REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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EL DON DEL GOZO ESPIRITUAL

domingo, 25 de mayo de 2014
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…”Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mí Padre le amara, y vendremos a él, y en él haremos morada”… (Jn 14, 23)

El gozo espiritual, es el don gratuito recibido por cada alma sin excepción de la mano de Dios, armonizara en el Señor, cuando el fiel cristiano lo haga propio, y al hacerlo poseerá el valor del bien que rige los actos humanos, porque el acto de hacer el bien tendrá en el cristiano, un inapreciable valor espiritual que surgirá de lo profundo del alma: es la alegría que da la satisfacción del deber cumplido ante Dios y el prójimo, cuyo gozo en el alma a nada se compara con las cosas del mundo; ¿Cuántas veces se ha experimentado un bien realizado? La satisfacción esta en la vía del orden espiritual y moral, que avanza en el alma por merito propio, viviendo en su interior un único propósito: hacer el bien, haciendo que en sus obras perdure el bien primordial de sus actos, pues es en el alma su deseo y propósito de agradar al Señor, por lo que convertirá en hechos el amor fiel y perdurable como lo enseña San Cesáreo de Arlés;…”Todos aman a lo que les es semejante.

Por tanto, si lo semejante se une a lo semejante, lo desemejante se aleja mucho”…En efecto, el alma que vive el gozo espiritual, y como ama este vivir, por si misma se ata al valor del bien obrar, así todo comportamiento contrario al gozo espiritual, reconocido como los “goces” del mundo, son los que alejan las almas atraídas por el sueño del engaño, perdiendo el valor del verdadero gozo; pero cuando el propósito es el camino de obrar bien, el alma se eleva sobre sí misma buscando la excelsitud del Señor, y al hacerlo, vive en ella un gozo sin igual; pero cuando el alma desprecia vivir este gozo y se adhiere al disfrute carnal y material del mundo, pierde el gozo, la gracia y los medios que garantizan su destino sobrenatural.

Cristo Nuestro Señor, en su peregrinación por el mundo fue portador y dador de bienes, gracias y dones del Padre, y aún estando como esta en la gloria eterna, continúa con más persistencia la obra de su misericordia.

Predico a su pueblo el valor del gozo espiritual, pero carentes de fe no entendieron, lo ofreció a cada alma, y no lo aceptaron, después de su Ascensión a los cielos, lo presenta en los Santos Evangelios y Mandamientos, por lo que ninguna alma de cualquier siglo pueda decir: “yo no sabía” o “no conocía” Jesús profundiza su enseñanza, da los medios del Padre a cada alma, para que esta guie su vida de lucha contra las adversidades de la tentación, pero no solo es el ataque del demonio, sino que este enfoca su estrategia con sutileza contra las almas firmes en la fe y en Jesús, pues para él será botín de pirata, arrebatarle almas que son suyas; pero aquellas otras almas que desconocen o se hacen disimuladas de la obra salvadora de Jesús, son como la fruta madura ya pasada que cuelga del árbol, y que a la fuerza del viento la hace caer, abandonada se pudre y muere.

El único camino al verdadero gozo de la felicidad eterna, se obtendrá después de pasar por este valle de lagrimas, por ello Jesús, Hijo de Dios, muestra el error de muchas formas y maneras, previniendo así contra la perfidia del maligno, pero las personas que no tienen fe y no creen, caen; a pesar de ello Jesús va en su auxilio, no quiere que las almas creadas por Dios su Padre a imagen y semejanza suya se pierdan, no quiere que depositen su ser y obrar en la felicidad de obtener y ganar los bienes materiales, quiere que abandonen esta conducta, que nada podrá hacer en bien de su alma, si en la vida terrena se niegan así mismos el fruto del Espíritu, el bien de salvación al cual pueden acceder, pues bien harían en detener su caída y escuchar de San Pablo;…”El fruto del Espíritu son amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza.

Contra tales no hay ley. Los que son de Cristo han crucificado la carne con las pasiones y las concupiscencias”…En verdad lo que obra es el don del gozo espiritual, que San Juan Crisóstomo lo revela al referirse a los frutos del Espíritu Santo;…”Es el lazo de unión con Cristo”…
La palabra de Jesús nos dice entre otras muchas cosas, de la abundancia que viene por el Don del gozo para el alma fiel a Cristo Nuestro Señor es conservarlo, al hacerlo se acrecentara, pero en la gloria eterna, ese gozo no tendrá fin.

¿Cómo será esto? Jesús al dirigirse a sus discípulos antes de entregarse a sus enemigos, sus palabras les parecieron enigmáticas y misteriosas, pero nada hay de ello, Jesús hablo con la verdad, que por el momento no entendieron, pero si ahondamos en ellas, es necesario dar un repaso a la actitud humana, con relación al momento de rendir cuentas a Dios de la buena o mala fidelidad.

Hombre o mujer, cuya capacidad sea muy inteligente o de mediana capacidad o con poder, a unos y otros Dios les permite realizar logros esplendorosos y brillantes, impresionantes y exitosos que atraen la atención e impresionan a muchos los envanece, por lo general esos logros no son limpios, se obtienen ofendiendo al prójimo por una y otra vez, quebrantando el mandamiento del Señor por el engaño, dolo, mentira, traición, actos perversos, y todo lo que en una persona con capacidad o poder, emplea para obtener por medios ilícitos propósitos escondidos.

A estas personas, alguien de sus confianzas le dice; ¿Porque obras así? ¡Tus abusos te perjudicaran! No cobres intereses tan altos, lo haces para apoderarte de las propiedades; ¿No deseas la salvación de tu alma? Así como es de frio en sus actos, dice: Cuando llegue a ese momento, ya me las arreglare, pero mal calculo es el creer que estando ante Dios para ser juzgado, con un juego de palabras o razones disfrazadas de verdad, se sorteara el justificar una vida de crápula; el pecador que considera poder con mañas del mundo engañar a Dios, de ante mano esta equivocado, lo que debe corregir es su mala vida, pues se asemeja a aquel hombre de edad, que por la vida que llevó, el Sacerdote le recomienda confesarse, a lo que respondía: no necesito confesarme, porque ya estoy salvado, afirmar eso es imposible, jamás las almas de santidad lo han dicho o hecho, por el contrario, piden al sacerdote el Sacramento de la confesión, porque su empeño es llevar su alma limpia ante Dios.

Alguna vez ha venido la pregunta; ¿Cómo se vivirá la presencia de Dios? La vista del pecador apreciara por unos instantes la majestad sublime de su gloria y se embelesará de Él, pero al mismo tiempo el poder de Dios, con su sola presencia impondrá en el pecador su justicia, que vera en un instante los actos con los que ofendió a Dios y al prójimo, por los que no habrá una mínima consideración, en la mirada de Dios entenderá su sentencia, aceptando sin reclamo, ni tendrá animos para decir que no ha cometido los pecados que bien sabe cometió y se le muestran en detalle, ya no habrá oportunidad de perdón y el arrepentimiento perdió su valor, entonces Jesús dirá;…”Alejaos de Mí, malditos, al fuego eterno”…Y entonces: ¿Dónde quedaron las argucias de salvación? En el cesto de la basura.
Dice Jesús;…”En aquel día no me preguntaréis más sobre nada.

En verdad, en verdad, os digo, lo que pidiereis al Padre, Él os lo dará en mi nombre”… ¿Que nos enseña Jesús?;…”En aquel día conoceréis que Yo soy en Mí Padre, y vosotros en Mí”…Las palabras de Jesús guardan en sí el esplendor y excelencia, la plenitud limpia y la pureza de corazón del amor de Dios Creador, hacia la creatura por Él creada.

Si se pudiera reunir en un as las felicidades de los seres humanos en el mundo, seria una nada, comparada a la felicidad de una sola alma en la gloria eterna al lado del Señor.

Es bien razonar: la felicidad del alma inicia con la esperanza de salvación, se forja en el mundo por la fe y la presencia del Señor en el corazón por la Eucaristía.

El estado de unión entre el alma y Dios por mediación del amor, es un día claro de la gloria eterna, en que la inteligencia como ojo del alma, descubrirá, apreciara y vislumbrara la esencia de Dios, en su perene e ilimitada, perdurable y sempiterna verdad, viendo en ella todo cuanto se ha deseado saber en la vida terrena, ya no habrá dudas, incertidumbres, ni conjeturas, ya no habrá velos, porque estos dejaran al descubierto lo profundo de la honduras en que se hallan la razón de las cosas.

Triunfante será el alma que se propuso llegar al Señor y encontrarse con Dios cara a cara, dice el Apóstol;…”No es dado al hombre explicar”…O sea, Jesús en su palabra nos esta diciendo, los discípulos realizarán la obra Apostólica predicando, enseñando y preparando las almas a descubrir por la fe el don del gozo espiritual, mismo que las almas habrán de luchar en conservar y no perder; otra, Jesús adelanta por su palabra, la vida que se vive en la gloria eterna, ahí el alma vivirá eternamente el don del gozo espiritual, porque ;…”En aquel día no me preguntareis nada”… Se cumple la palabra de Jesús cuando dijo:…”A fin de que todos sean uno, como Tú, Padre, en Mí y Yo en Ti, a fin de que también ellos sean en nosotros”…
Continua Jesús;…”En aquel día pediréis en mi nombre, y no digo que Yo rogaré al Padre por vosotros”…No enseña, que en toda oración solicitando un favor, lo hagamos al Padre en su nombre, que no se niega a ninguna alma el dirigirse al Padre, haciéndolo a nombre del Hijo, que no hay necesidad de que Jesús ruegue por nosotros, porque su ruego esta hecho y aceptado por el Padre, solo queda al cristiano depositar su fe y confianza en Jesús.

Ahora bien, el nombre de Jesús, representa al Hijo de Dios hecho hombre, que vino al mundo a dar su vida por salvarnos del pecado, por lo tanto es el mas poderoso de los nombres, en él se a obrado nuestra salvación, y fuera de este nombre que va unido a Cristo, no hay salvación, esto debe quedar bien entendido, en quienes hoy brincan como ranas de piedra en piedra “buscando la verdad” La verdad es una sola: Nuestro Señor Jesucristo, pues por su nombre esta nuestro camino de santificación, todas las almas que se han salvado, y las que han salido del purgatorio son santificadas.

Por la virtud de Jesús recibimos la gracia, que por nuestro obrar la convertiremos en vida de gloria eterna. Al hacer de la oración cimiente y amparo, Jesús se verá animado en sus entrañas, y dará el aliento a toda oración que lleve la fuerza de su nombre, y la hará eficaz, mediando por nosotros ante su amado Padre;…”Pues el Padre os ama Él mismo, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que Yo vine de Dios”…Consecuencia del amor del Padre al Hijo, es el amor del alma que cree en la divinidad de Jesús, es un amor reciproco sin limite.

Él Padre corresponde a las almas que han amado a Jesús, porque cumplen con sus enseñanzas.
Continua Jesús;…”Salí del Padre, y vine al mundo; otra vez dejo el mundo, y retorno al Padre”…
La vida de Jesús, como todos los misterios expuesto para comprensión de un pueblo sin fe, se guardan en dos caminos; De su salida del Padre en la gloria eterna, para venir al mundo; que fue cumplir la misión misericordiosa de Dios en favor de los hijos por Él creados, Jesús se ha presentado con la indumentaria de su carne mortal, de tal forma que con los hombres vivió, y por los hombres murió; el segundo es su salida del mundo para ir al Padre, la misión encomendada por el Padre, fue realizar el anhelo de llevar los hombres a Dios, sembrar la semilla de la fe, del amor a Dios y al prójimo, completando la ley y estableciendo como regla de vida cumplir con los mandamientos, entregar su vida en forma incruenta, y volvió al Padre, dice San Agustín;…”Bajo para levantar a muchos, se hizo Dios hombre, para que el hombre llegará a Dios.

No frustremos el penosísimo viaje de Nuestro Señor Jesucristo: ha venido a la tierra a buscarnos: seamos dóciles, y dejémonos llevar de su mano divina a Dios”...
…”Dijéronle los discípulos: He aquí que ahora nos hablas claramente y sin parábolas”…Hasta ahora los discípulos dicen haber entendido, pues las palabras de Jesús los ha elevado a un nivel, de donde van apreciando la razón de la venida de Jesús al mundo, se avecina el momento de regresar al Padre.

Mas animados porque aprecian no guardar dudas, se muestran menos temerosos y dicen a Jesús:…”Ahora sabemos que conoces todo, y no necesitas que nadie te interrogue.

Por esto creemos que has venido de Dios”…Los discípulos ya han creído. Jesús ha adelantado y repasado sus pensamientos y conociendo lo que en el guardan, ¿Han olvidado las manifestaciones de su divinidad? ¿Cuantas veces les dio a conocer lo que pensaban? Cuantas los salvo de las tempestades, las dos veces que multiplico los panes, donde fueron testigos en ambos milagros, repartiendo los peces y los panes, estar con Jesús en la resurrección del hijo de la Viuda Naim, la Hija de Jairo y Lázaro, lo que les mantuvo fue el amor que por Jesús siempre fue en ellos; pues así de la misma forma obra el mundo, a pesar de conocer la obra de Cristo, la razón de su venida, el vivir momentos de gozo por los bienes espirituales y temporales que vienen de la mano generosa del Señor, el mundo no cree en Él, su fe es débil o no la tiene.

Jesús ha enseñado al mundo la ciencia de Dios, que en valor es más de lo que los sabios juntos de todos los siglos han dado a conocer al mundo, por eso ha abierto la inteligencia del hombre a la verdad y la eternidad.

Jesús ilumina las conciencias de sus discípulos con las claridades de la gracia, que guían al camino donde al final encontrarán a Jesús con los brazos abiertos.

La sabiduría de Jesús es infinita, todo lo sabe y conoce, a ello agreguemos que conoce el pasado, el presente y el futuro. La realidad es cruda, y advierte a una necesaria reflexión que sacuda el ego, la prepotencia, la falsa grandeza y vanidad en que ha caído el hombre, e ir a redescubrir su destino eterno por la fe, la humildad, la mansedumbre y todo acto de piedad que eleve el alma a Dios, y será por la frecuencia de sacramentos en que se afirme en Cristo y que su respuesta no sea como el reclamo que hace Jesús a los suyos;…” ¿Creéis ya ahora?”…




hefelira@yahoo.com

 

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