El estudio, basado en datos de la Procuraduría General de la República (PGR) e instituciones estadounidenses, asegura que en 2013 se detectaron en el país más de 12 mil cuentas personales de internet desde las que se difunden fotografías o videos donde se exhiben imágenes de explotación sexual a menores de edad.
En el año 2012 fueron descubiertas7 mil cuentas; en 2011, 3 mil, y en 2010, 580.
El crecimiento del fenómeno ha traído consigo una nueva modalidad: el surgimiento de videoclubes de pedófilos mexicanos.
“Actualmente, la compra-venta de pornografía infantil ha dado paso al intercambio de archivos. No necesitan comprar nada para agrandar las colecciones personales de los pedófilos.
Simplemente se conectan a internet, suben sus archivos a páginas o redes privadas y realizan un trueque entre lo que tienen y lo que quieren”, comenta Andrés Velázquez, investigador de delitos cibernéticos.
EL UNIVERSAL realizó un ejercicio para conocer las entrañas de este submundo. En seis horas se logró ingresar a un videoclub mexicano y descargar seis cintas que muestran a menores de entre nueve y 14 años teniendo sexo con adultos.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos dice que la pornografía infantil mexicana genera unos 34 mil millones de dólares anuales.
Hace 20 años, estas cintas se compraban en el mercado negro, lo que conllevaba riesgo de ser arrestado. Ahora, los videoclubes proveen de mayor impunidad.