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Las favelas en la mira de los candidatos pese a la desconfianza de sus habitantes

Las favelas en la mira de los candidatos pese a la desconfianza de sus habitantes Foto del 11 de agosto de 2014 de la favela Pavão Pavaozinho en Copacabana. EFE
Las favelas de Río de Janeiro, con casi un millón y medio de habitantes, están nuevamente en la mira de los candidatos a las elecciones presidenciales, legislativas y regionales de octubre próximo en Brasil
jueves, 21 de agosto de 2014
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Río de Janeiro, 21 ago (EFE).- Las favelas de Río de Janeiro, con casi un millón y medio de habitantes, están nuevamente en la mira de los candidatos a las elecciones presidenciales, legislativas y regionales de octubre próximo en Brasil, pese a la eterna desconfianza de quienes viven en estas barriadas pobres.

"En elecciones vienen muchos políticos pero no podemos confiar en ellos. Son pocos los que vienen a la comunidad para hacer algo", aseguró a Efe José Mário Hilário, presidente de la asociación de vecinos de la favela Santa Marta y cuyas palabras reflejan la desconfianza de una población que no figura entre las grandes prioridades de los gobernantes.

Horas antes de esta declaración, Hilário acompañó al candidato socialdemócrata a la Presidencia Aécio Neves en su visita a esta favela en la zona sur de Río de Janeiro, la primera en beneficiarse con la política de seguridad del gobierno regional de instalar puestos permanentes de policía en comunidades que antes eran controladas por bandas de narcotraficantes.

La visita del opositor estuvo marcada por la ausencia de moradores, muchos de los cuales admitieron no conocer al tercer candidato con mayor intención de voto en Brasil según la encuestadora Datafolha.

"Hay que mejorar la educación, la seguridad y los ingresos de estas comunidades", respondió Neves a Efe al ser preguntado sobre la ausencia de vecinos durante su visita a Santa Marta y la estrategia del partido para atraer el voto de los más pobres.

Una fuente de la asociación de vecinos de Rocinha, la favela más poblada de las 763 que hay oficialmente en Río de Janeiro, explica que "el desconocimiento es mutuo, la gente está cansada y a la hora de votar la mayoría sigue a la mayoría (al candidato favorito)".

Este comportamiento pudo ser decisivo en 2010, cuando la entonces candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, fue elegida presidenta con un respaldo superior al 73,7 % en las favelas de la Cidade Maravilhosa durante la segunda vuelta.

Una semana antes de los comicios, Rousseff y su equipo de campaña visitaron la favela de Cantagalo, también en la zona sur de Río.

El candidato socialista Eduardo Campos, fallecido la semana pasada, y su sucesora, la ecologista Marina Silva, tenían programada una visita a principios de agosto al Complejo del Alemán, el mayor conjunto de favelas de Río, en la que tendrían como anfitrión el exfutbolista, diputado federal y candidato a senador Romario, nacido en la cercana favela de Jacarezinho hace 48 años.

La visita fue aplazada por el mal tiempo y la muerte de Campos en un accidente aéreo terminó cancelándola.
Pero las visitas de los candidatos a las favelas también han generado polémica por la supuesta intervención de bandas de narcotraficantes y parapoliciales que aún dominan algunas barriadas.

"Me niego a tener que pedirle permiso a alguien", dijo el diputado regional Luiz Paulo Corrêa al explicar que tuvo que cancelar una visita a la Rocinha por amenazas de pistoleros.

Al igual que Corrêa, varios políticos figuran en la lista de candidatos prohibidos elaborada por narcotraficantes y parapoliciales en las favelas que siguen controlando.

Un reportaje del canal brasileño O Globo reveló que algunos grupos criminales exigen el pago de hasta 100.000 reales (43.500 dólares) a los políticos que quieren llevar su propaganda electoral a los territorios que controlan.

No obstante hay candidatos que presumen de mantener una relación fluida con las favelas. Uno de ellos es el candidato del oficialista Partido de los Trabajadores a la gobernación de Río de Janeiro, Lindbergh Farías, quien se reunió el lunes con representantes de la Federación de Asociaciones de Favelas de Río de Janeiro (Faferj).

Una fuente de su equipo de campaña explica que los habitantes de las favelas "tienen un mínimo de conocimiento" de Lindbergh "debido a sus proyectos con las asociaciones durante su etapa como senador".

"Quien entra en la comunidad es porque es respetado por la comunidad. No es el traficante el que hostiga a los candidatos, quien hostiga es el pueblo que está cabreado con ellos", afirma el exgobernador de Río Anthony Garotinho, favorito en las encuestas al gobierno regional, en respuesta a quienes lo acusan de tener un acuerdo con el crimen organizado para hacer campaña en las favelas.

Once millones de brasileños, el 6 % de la población, viven en favelas, según los datos del Censo de 2010. Con el 22 % de su población viviendo en estas barriadas, Río es la ciudad con mayor proporción de habitantes en favelas.

 

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