Melitón Guevara Castillo

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Vocación: Entre la retorica y el ejemplo

jueves, 18 de diciembre de 2014
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No cabe la menor duda: todos lo dicen y lo afirman. Quien es político, aquí o allá, antes u hoy, debe cubrir un requisito básico para serlo: una vocación de servir; a la que se debe agregar, por ejemplo, responsabilidad, puesto que sus decisiones tendrán un impacto social; lo demanda, entonces, conocimientos y experiencia, para gobernar, para tomar decisiones y planear las mejores formulas para gobernar.

¿Cuándo encontramos ese gobernante en México?
Quizá sea difícil si hacemos historia. Al menos, en cada época, es posible anotar o dos que tres personajes que, por su actitud y acciones, vale la pena nombrar.

A Miguel Hidalgo y Costilla como iniciador de un movimiento y a Vicente Guerrero por concluirlo; también a Benito Juárez, que conformo, que le dio cara, al gobierno mexicano; a Francisco I. Madero por la revolución de 1910.
En Tamaulipas, si hacemos caso a las palabras de Egidio Torre Cantú como de Libertad García Cabriales, tiene en Marte R. Gómez al político, al gobernante, cuya vocación de servicio no está a discusión.

Si queremos saber algo más del mismo, tenemos que Libertad escribió el libro: “El agrarismo de Marte R. Gómez, Pensamiento y Acción”.
En el texto se consignan palabras sabias: “Creo que la política ha sido muy bien definida como el arte de lo posible.

Ningún hombre de Estado puede hacer más de lo que las circunstancias le permiten. Hay algunos que desperdician su momento y que no hacen nada, esos defraudan su destino”.

Más de uno, o una, creo, suscribimos el pensamiento del agrarista tamaulipeco.
Los aniversarios, sean de nacimiento o luctuosos, de hombres y mujeres que se han significado por su obra y pensamiento, dan lugar a los elogios, a la remembranza.

Y, obvio, los consignan como ejemplo. Benito Juárez es recordado por su responsabilidad, por su honestidad, por su rectitud; y, sin embargo, encontramos que si hay impunidad y corrupción en el México actual, es solo por una circunstancia: por la complicidad de los servidores públicos.
Enaltece el gobierno que Hidalgo inició un movimiento de independencia, que Vicente Guerrero lo concluyó, y hoy en día, simplemente vivimos atrapados, encadenados, esclavizados, dominados pues, no ya por las armas, pero si por el desarrollo científico y tecnológico, por la deuda y la volatibilidad del peso mexicano.

Hoy mismo, estos días, somos víctimas de la economía internacional: el peso cada día se devalúa… ¿estamos en crisis? ¿Cómo podemos decir que somos libres?
Cada Noviembre, el día 20, se recuerda a la Revolución Mexicana; que enarboló como instrumento de lucha, el sufragio y la no reelección, porque en México no se sabía que era la democracia.

Y hoy en día, después de 100 años, seguimos igual: la democracia existe en el diccionario y en los discursos, pero en la praxis se imposibilita conocerla.

No la practican los partidos políticos, no la promueve –solo en discursos-, el gobierno… es más, ni en las Universidades (la UAT) tampoco.

Como diría algún día Fidel Velázquez: la democracia es tan transparente, que no se ve.
Quienes han sido, hombres o mujeres, determinantes en algún momento histórico cumplen una función: ser ejemplo para que otros sigan su mismo camino, sus ideas y comportamiento.

Ideas y comportamiento que el gobernante recuerda en cada ceremonia cívica que encabeza; y el complemento es que, efectivamente, debe ser un ejemplo y no un mero recurso retórico.

Bien lo dijo Marte R. Gómez: “Hay algunos que desperdician su momento y que no hacen nada, esos defraudan su destino”.

Contacto:
Correo: meliton@prodigy.net.mx
Web: http://meligue.blogspot.mx/



 

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