Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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El “pecado” de ser viejo

miércoles, 27 de agosto de 2014
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Tenía más de cinco años de no verlo. El lunes pasado lo encontré sentado en la silla de Miguel, el peluquero más afamado de Ciudad Victoria, casi en la esquina del Nueve Juárez.


De primera vista no lo reconocí. Su corte tipo policía había desaparecido y eso me confundió. Hoy usa la cabellera normal de cualquier persona.

Reaccioné cuando él mismo me saludo con una pregunta: “ ¿Cómo estás?”.
Fue entonces que caí en la cuenta.

Se trataba de Goyito, uno de los más veteranos oficiales de Tránsito, que durante casi dos décadas dedicaron su vida a ordenar la vialidad en la Capital tamaulipeca.


Se veía demacrado, agobiado, y aún más cuando le pregunté por su situación laboral.
“Me despidieron desde hace varios años y no he podido recuperarme” dice entre una especie de queja y lamento.

Su edad supera los 50 años y eso le hace más difícil encontrar una nueva oportunidad de empleo.
Goyito es solo uno de decenas, cientos o miles de expolicías que fueron despedidos bajo el pretexto de que no superaron los exámenes de control y confianza.

En realidad, muchos de ellos, y es el caso de Goyito, fueron desechados por viejos.
Esa es la realidad: un alto porcentaje de elementos de las corporaciones policiales fueron echados a la calle porque su resistencia física, producto de su edad, ya no les permitía seguir en su tarea.
No es que fueran deshonestos o corruptos.

Su pecado fue ser viejos.
Y no está mal que el Gobierno haya tomado esa decisión. Por seguridad misma de esos policías era preciso retirarlos del servicio.

Lo que sí es lamentable y criticable, es que los desamparen, echándolos a la calle con una raquítica indemnización que apenas les alcanzara para mal subsistir dos o tres años.


En tiempos donde la defensa de los derechos humanos se ha venido fortaleciendo, suena a incongruencia que éste tipo de situaciones sucedan. Lo menos que merecerían esos expolicías es la garantía de una oportunidad laboral.


Ojalá y que hacia dentro del Gobierno haya alguien que haga conciencia en esa situación, y que se ocupe de diseñar algún programa o mecanismo que abra esa oportunidad de empleo a decenas, cientos o miles de Goyitos, que hoy enfrentan el desamparo.

EL RESTO.

Con casi 11 meses de ejercicio en el cargo, el Alcalde de Nuevo Laredo, Carlos Enrique Canturosas Villarreal, ha convertido a su administración en una de las más eficientes.


El hecho debe traer preocupados a propios y extraños en el PAN y el PRI, sobre todo a quienes sueñan con ganar el más grande premio en la “lotería" sexenal del 2016, y ven al edil fronterizo como un serio obstáculo.

ASI ANDAN LAS COSAS.

 

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