La corta trayectoria de Reggie Bush ha sido de auténtico sufrimiento para este corredor de los Santos de Nueva Orleans. Haber llegado al Super Bowl XLIV supone una recompensa para el ganador del trofeo Heisman en 2005.

Desde que este dinámico corredor de USC fue reclutado por los Santos en el draft de 2006 —mismo año que lo hizo Joshep Addai— Bush resultó ser toda una revelación en la liga, aunque no ha estado aislado de los problemas.

Tuvo algunos inconvenientes con la posesión del ovoide, padeció soltando balones, dejando escapar algunas recepciones claves y por supuesto las lesiones.

Supo sobreponerse a todos esos obstáculos y fue una pieza importante para formar parte de una de las ofensivas más poderosas.

Los Santos necesitan de su talento para buscar ese primer Super Bowl de su historia.

Sus números no son tan espectaculares como los que supone debería tener un corredor de un equipo que están en el juego más importante de toda la temporada.

Sin ninguna convocatoria al Pro Bowl y ninguna campaña con más de mil yardas, Bush, de 24 años, hace parecer sencillo lo más complicado en el terreno de juego, ya sea corriendo el ovoide, recibiendo pases y hasta con los equipos especiales.

Pese a sus esfuerzos, nunca pudo quitarle el puesto titular a Pierre Thomas, pero colaboró para que los Santos ganaran el campeonato de la Conferencia Nacional desde 1967.