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Es cirugía... ¡pero no lo parece!

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El ecógrafo hace veces de los "ojos" del doctor en la técnica de la cirugía ultramínimamente invasiva. Foto: Instituto Avanzado de Fisioterapia y Medicina Deportiva Avanfi.
Lesiones de los huesos, tendones y ligamentos, como la fascitis plantar o el síndrome del túnel carpiano, entre otras, se reparan actualmente sin apenas sangrado, dolor, ni cicatriz
martes, 16 de diciembre de 2014
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Liposucciones mediante láser y sin cortes, robots que operan el aparato gastrointestinal por un solo orificio… A las últimas tecnologías quirúrgicas, se les acaba de sumar una nueva: la cirugía ecoguiada ultramínimamente invasiva o CEGUMI.

Se trata de una intervención en la que el cirujano no necesita abrir al paciente, puesto que está observando la zona dañada mediante la técnica del ecógrafo.

Con este método se evita el riesgo que supone la sedación con anestesia general, ya que en se utiliza la anestesia local o troncular, es decir se bloquea el nervio afectado, con la ayuda del ecógrafo, sin que hayan cortes ni puntos de sutura, según aseguran los impulsores.

El traumatólogo y cirujano ortopédico español Manuel Villanueva y su equipo del Instituto Avanzado de Fisioterapia y Medicina Deportiva Avanfi (www.avanfi.com) aportan otra novedad a este procedimiento, ya que reparan el daño sin producir sangrado ni dolor al paciente.

"Así, lo que antes dejaba secuelas muy molestas y poco estéticas cicatrices, ahora se salda con una pequeña punción de 1 o 2 milímetros de profundidad", señala este médico pionero en la CEGUMI, quien ha sido premiado por la Academia Norteamericana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS), por su contribución a esta técnica quirúrgica.

Según el Instituto Avanfi, la CEGUMI se aplica a lesiones del pie como la fascitis plantar, en auge por la popularización del ‘running’, y otras que afectan a la mano, como el síndrome del túnel carpiano, también en alza debido al uso de las nuevas tecnologías; así como el “codo de tenista”, favorecido por los movimientos repetitivos de esa articulación del brazo.

"Estas lesiones mencionadas, así como otras de los nervios, tendones y ligamentos, se intervienen habitualmente mediante operaciones abiertas, con incisiones más o menos pequeñas o se operan con endoscopia", explica el doctor Manuel Villanueva a Efe.

La endoscopia es una forma de mirar dentro del cuerpo mediante una sonda flexible que tiene una pequeña cámara en su extremo, un instrumento al que se denomina endoscopio.

Según el especialista, "estas formas de intervención implican ‘abrir’ y dar puntos, aplicar una anestesia regional más compleja, dejar a la extremidad operada sin riego sanguíneo (en lo que se conoce como isquemia) y provocar más daño a los tejidos, generando más dolor".

PERFORACIÓN EN LA PIEL CASI IMPERCEPTIBLE

En cambio, en los procedimientos ultramínimamente invasivos, “se utilizan casi siempre agujas con las que se crea una perforación en la piel muy pequeña y se inyecta, a la vez, un anestésico para poder realizar la operación”, indica.

"Con esta técnica se crea un espacio por donde introducir pequeñas gubias de 1 a 2 milímetros (mm) de anchura, con un bisel cortante, o bisturíes especiales, muy pequeños, flexibles y poco traumáticos, muy diferentes a los convencionales”, señala Villanueva, que añade que algunas operaciones, como el "dedo en resorte" en la mano, "se hacen solo con el bisel de una aguja".

Con este tipo de intervención se pueden beneficiar todos los pacientes, porque no es lo mismo hacer cualquier cirugía con anestesia local, sin puntos y sin isquemia, que del modo convencional, de acuerdo al director médico de Avanfi.

Aunque “son los enfermos con problemas del corazón, diabetes o problemas circulatorios, en los que las formas de operar convencionales suponen muchos riesgos y los que más ventajas obtienen de esta nueva era quirúrgica, ya que pueden superar las contraindicaciones de la operación convencional”, señala a Efe.

"Además, dada su baja agresividad, en muchas enfermedades y lesiones se pueden operar los dos miembros (las dos manos o las dos piernas o pies) a la vez, sin dejar al paciente impedido, como ocurre con las cirugías tradicionales", señala Villanueva.

"Dependiendo de las lesiones o las profesiones de los pacientes, con esta nueva forma de abordaje quirúrgico, la baja laboral es innecesaria en la mayoría de los casos, lo que supone un ahorro en costes directos asistenciales y en costes indirectos", prosigue el experto.

CON LOS ‘OJOS’ DEL ECÓGRAFO

Acerca de cómo se aplica la ecografía para el guiado y la anestesia en estas intervenciones, el doctor indica: “normalmente se localizan primero las estructuras a tratar y aquellas que podríamos lesionar, como nervios y arterias.

Después se define la zona lesionada y la zona por donde se introduce el instrumental”.

Con el ecógrafo se controla la posición de las estructuras orgánicas y del instrumental “así nos orientamos y sabemos que estamos en el sitio adecuado y la posición correcta” resalta.

Respecto de los "puntos fuertes" de esta técnica el doctor Villanueva destaca que, "aparte del menor riesgo y tiempo de recuperación, mientras que en una operación abierta hay que dejar la mano o la pierna sin riego sanguíneo (isquemia) para que los tejidos no sangren al abrirlos y se pueda ver la zona lesionada, con esta nueva forma de intervención, se ve a través de ‘los ojos’ del ecógrafo sin necesidad de abrir, ni de dejar sin riego la mano o el pie que se van a tratar", señala.

"Esto –prosigue Villanueva- reduce problemas de circulación, de trombosis, de cicatrización de las heridas y la necesidad de administrar una anestesia más profunda".

"Dado que no se abre apenas el cuerpo, al realizar solo una incisión de 1-2 mm, cuyo tamaño podría compararse con la punta de un bolígrafo, supone menos dolor, que no haya que dar puntos y que la recuperación sea más rápida y la incapacidad, menor", insiste.

De acuerdo al doctor Villanueva, la CEGUMI consigue reducir el dolor en más de la mitad respecto de las cirugías convencionales y, algunos pacientes, toman analgésicos de forma ocasional solo el primer o segundo día, ya que ¡a menor incisión, menor daño de tejidos adyacentes y, en consecuencia, menor dolor!.

"Este tipo de cirugía disminuye también el sangrado y lo normal es que haya un hilillo de sangre durante la operación y que se haga un pequeño hematoma posterior que se reabsorberá solo", señala.

Asimismo, este método ·acelera la recuperación de los pacientes, hasta el punto que puede equivaler a acudir al odontólogo y, si bien el proceso de reparación de los tejidos puede llevar más tiempo, no supone dolor, dependiendo de la lesión tratada", matiza el galeno.

“La cicatriz que se provoca es de 1 a 2 mm y la elasticidad de la piel es suficiente para cerrarla ofreciendo, tras unas semanas, el aspecto de puntos o manchitas en la epidermis”, concluye el traumatólogo.

Por Omar R. Goncebat.

EFE/REPORTAJES

 

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