REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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La Fe viva de las Santas Mujeres

…” Entonces Jesús les dijo: No temáis. Id,  avisad a los hermanos míos que vayan a Galilea; allí me verán”… (Mt. 28.10)
domingo, 20 de abril de 2014
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Cristo ha resucitado, también nosotros resucitaremos. Ningún ser humano es capaz de resucitar de la muerte por sí mismo, de ahí, el único que en estas condiciones pudo decir y cumplir, que iba a morir e iba resucitar es Cristo Nuestro Señor.

¿Por qué? Por ser él Hijo de Dios Encarnado, el Dios hecho carne, verdadero Dios y verdadero hombre. Al tercer día de la muerte de Jesús, como lo había profetizado a sus discípulos: resucitó, ha cumplido al pie de la letra y palabra, la voluntad de Dios su Padre.

La Resurrección del Señor, es el triunfo sobre las tinieblas, que ha salvado todas las almas, a las que el demonio había sumido en el pecado: Ahora Cristo Nuestro Señor, lo continuará concediendo los medios de salvación por obra y gracia de “su infinita misericordia, hasta el fin de los tiempos; el triunfo anunciado de su Resurrección, viene desde siglos, son los profetas inspirados por el Espíritu Santo, por ello es gozo en el cielo, y en la tierra lo viven sus discípulos, las Santas mujeres y María Santísima el triunfo sobre las humillaciones, negaciones, ofensas y los latrocinios que los enemigos de Jesús obraron con persistencia para negar la divinidad a quien es Dios mismo, ahora a su Resurrección, es más profunda en las almas, porque ahora todas son suyas, de estas será su misericordia y amor paternal presente para toda la eternidad y nada, ni nadie estará en condiciones de negarla.

Toda obra de Dios es perfecta, por lo tanto, la misión que como Padre encomendó a su Hijo, esta impregnada de su perfección, nada hay imperfecto, solo en los incrédulos y ateos cuyo habito y costumbre es negar, porque en ellos priva la soberbia que domina su corazón y su alma.
Meditemos cada paso que Jesús dio desde su nacimiento hasta su muerte; se nos presentará algo difícil, ya sea porque no tenemos la fe que pide Jesús, para ahondar en ella, como la preparación espiritual para hacerlo, es de fe, creer que existe en el fondo del corazón un deseo a Dios, que se convierte en pequeña luz que lleva al interés aunque sea mínimo, y en nosotros ira aumentando toda obra que para recuperar la fe, se requiere, es el esfuerzo del arrepentimiento sincero, el propósito de no volver a ofender, así el obrar del alma será para la mayor gloria de Dios.

Lo que mas cuesta doblegar son las malas costumbres, los defectos personales, la vida cómoda, la soberbia, las perversidades que el demonio busca sembrar como cizaña en el alma, por eso, es necesario corregir y cortar de raíz, y habremos de encontrar lo que el alma estaba buscando; a Jesús, el amor mas limpio, sincero y dispuesto acercarse a toda la que viene a Él buscando alivio a su penas.

Como Hijo. Jesús amo entrañablemente a su Padre y esta enseñanza es muestra del amor que por cada alma profesa, para que también le amemos, por ello, insiste: que unos y otros nos amemos y respetemos como Él ama a su Padre.

En esta Semana Santa acabamos de conocer lo que Jesús padeció, sufrió y enfrento para que todos tengamos la oportunidad de pasar por este mundo recibiendo sus bienes, gracias y dones, fruto de su misericordia y benevolencia infinita por las almas que ha amado y amará por siempre.

La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo al tercer día de su muerte en la Cruz del Calvario, es el más grande y crucial de sus milagros, por decir el único obrado en un acto de demostración y testimonio supremo de su divinidad, del que siempre debemos dar gracias Dios Nuestro Padre.

San Mateo nos recuerda como es la falsa postura de los enemigos de Jesús, que se atrevieron ponerle condiciones al Hijo de Dios para creer en Él;…”Los escribas y fariseos dijeron; Maestro, queremos ver de Tì una señal.

Replicoles Jesús y dijo: Una raza mala y adúltera requiere una señal: no le será dada otra que la del profeta Jonás” …La Resurrección, veamos con fe viva lo que es agrado a Jesús y nos enseñan las Santas mujeres, fue su fe encendida y apasionado deseo de buscar a su Señor al ir verlo como lo siempre veían; llevan en su mente y corazón, limpios pensamientos: alabar, adorar y expresar lo que su corazòn ha guardado después de verle padecer y sufrir; sus palabras se avivan en su corazón por consolar y confortarle, es la fe que enciende y apasiona, que hace obrar al ser humano en la forma como es deseo de Dios y por mas que piense como voy hacerlo, el Espíritu Santo obra en el alma, así fue en las Santas mujeres, iban preparadas a buscar a Jesús al sepulcro con lienzos, perfumes y aceite para limpiar el cuerpo de su Señor, dice el evangelista, llevadas por la pasión de servirle y encontrarse con su Señor, no pensaron sino llegar ante el; …”Y al mirar, vieron que la piedra (Sepulcro) había ya sido removida, y era en efecto sumamente grande”…Al encontrar la losa movida de su lugar, se contrajeron sus entrañas por la angustia de María Magdalena, la que más fervor mostró en buscarlo, se adelantó a todas, fue la primera que llegó, al no encontrarlo pregunta a su interior; ¿Dónde estará Mi Señor? ¿Por qué se lo han llevado? Ahora su dolor es el verdadero y puro amor, prevaleciendo en ella la fe viva en Jesús, nos enseña que en la tribulación, la fe en Jesús sostiene.

Confundida se regresa de prisa y pasa junto a las otras mujeres, al ver su rostro desencajado la detienen, y ella explica que no lo vio, pero las demás mujeres mas cautas deciden entrar al interior del sepulcro;…”Y entrando en el sepulcro vieron sentado a la derecha, a un joven vestido con una larga túnica blanca, y quedaron llenas de estupor”…Ese joven es un Ángel en forma humana, su vestidura blanca, era señal de la gran fiesta que se gozaba en los cielos por la Resurrección de Jesús.

Conmovidas, y sorprendidas las Santas mujeres de estar ante la presencia de lo sobrenatural, es causa de admiración, como lo ha sido en las almas que han tenido la gracia de vivirlo, confundidas, no saben que hacer, ni que decir, el temor las obliga bajar la vista al suelo; calmados los ánimos tratan de levantar la vista, lo que no es posible hacerlo, y tampoco verlo de frente, su luz es demasiado esplendorosa que deslumbran sus ojos;…”Mas él les dijo: No tengáis miedo”... Su voz armoniosa, firme es a la vez consoladora, las tranquiliza y da confianza para que escuchen el mensaje, al decir las palabras del Señor;…”A Jesús buscáis, el Nazareno crucificado; resucitó, no está aquí”... Palabras sencillas y breves son las que Jesús ha dispuesto para ellas.

Dice San Agustín;…“Se ha hecho ya la experiencia en el grano principal; (Jesús) seguirá luego toda la mies, que son todos los seguidores del Señor.

De que cada uno de nosotros podrá decirse en su día: Ha resucitado, no está aquí: quiera Dios con su gracia hacer que la resurrección de nuestros cuerpos vaya acompañada de la transformación del mismo en cuerpo glorioso”...Continúa el Evangelio;…”Ved el lugar donde lo habían puesto”…Las invita a ver el lugar donde fue dejado su cuerpo y comprueben, que en verdad ya no esta, son las palabras del Ángel en ellas cada vez mas reales y por la fe en Jesús creen; ¡¡Jesús ha resucitado! el Ángel ve a su interior la aceptación del mensaje que Dios dispuso recibieran: la veracidad de su resurrección.

Continua;…”Pero id a decir a los discípulos de Él y a Pedro: va delante de vosotros a la Galilea: allí lo veréis, como os dijo”… A María Magdalena, el Señor confío el anunciar a los discípulos la Resurrección del Jesús, dice el evangelista;…”Ella fue y lo anunció a los que habían estado con Él, que se hallaban afligidos y llorando.

Pero ellos al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron”…El Ángel ha entregado una especial lección para bien de las almas en su relación con Dios: Quien busca a Jesús nada tendrá que temer, así será hasta “el ultimo día” lo mucho que se obtendrá.

Designadas las Santas mujeres heraldos de la Resurrección, deben cumplir llevando el mensaje a los discípulos y a Pedro, mención especial del Ángel a Pedro, por cuya referencia entendió: Jesús ha perdonado a Pedro sus negaciones, y le da su lugar, quedando reconocido por los demás discípulos, los que obran el reconocimiento de Jesús a la futura dignidad del príncipe de los Apóstoles.
¿Por qué el Señor dijo a sus discípulos se encontraría con ellos en Galilea y no en Jerusalén, donde se encontraban y más adelante ahí se les mostró? Hizo manifestación de su Resurrección para que fuera del conocimiento no solo de los doce, sino también de los demás discípulos que creen en Él, la mayoría vivía en la Galilea, así el escribe San Pablo;…”Después fue visto por más de quinientos hermanos de una vez, de los cuales los mas quedan aún ahora, algunos ya murieron”…Así fue el Testimonio de la Resurrección del Señor.

Hoy domingo de Resurrección, día de trascendencia para la cristiandad, por eso se llama al domingo día del Señor, por ser el día en que resucito; el día en que su alma espiritual se manifiesta en todo esplendor por la Resurrección del Señor en el cielo y en todo corazón; por eso es día de fiesta, no de libertinaje, es tener presente: la obra salvadora de Jesús nos ha redimido del pecado por amor y bien de las almas, es el día de la victoria de Cristo, día solemne en Nuestra Santa Madre Iglesia, por la Resurrección de Nuestro Señor, es la manifestación de su divinidad, que nos enseña San Pablo;…”Si Nuestro Señor no hubiese resucitado, vana sería nuestra fe”…
hefelira@yahoo.com

 

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