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Esquizofrénico agota opciones para eludir inyección letal

La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito y el gobernador de Texas, Rick Perry, tienen en sus manos la vida de Panetti, ya que una decisión suya en las próximas horas evitaría ejecutar la sentencia. EFE/Archivo
A Scott Panetti, esquizofrénico, le quedan pocas horas antes de que el estado de Texas (EE.UU.) le suministre una inyección letal por un doble asesinato en 1992
martes, 2 de diciembre de 2014
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Austin (EE.UU.), 2 dic (EFE).- A Scott Panetti, esquizofrénico, le quedan pocas horas antes de que el estado de Texas (EE.UU.) le suministre una inyección letal por un doble asesinato en 1992, a menos que se escuchen las peticiones de suspender la ejecución, a las que hoy se sumó la ONU.

La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito y el gobernador de Texas, Rick Perry, tienen en sus manos la vida de Panetti, ya que una decisión suya en las próximas horas evitaría ejecutar la sentencia.

De no hacerlo, los funcionarios del Departamento de Justicia Criminal de Texas suministrarán una inyección letal al reo el miércoles a las 18.00 hora local (00.00 GMT del jueves) en la cárcel texana de Huntsville.

"Llevar adelante la pena de muerte bajo estas condiciones puede considerarse como una ejecución arbitraria", alertó hoy desde Ginebra el sudafricano Christof Heyns, relator especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.

Una opinión secundada por su colega argentino Juan Méndez, relator especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

"No existen dudas de lo cruel e indigno de ejecutar en una sociedad civilizada a una persona con problemas mentales", dijo Méndez.

Ambos coincidieron en hacer un "llamado urgente" a los gobiernos de Estados Unidos y Texas para que "encuentren una manera de parar la ejecución".

En septiembre de 1992, Panetti, que ahora tiene 56 años, asesinó a sus suegros y secuestró a su esposa y a su hija de tres años en Fredricksburg (Texas) hasta que fue detenido horas después del crimen, unos hechos que el condenado achacó entonces a su alter ego "Sarge".

Durante su juicio, en 1995, Panetti se defendió a sí mismo disfrazado de vaquero y trató de llamar a más de 200 testigos, entre ellos al expresidente estadounidense asesinado John F. Kennedy, al papa Juan Pablo II y a Jesucristo.

Desde entonces ha sido hospitalizado por psicosis y delirios en múltiples ocasiones.

Tom Price, un juez republicano con 16 años de servicio en la más alta corte criminal de Texas, hizo un histórico pronunciamiento la semana pasada en contra de la pena capital a propósito del caso de Panetti.

"Tras considerar la conveniencia de la pena de muerte como forma de castigo para aquellos que cometen un homicidio, ahora creo que debería ser abolida", dijo Price, aunque no sirvió para que la Corte de Apelaciones Criminales de Texas reconsiderara la ejecución.

La ejecución de Panetti también ha despertado el interés de la prensa nacional e internacional.

"Una sociedad civilizada no debería ejecutar a nadie. Pero lo que no puede pretender es adherirse a cualquier estándar moral aceptable si mata a alguien como Scott Panetti", recogía el 23 de noviembre el rotativo The New York Times en un editorial titulado "¿Matará Texas a un hombre demente?".

El británico The Independent, por su parte, titulaba este martes en portada "La ejecución más indignante de Estados Unidos", acompañado de una gran foto de Panetti en la cárcel.

Estados Unidos prohibió en 2002 la pena capital para personas mentalmente impedidas, al considerarla inconstitucional, pero desde entonces se han autorizado algunos casos en los que el preso muestra un entendimiento de las razones por las que es ejecutado.

 

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