Alíber López

Optica Política

Optíca Política

Que duro para las instituciones educativas del país, que la reforma educativa no contemple recursos suficientes para invertir en el mejoramiento de la calidad de la educación.

La propuesta hecha por el Presidente de la Comisión de Educación en la Legislatura 2000-2003, Enrique Meléndez Pérez, tamaulipeco y líder de la Sección XXX del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación), en 1998-2000, de que se aplicara el 8% del PIB a la educación, aumentado gradualmente a partir del acuerdo legislativo, no se ha cumplido y actualmente, la propuesta existente para el gasto educativo el próximo año fiscal, es de que pase, de 302 mil millones de pesos a 305 mil millones.
La cantidad propuesta para el gasto educativo del 2015 equivale apenas a un tercio aproximadamente, de lo que debiera ser, después de transcurridos 11 años de la aprobación del acuerdo legislativo mencionado en el párrafo anterior.

Si a la vez estamos inmersos en un proyecto de implementación de una Reforma Educativa que muchos han calificado de laboral, por aquello del ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia en el servicio, en el que se hacía necesario invertir una cantidad adicional, la cantidad de 2 mil millones de pesos más para el gasto educativo, propuestas por el Poder Ejecutivo que preside Enrique Peña Nieto, no cubren ni las necesidades normales de crecimiento de la matrícula, ni siquiera el 10 % de los 28 mil millones de pesos anuales necesarios, para la plena implementación de la “Reforma” en un periodo de 10 años aproximadamente, que se proyectaron en la presentación de la LGSPD (Ley General del Servicio Profesional Docente), para su aprobación.
Los recursos a “Educación” para mejorar la calidad de la enseñanza, no programan recursos suficientes para mejorar la infraestructura de por lo menos 100 mil Centros de Trabajo Educativos, alimentación gratuita para millones de niños y jóvenes marginados y lo necesario para capacitar y actualizar maestros en Educación Básica.

El balance de las necesidades financieras del Estado para invertir lo constitucional en atención a la demanda educativa y de servicios, así como de la formación profesional del magisterio, lo podremos tener al finalizar este año escolar, pues en junio está programado evaluar el desempeño docente de los maestros en servicio, para ubicarlos, como idóneos o no idóneos.
De tener resultados insuficientes o “No Idóneos” en los maestros, que presenten un examen, que el INEE (Instituto Nacional de Evaluación Educativa), elaborará y les aplicará un examen que será obligatorio al menos una vez cada 4 años, (solo quienes lo pasen como “Idóneos”); el resultado de “insuficiente” o no “idóneo”, dará lugar a evaluaciones anuales que culminaran con el “Retiro Voluntario” o cambio de función, si en el tercer año de evaluado, sus resultados son “insuficientes”.

El resultado de “suficiente” dará lugar a un “nombramiento definitivo” que tendrá que ser validado cada 4 años.

Nos preguntamos si el rigor en la aplicación de este sistema de evaluación magisterial, será igual en el ámbito privado de la educación, que cubre una demanda sensiblemente importante de estudiantes.