional en la administración pública federal, a través de una oficina que dependa directamente de la Presidencia de la República, con capacidad de coordinación transversal en la administración pública” y la “simplificación normativa y administrativa que facilite la creación, el acceso a incentivos y el cumplimiento de obligaciones”, entre otras.
Y en definitiva no encontramos una respuesta a nuestra petición en el PND.
Esperamos que las bases que se han sentado en el PND se materialicen en la creación de esta oficina para favorecer una mayor coordinación e interlocución con la administración pública federal.
¿Cómo vamos a medir si sus palabras llenan nuestras expectativas? Si las OSC se multiplican en número, si tienen mayor financiamiento, con más transparencia en el uso de recursos públicos, si hay mayor incidencia en políticas públicas, si eliminan las barreras que impiden la creación y profesionalización, etcétera.
De esta manera sabremos si las OSC son prioritarias para el gobierno en este sexenio o sólo se quedará en un buen propósito.
Por último, para responder a la pregunta inicial sobre ¿cuál será el papel de la sociedad civil en este sexenio? sin duda es algo que no podemos definir a partir de la prosa del PND, sino a partir de lo que hemos construido juntos como sociedad civil y que sin duda va más allá de los periodos sexenales.
Tenemos una agenda construida, proyectos sólidos y demandas que conjuntamente seguiremos defendiendo.
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