Héctor Miguel Chávez

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Discurso de la politóloga guatemalteca::: Documento para un buen debate::: Tiene muchos puntos de discusión::: Aporta ideas interesantes::: Generará profundos desacuerdos::: Ser lanza contra populistas:
miércoles, 19 de noviembre de 2014
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:: Critica la escuela gratuita::: Divergencias con la salud gratuita::: Aspira a ser presidenta de Guatemala

H. MATAMOROS, Tam.- Lo prometido es deuda. Tal y como se lo anunciamos en la columna del miércoles 12 de Noviembre, he aquí la primera parte del discurso de la politóloga guatemalteca Gloria Alvarez, pronunciado en septiembre pasado en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud en Zaragoza, España.
Es un discurso para la polémica.

Tiene mucho por discutirse pero vale la pena, sobre todo porque empezamos a vivir un proceso electoral cuyo debate se irá intensificando conforme se acerque la fecha de la selección de candidatos.

Por eso este documento es relevante para nosotros. Dice así:
----- Parte Uno ---
Creo que los retos que se nos vienen en este Primer Parlamento Iberoamericano son bastante grandes y la propuesta que yo quiero hacer es, retomando la cátedra que nos acaba de dar el Dr. Florentino, es que desmantelemos el populismo a través de la tecnología.
Y les voy a explicar por qué.
Ya el debate de izquierdas y derechas, de hecho es más utilizado por los populistas que por las personas que estamos tratando de rescatar las instituciones.
El populismo (platicando con las personas que hemos platicado y compartiendo lo que hemos compartido) de lo primero que se encarga es de desmantelar instituciones poco a poco; a reescribir constituciones, para poderlas acomodar a los antojos de los diferentes líderes corruptos que tenemos en Latinoamérica.
El populismo, sin embargo, no ha llegado ahí por pura casualidad, y también es parte nuestra no solo denunciarlas atrocidades que el populismo comete contra nuestras instituciones sino también reconocer el pésimo trabajo de los sistemas gubernamentales, que precedieron y que llevaron a la absoluta crisis a las personas y a las poblaciones que en desesperación recurrieron a estos líderes a veces por vías democráticas y que por lo mismo justifican su permanencia en el poder.
Por eso mismo creo que la batalla entre izquierdas y derechas las personas que estamos en contra del populismo debemos hablar del populismo vs. República.

(Gritos de “¡Muy bien!”)Porque es la República la que realmente garantiza la institucionalidad del Estado.
Desde los tiempos ancestrales de los griegos, filósofos como Sócrates y Aristóteles, vieron los defectos de la democracia.
¿Y por qué los vieron? Porque hay tres derechos fundamentales inalienables a cada uno de nosotros.

Nuestra vida, a través de la cual podemos ejercer nuestros proyectos; nuestra libertad, a través de la cual nos podemos expresar, podemos comerciar, podemos trabajar, podemos movilizarnos, acogernos a la creencia que sea de nuestra preferencia y poder expresar así nuestros sistemas políticos y lo que buscamos de un gobierno; y por último, nuestra propiedad privada.

Y nuestra propiedad empieza por nuestro cuerpo, por nuestra integridad física. Nuestra propiedad es el cumulo de todas las cosas desde el día que nacemos hasta el día que morimos que nosotros podemos logar.
Estos res derechos, sin embargo, pueden existir en cada uno de nosotros sin impedir esos mismos derechos en alguien más.
Ahora, ¿qué pasa con otros derechos? Como por ejemplo: derecho a la salud, a la educación, a la vestimenta y a una serie de derechos que han sido exigidos por poblaciones en cada uno de nuestros países y que no han sido atendidos.
El problema con esos derechos, y que los griegos lo reconocieron desde ese entonces, es que necesitan una renuncia previa del derecho de propiedad de alguien más para poder ser otorgados, y ahí es donde nuestros gobiernos han fallado.
Porque si bien hablamos de que todas las poblaciones tienen derecho a estas cosas, nunca queda estipulado quien debe renunciar a ciertos derechos para otorgar esos otros.

Y de ese malestar es que nuestras poblaciones han decidido recurrir a los regímenes totalitarios y populistas que hoy vemos.
Independientemente de nuestras ideologías políticas, seamos liberales o seamos socialdemócratas, debemos reconocer que ese es un debate que la región debe tomar.

Si vamos a dar derechos, de donde los vamos a sacar y con qué recursos se van a pagar.
Porque si eso no queda establecido nuestras poblaciones van a seguir interminablemente viendo en estos líderes la respuesta y la solución.
Me gustaría retomar lo que dijo el señor Florentino acerca de su definición de populismo, cuando el dijo que es “el atajo por el cual jugamos con las pasiones, ilusiones e ideales de la gente para prometer lo que es imposible, aprovechándose de la miseria de la gente, dejando fuera, absolutamente, toda la razón y la lógica en la toma de decisiones; juega con la necesidad para sencillamente imponer una dictadura; juega con la necesidad de nuestros pueblos...

 

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