Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

¿Para qué comparecer?

¿Sirve de algo la comparecencia de Secretarios ante el Congreso del Estado? Si usted me pegunta a mí, le diré que no.
En realidad, el hecho de que algunos de los funcionarios públicos de primer nivel acudan cada fin de año ante la sede legislativa obedece solamente a un propósito, que es el de cumplir con una exigencia establecida en la ley.
Es, por decirlo con claridad, un ejercicio ocioso, que solo provoca derroche de recursos públicos.
¿Por qué?, preguntará usted.

Porque sencillamente las comparecencias no dejan ningún beneficio social. Se trata sólo de un acto protocolario, en el que un Secretario llega y se sienta frente a un grupo de diputados, que le hacen dos o tres preguntitas, muchas veces ingenuas, que en realidad solo sirven de pauta para que, unos y otros se luzcan.
Bueno, hasta los legisladores de oposición, esos que en tribuna o en las conferencias de prensa se rasgan las vestiduras denunciando lo que ven mal en el Gobierno, se prestan para hacer interrogantes tan cándidas que terminan dando pena ajena.
Uno esperaría que por lo menos los diputados opositores aprovecharan la ocasión y expusieran sus dudas, cuestionaran, criticaran y evidenciaran lo que ven mal en cada una de las dependencias públicas, pero no, por alguna razón se suman al trato terso que las bancadas oficiales le dan al visitante.
No estamos promoviendo un linchamiento hacia los comparecientes.

Lo que decimos es que algo tiene que hacerse para darle utilidad a ese ejercicio de la glosa de un informe de Gobierno.
Por principio de cuentas, ese formato bajo el que se rigen las comparecencias es completamente obsoleto, pero además es soso, aburrido, mecánico.
En tiempos como los de ahora donde se está pugnando por una modernidad de los ámbitos político, electoral, y desde luego el legal y jurídico, resulta obligado que legislaturas como las nuestras se sumen a esa inercia.
Por ese motivo, y para evitar que las visitas de los Secretarios al Congreso siga viéndose como una simple pasarela protocolaria, es preciso que los diputados, todos, se sienten a darle una revisada a la ley para buscar un procedimiento que garantice eficiencia.
Debe ser un procedimiento que dé provecho a cada comparecencia, para, por ejemplo, señalarle al funcionario sus errores y comprometerlo a emprender acciones de solución, todo ello privilegiando el interés de los ciudadanos.
Mientras algo así no se concrete, las comparecencias seguirán siendo un simple acto de lucimiento personal del Secretario en turno.
EL RESTO.
El alcalde capitalino, Alejandro Ettiene Llano, sigue privilegiando el trato directo con la ciudadanía.
Al menos dos veces por semana el edil recorre las colonias o fraccionamientos para escuchar sus problemas y buscar alternativas de solución.
Esta semana, por ejemplo, hizo presencia en la colonia “Américo Villarreal Guerra”, para la entrega de 1,700 metros cuadrados de pavimentación hidráulica y más de mil metros cuadrados de bacheo para ese sector.
“La responsabilidad de mover a nuestra ciudad es compartida con todos los victorenses”, dijo el alcalde.
ASI ANDAN LAS COSAS.
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