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INAH analiza restos de gonfoterio descubiertos en Tlaxcala

Encapsuladas y resguardadas para su limpieza y aplicación de un tratamiento de conservación, para luego ser estudiadas por especialistas en megafauna, se encuentran tras su hallazgo inédito
miércoles, 23 de julio de 2014
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MEXICO, D.F., julio 23 (EL UNIVERSAL).- Encapsuladas y resguardadas para su limpieza y aplicación de un tratamiento de conservación, para luego ser estudiadas por especialistas en megafauna, se encuentran tras su hallazgo inédito, un cráneo y dos defensas de gonfoterio de unos 10 mil años de antigüedad, en la comunidad de Santiago Tepeticpac, en el estado de Tlaxcala.


En un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Aurelio López Corral, especialista del INAH Tlaxcala, precisó que los restos de este ejemplar se encontraron a finales de mayo pasado entre unos depósitos de arenas volcánicas sellados por gruesos estratos de tepetate, en el municipio de San Juan Totolac y se le calcula unos diez mil años, porque tal especie tuvo un rango de vida amplio.


El descubrimiento es inédito en Tlaxcala, porque hasta donde se sabe es el único ejemplar de gonfoterio excavado en esta región, algo similar no se había encontrado, y menos un cráneo completo con las defensas.


“Se han hallado restos fósiles en otros lados del estado, pero nada como esto, lo que nos permitirá hacer más estudios sobre la presencia de megafauna en la entidad durante el periodo del Pleistoceno”, abundó López Corral.


El cráneo y las defensas -dientes incisivos- miden alrededor de 2 metros de largo, cuya extensión —relativamente corta para ejemplares de esta especie— indica que pudo tratarse de un individuo joven.

Pero, los expertos confirmarán esta hipótesis hasta que realicen los estudios correspondientes, agregó.
Este hallazgo se produjo cuando un grupo de trabajadores, al extraer material de un banco de arena para las obras de restauración en el sitio arqueológico de Tepeticpac, que se encuentra en proceso de exploración y rehabilitación, advirtió que asomaba la punta de una de las defensas, por lo que tras la autorización correspondiente se procedió a su rescate, el cual les llevó seis semanas, añadió.


“Lo sacamos en bloque para no alterar nada, fue una odisea porque pesaba cerca de una tonelada con todo y el bloque de arena”, dijo.
Estos depósitos aluviales probablemente conforman un antiguo manto acuífero y presentan muchas capas de arenas finas y gruesas, producto de la sedimentación durante miles de años.

Este tipo de ambientes permite la fosilización de los especímenes. “Esto es lo que probablemente funcionó para que el gonfoterio se fosilizara y se preservara”.


Las capas de tepetate que sellaron los depósitos aluviales tienen en algunas zonas alrededor de 50 o 60 metros de espesor, pero la ladera donde se encontró la especie de proboscídeo solamente mide entre dos o tres metros de grosor debido a la erosión.


En estos tepetates también suelen contener vestigios de megafauna, pues se encontraron fragmentos de maxilares de algún camélido o caballo de al menos 10 o 12 mil años de antigüedad.

“Son restos de mandíbula aislados, que seguramente corresponden a otro momento histórico, diferente al del gonfoterio”, finalizó el especialista.

 

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