José Carreño Carlón

0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
Adioses y legados: Chema Pérez Gay y Martínez Verdugo

jueves, 30 de mayo de 2013
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font

Pérdidas importantes para la política, la cultura política, la literatura y la comunicación se registraron en los últimos cinco días con la muerte de Arnoldo Martínez Verdugo, el viernes, y de José María Perez Gay, el domingo.

Como en el relato de Juan Carlos Onetti, estos Adioses empezaron hace tiempo, con los prolongados males de salud que aquejaron a Arnoldo y a Chema, pero sólo en estos días les dimos el adiós definitivo.


Los medios del fin de la semana pasada y del lunes y martes han recogido semblanzas, testimonios y recopilaciones de la trayectoria de estos dos personajes públicos.

También de su obra escrita. Adioses y legados. Y empiezo con un primer dato. La comunicación presidió la diversidad de los campos en que destacó Pérez Gay, desde que integró una de las primeras generaciones de esa carrera que se inauguraba en 1960 en la Universidad Iberoamericana, hasta que encabezó la fundación del Canal 22, del que fue el primer director.

También está su paso por el suplemento cultural de “La Jornada”, que le valió el premio nacional de periodismo.
Pero desde el más amplio sentido de la comunicación, han sido de lo más valorados los puentes que tendió entre la cultura alemana y la mexicana, con las traducciones de Mann, Kraus, Broch, Benjamin, Canetti y Enzesberger.

También en su obra ensayística hay un legado a destacar de comunicación dura sobre los grandes traumas y horrores que nos dejó el siglo XX.

“El imperio perdido”; “Hermann Broch, una pasión desdichada”; “El Príncipe y sus guerrilleros: La destrucción de Camboya”; “La supremacía de los abismos” y “La profecía de la memoria”.


- A la acción política
Respecto de su obra novelística, en “La difícil costumbre de estar lejos” nos dejó Chema un juego inteligente sobre el trabajo de un historiador enredado en la política mexicana del siglo pasado y las cruzadas medievales.

Y en “Tu nombre en el silencio” nos remitió a los gloriosos años 60 del siglo pasado en Berlín, el 68 alemán, pero visto con los ojos de tres estudiantes latinoamericanos como una experiencia juvenil global, culturalmente irrepetible.

En esta obra, claramente autobiográfica, encuentra Rafael Pérez Gay una pista del compromiso que más tarde asumiría su hermano entrañable con las campañas de López Obrador.


Voy a extrañar a Chema, unido por la historia de una amistad que resistió cuatro décadas de todo: de éxitos, retos, caídas.

Pero que sobre todo resistió a las grandes discordias políticas nacionales de los últimos 20 años, en las que inevitablemente nos vimos involucrados, a veces del mismo lado, a veces en los lados opuestos.


- Arnoldo
De Arnoldo Martínez Verdugo, el último dirigente del Partido Comunista Mexicano, pieza central en los debates del campo progresista en la segunda parte del siglo pasado, la historia se quedará probablemente con la del gran promotor de la unidad de la izquierda y del diálogo de esta corriente con la pluralidad, condición en la que disfruté, en un par de episodios, de su sensibilidad política y su sentido de la realidad.

Anticipó en México el fin de la guerra fría con el registro del Partido Comunista, y encabezó el tránsito de este partido al PSUM, y luego al PRD.


La historia de la izquierda en México se puede dividir entre la marginalidad de antes de Arnoldo, y la conversión, después de Arnoldo, en una de las tres grandes fuerzas que inciden en la vida pública de México… Pero también entre la vida austera, con frecuencia sacrificada de la gente izquierda de antes de Arnoldo y la izquierda opulenta de algunos de sus modelos contemporáneos… O, entre la izquierda de pesadas estructuras disciplinarias que solían aplastar la iniciativa de sus miembros de antes de Arnoldo, y la izquierda de después de Arnoldo, en la que intereses de grupos y caudillismos aplastan con frecuencia a las instituciones, incluyendo a las propias.


Un adiós de dolor por la partida pero también de celebración por el legado de dos actores relevantes para la cultura política de México.

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Columnas Anteriores