De ese total, 43% correspondió a créditos no revolventes (préstamos personales y de nómina), seguidos de los no bancarios con 29%, mientras que las tarjetas de crédito participaron con 28%, arroja el análisis Situación Banca 2014.
En el caso de los plásticos bancarios, el pago por este concepto ha disminuido en los últimos cinco años, pues en 2009 se ubicaba en una proporción de 55%, lo cual se explica por el incremento en los clientes “totaleros”, es decir, aquellos que cubren cada mes el total de sus compras y que por lo tanto no generan intereses.
El análisis reveló que las familias que ganan menos de 3 mil 500 pesos trimestrales (primer decil de la población) tienen un gasto corriente de 5.4 veces de sus ingresos por sueldos y rentas, mientras que para quienes tienen ingresos de más de 120 mil pesos trimestrales, es de 0.8%.
Ello significa que los hogares menos favorecidos gastan más de lo que reciben, ya que su endeudamiento se da por medios informales, más costosos que el sector financiero formal.