Abdulá advierte de que el proceso electoral afgano está "en punto muerto" El candidato para las elecciones presidenciales afganas Abdulá Abdulá ofrece un discurso ante sus seguidores durante una rueda de prensa de Kabul (Afganistán) hoy, lunes 8 de septiembre del 2014. EFE

Abdulá, en rueda de prensa en Kabul, reiteró que no aceptará los resultados electorales, ni siquiera tras la auditoría que recontó los 8,1 millones de votos para determinar su validez, y volvió a proclamarse vencedor de los comicios.

"El proceso ha llegado a un punto muerto porque la otra parte no hace nada e interpreta nuestra paciencia como una debilidad, regateando por esto y por lo otro", criticó el político afgano, en referencia a la formación de un Gobierno de unidad nacional.

Respecto a sus acusaciones de fraude, subrayó que la auditoría comenzó sin criterios claros sobre la validez de los votos y sin esperar a los observadores internacionales, además de que su equipo aún carece de datos sobre un millón de los sufragios auditados.

La auditoría de los 8,1 millones de votos concluyó el viernes, sin que se haya establecido una fecha para anunciar el resultado electoral.

El análisis de la autenticidad de las papeletas empezó el 17 de julio y sufrió varias interrupciones, por los desacuerdos entre ambos candidatos sobre los criterios para determinar la validez de los sufragios.

Abdulá, quien ganó la primera vuelta, ya se negó a aceptar el resultado preliminar de la segunda ronda electoral celebrada el 14 de junio, que daba como vencedor a Gani con el 56,4 por ciento de los votos, por lo que denunció un "fraude a escala industrial".

Sin embargo, tras la mediación del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que viajó en dos ocasiones al país para resolver la situación, ambos candidatos acordaron auditar todos los votos y crear un Gobierno de unidad liderado por el vencedor.

Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas después de que el año pasado las fuerzas de seguridad afganas se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de la fuerza internacional ISAF, que culminará su misión definitivamente a finales de 2014.

A pesar de la retirada de la OTAN, Estados Unidos ha anunciado que mantendrá a unos 9.800 soldados en territorio afgano hasta finales de 2016.