Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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Mudanza en las curules

martes, 16 de diciembre de 2014
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A PARTIR DE enero se esperan novedades interesantes hacia dentro de la legislatura tamaulipeca.
Novedades que tienen que ver, sobre todo, con la inminente salida de algunos diputados que buscarán permutar su curul local por una federal.
Le hablo sobre todo de legisladores del PRI que buscarán convertirse en candidatos a una diputación federal en el proceso federal del 2015.
Dos parecen ser los curulecos con más posibilidades en ese tema: Ramiro Ramos Salinas y Eduardo Hernández Chavarría.
De ambos, sin embargo, el neolaredense parece ser el más “amarrado”, por ese vínculo tan estrecho que ha logrado establecer con el presidente nacional del PRI, César Camacho.
Vínculo que, por cierto, en las instancias del poder local y sobre todo hacia dentro del priismo tamaulipeco no parece haberles caído muy bien.
AHORA QUE, esa sola posibilidad de que Ramos Salinas deje el Congreso del Estado provoca olas desde ahora hacia dentro del Poder Legislativo.
La interrogante obligada es acerca de quién o quienes tendrían más posibilidades de convertirse en el próximo inquilino de la oficina que alberga a la Junta de Coordinación Política.
A diferencia de anteriores legislaturas habría que recurrir a una añeja frase política bastante recurrida por los priistas, para señalar que “la caballada está muy flaca”.
Ese ha sido el problema de la bancada tricolor en la actual legislatura: que sus diputados lucen muy carentes de capacidad de liderazgo.
Pero si se tratara de elegir al menos peor habría que mencionar, por ejemplo, a Erasmo González Robledo.
El Contador es de los pocos que pudieran dar el perfil para ante una necesidad asumir el mando del Congreso
El detalle será saber si desde Palacio de Gobierno lo ven con buenos ojos, porque ese es otro escollo que tendría que salvar.
HACE YA CASI un mes de que el Congreso del Estado aprobó una reforma legal para prohibir el uso de polarizado en los vehículos, como medida estratégica para facilitar el combate a la inseguridad pública.
Sin embargo, resulta que a lo largo y ancho del estado siguen circulando vehículos oficiales, incluyendo patrullas, con los vidrios completamente oscuros.
El hecho resulta lamentable y criticable a todas luces, porque en un estado democrático como el nuestro deberían ser los servidores públicos los primeros y más obligados a cumplir con la ley.
De no ser así, ¿con qué cara o autoridad moral un agente de la ley podría exigirle a un ciudadano que retire el polarizado de su vehículo?
Esperemos que pronto, desde las instancias del poder mismo, se baje la instrucción a todo servidor público, para que acate la nueva disposición independientemente de la tarea que cada quien tenga encomendada.
Y aclaro éste porque luego es muy común que los policías reclamen trato especial en la ley bajo el pretexto de que el uso de polarizados en sus patrullas lo necesitan para el desempeño de su tarea.
Lo cual, sencillamente, no tiene sustento.
ASI ANDAN LAS COSAS.
roger_rogelio@hotmail.com

 

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