Jaime Elio Quintero García

Déjeme y le Platico de un Libro

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ENTRE LA PRESIÓN SOCIAL Y LA PROVOCACIÓN POLÍTICA

lunes, 22 de diciembre de 2014
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Difícil o incómodo resulta, para cualquier gobierno, vivir tiempos largos o cortos entre la presión ejercida por los medios de comunicación convertida en opinión pública y la provocación de los grupos violentos en algunas partes del país, principalmente en la ciudad de México (eventualmente) y algunos municipios de Guerrero: 3, Michoacán: 2, Oaxaca: 1, Chiapas: 1, Morelos: 2, y 5 del Estado de México.

Sobre todo sin poder explicar las razones, aún cuando son muy elementales, no se reprime y pone en orden a estos pequeños grupos de vándalos y desnaturalizados sujetos
La desesperación de estos antinaturales y mínimos agrupamientos de animales es tal, que llevan sus acciones de provocación al gobierno, hasta límites insospechados.

Ofenden, lastiman y hieren sin consideración humana a las fuerzas del orden locales y federales. Ante la prudencia, que bien podría juzgarse como omisa de funciones, de los tres órdenes de gobierno, a fin de no caer en el juego y otorgar, a esta jauría de antinaturales, la ventaja que tanto ansían de contar con presos políticos.
La estrategia de los gobiernos, no explicada pero sí evidente para el ojo analítico de cualquier observador político, es simple: hasta que los instrumentos de validación y respaldo social favorezcan y entonces actuar, en el entendido de que en ese momento y no antes, la opinión pública nacional e internacional aceptarán que se trata de viles delincuentes y no de represión política.
En tanto esa validación social se da, los gobiernos asumen el costo político y social, sabedores de que llegado el momento de restablecer el orden y la legalidad, recobrarán lo perdido en los meses anteriores, con el beneplácito además, de la sociedad mexicana y la opinión internacional.

La expresión popular será entonces, sintomática. “¡Vaya hasta que intervino el gobierno y puso en su lugar a esos rijosos sujetos que tan solo desprestigio y daños económicos estaban causando! ¡Qué bueno que al fin se arregló eso!
No obstante, la apariencia de que los gobiernos son omisos y responsables de no aplicar la ley para guardar el orden social, queda en el consciente colectivo y se refleja en la crítica cotidiana e insensible, por cierto, de quienes no consideran que la aplicación de la ley es un acto político y debe, por tanto, contar con evaluación, suficiencia, oportunidad y legitimidad social.

De no ser así, el imperio de la ley se convierte en represión y amañado suceso gubernamental.
Esta reflexión que hoy le comento, amigo lector, lo avalan los tratadistas de la ciencia política, los sociólogos y especialistas en la formación y comportamiento de grupos sociales, aun y cuando las prácticas de algunos de éstos, como es el caso que nos ocupa, caigan en el animalismo cavernícola.
GRACIAS POR SU TIEMPO.



¿Sabía usted?
Mr. Kuinkelly

Que fue el régimen político de don Porfirio Díaz, fue el que pacificó al país, gracias a este proceso, no menos violento que la misma violencia generada por la ingobernabilidad en que estuvo sumido México, desde la consumación y durante el movimiento independentista.
De las poco más de tres décadas que don Porfirio Díaz gobernó México, fueron 27 de paz y desarrollo económico creciente.

La estrategia consistió en aliarse con los principales grupos sociales y económicos nacionales y con los empresarios e inversionistas extranjeros, principalmente, Norteamericanos, Ingleses y Franceses.
Fue así que el país consiguió significativos avances en el desarrollo de la minería, la agricultura la ganadería, el comercio y los ferrocarriles.

Se convierte México, por primera vez en exportador nato. También se fomentó con mucho éxito la cultura y las artes, se construyeron nuevos teatros, escuelas y academias.
Lo que dio al traste con todo este aparentemente exitoso proyecto de desarrollo económico, fue que se dio a costas de la marginación social y explotación de obreros, campesinos y clases populares.

Que produjo una oligarquía formada por muy pocos ricos y muchos, muchos pobres.
Lo que nos lleva a reflexionar, que la historia se repite cíclicamente por la falta de memoria y por que el capitalismo tiene pocas opciones que beneficien al total de la población.

Si no lo sabía, créalo porque es cierto.

 

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