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Pachanga de Aniversario

La falta de un juez capaz y el abuso de Sebastián Castella arruinan la corrida de Aniversario en La México, en donde no se cortan orejas
sábado, 6 de febrero de 2010
Por: El UNIVERSAL
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CIUDAD DE MÉXICO,.-

La corrida del 64 aniversario de la monumental Plaza de Toros México, terminó en pachanga, ante la falta de un juez de plaza capaz y el abuso de Sebastián Castella, quien tras la corrida debió haber sido sancionado al negarse a matar al sustituto del sexto del festejo.

Saltó a la arena "Barrero", el cierra plaza de la corrida, tras el castigo en el caballo el astado clavó los pitones en la arena, sin dar la vuelta de campana, el burel cayó sobre su costado derecho inutilizándose la manita del mencionado lado, tras ello se regresó y salió al ruedo "Capulin" reseñado como segunda reserva, de inmediato fue protestado, el público iracundo lanzó los cojines al ruedo hasta tapizarlo, situación tras la cual el diestro galo se metió al callejón negándose ha matar al toro, lo cual aceptó el propio matador.

"El toro pitaron al toro y yo no iba a matarlo porque con todos esos cojines yo creo, hay que entender a la gente pero también hay que respetar a los que están en el ruedo por eso no salí ha matar al toro", señaló el matador Sebastián Castella.

Ante esta circunstancia, estando el toro en el ruedo varios monosabios arriesgando su vida salieron al ruedo a intentar sacar los cojines, lo que no lograron, Castella, anunció un regalo, el juez ante esta circunstancia y un público que se iba enardeciendo, tras haber mandado un bocinazo, decidió regresar al toro protestado, cuando reglamentariamente debió haberle tocado los tres avisos a Castella, luego que el toro ya había sido picado y al negarse ha matar al astado debió haber sancionado al torero, pero el juez no lo vio así.

"No, insisto el no estaba negado ha matar al astado, fue lo que me dijo el inspector de callejón lo que él comenta es que él no podía matar al toro con tantos cojines desgraciadamente", aclaró Eduardo Delgado, juez de plaza.

Al final Sebastián Castella, no mató al toro anunció un regalo que no salió, ya que el juez regresó al protestado de Los Ébanos, que sustituyó con una reserva más de Los Encinos, al que por cierto le hizo una gran faena, y la posibilidad de una sanción fue lo que menos le importo al francés.

¿Podría venir un sanción de la autoridad, estás consiente? no pasa nada, no pasa nada", aclaró Sebastián Castella.

Al término el público increpó al juez y cuestionó su actuación, mientras Castella salió sólo entre las ovaciones del público que tampoco se enteró de la falta de profesionalismo del torero, mientras Rafael Ortega salió en ambulancia tras la maroma que sufrió en el quinto.

Así se firmo la corrida del 64 aniversario en la que no se corto ninguna oreja.

 

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