Marco A. Vázquez

Cena de Negros

Puede más un calzón que el dinero…

Conocedores de la idiosincrasia del mexicano los jerarcas de los partidos políticos le pueden pasar todo a sus militantes menos dos cosa, una es que les roben dinero y el segundo pecado capital es que se exhiban en situaciones pecaminosas como en un “teibol” o situaciones parecidas.
Así, durante estos dos últimos años la constante fueron acusaciones en contra de Alberto Villarreal, ex coordinador de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados Federal y otros compañeros de partido entre los que presuntamente se encontraba Carlos García, Diputado Federal por Matamoros, a quienes se les señaló por extorsión a presidentes municipales o cobro de cuotas por asignarles recursos federales para obras pero por ese pecado no ocurrió nada.
Según las acusaciones documentadas con algunas entrevistas a ediles, sobre todo del PAN, los Diputados azules gestionaban obras, las aseguraban en sus negociaciones con el sistema y las etiquetaban a presidencias municipales que a cambio se comprometían a regresar el 10 por ciento del monto de las mismas en efectivo y, además, asegurar la contratación de empresas que los legisladores federales les proponían.
Luego, siguieron acusaciones de negocios similares en contra de los mismos legisladores pero nada de eso hizo que los quitaran de la coordinación de la bancada azul, nada, hasta que se atrevieron a salir a bailar con la banda y acompañados de mujeres de poca ropa mejor conocidas como teiboleras, ese si fue un pecado, una grave ofensa al Creador y por ello no merecían más representar al PAN en el Congreso, se les quito el presupuesto, su liderazgo, y, y, y ya.
Triste México, una vez más se comprobó que un calzón mueve más cosas que todo el dinero del país, que los políticos pueden cometer cualquier acto de corrupción al amparo del poder menos hacer cosas que atenten contra su “moral y buenas costumbres”.
Al coordinador de los Senadores del PAN, Ernesto Cordero Arroyo le pasó algo similar, se atrevió a desaparecer, según algunos panistas, más de 200 millones de pesos del presupuesto de la coordinación azul en el Senado y ese fue un pecado capital para su dirigencia, lo lamentable es que no se le reclamó el dinero sólo el no haberlo repartido en forma “adecuada”.
Por supuesto, la situación de los Diputados del PAN es muy similar a la de Cuauhtémoc Gutiérrez, ex dirigente del PRI en el DF al que de inmediato desligaron del partido cuando se le acuso que dirigía una red de prostitución pagada con presupuesto público, con prerrogativas que se le daban al tricolor para su operación política y búsqueda del voto.
Y no se quedan atrás los del PRD o la izquierda, muchos de ellos grabados en video, otros en conversaciones telefónicas exhibiendo como hacen trampa, como cometen actos de corrupción y no les pasa nada.
Todo esto viene a colación porque el presidente de la Organización Sociedad en Movimiento, Alberto Núñez Esteva, también ex presidente de la Coparmex, habló una vez más de la corrupción, fenómeno que según estimaciones del organismo que dirige le cuesta al país más de 1.5 billones de pesos, una cifra que representa casi del 50 por ciento del presupuesto nacional.
Para ejemplificar, la cifra corresponde a todo el dinero que se invierte en educación, salud, seguridad pública, y otros rubros que se podrían atender si se evitarán esos índices tan altos de corrupción.
Pero no sólo es la corrupción que afecta en dinero, el problema se vuelve más grave cuando la misma organización informa que el fenómeno causa que el 98 por ciento de los delitos queden en la impunidad, que solo dos de cada 100 presuntos delincuentes purguen condenas en la cárcel.
Ahí está México, pintado de cuerpo entero, un país con alta tendencia a la corrupción donde pocos hacen un esfuerzo por ser mejores, donde muy pocos luchan contra ese fenómeno que, hoy por hoy, nos tiene sumidos en una graves crisis de inseguridad, educación, salud, y en el aspecto financiero.
Por eso existen 55 millones de pobres en México, porque la impunidad y la corrupción campean en todo el país, y porqué, además, a los partidos políticos no les interesa combatirla, no mientras no se asome un calzón, porque, le repito, en este país mueve más cosas una tanga que cualquier suma de dinero.
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