Alíber López
Optica Política
El partido más perjudicado seria el PAN, con más posibilidades de vencer al priista Daniel Sampayo Sánchez, pero sigue sin definir si va a ser mujer u hombre quien represente al partido en el poder.
En la reflexión de algunos panistas bien posicionados en esa organización, están desperdiciando un tiempo que terminará en la tercer semana de febrero para hacer precampaña.
De los precandidatos, todos la necesitan; mas José Julián Sacramento Garza que tiene rato de estar desvinculado de los electores.
Si el CEN del PAN va a tomar en cuenta el poder de veto de la Alcaldesa, Leticia Salazar Vázquez, al igual que el dominio del Comité Municipal del PAN, que ya se demostró en las elecciones de la dirigencia estatal que le dieron el triunfo en el municipio al neolaredense Agustín Chapa Torres, o sencillamente va a votar por quien tenga el mejor perfil y mejor posicionamiento, está por verse.
Se presume que el hecho de que el CEN del PAN haya determinado que el candidato o candidata de Matamoros sea por “designación” y no sea por elección en una Asamblea Distrital, se definió para evitar que Lety designara e impulsara su candidato.
Por si o por no, Lety pasea al Diputado Juan Martín Reyna García en sus giras de trabajo, pues quizás éste es de los que opinan que estando bien con Dios y su representante en Matamoros, ni necesita votantes.
Nos parece que los únicos merecedores de una candidatura para representar al PAN en el Distrito 04, son Verónica Salazar Vázquez, Presidente del DIF Municipal y el Diputado Local Juan Patiño Cruz.
Ambos tienen un trabajo valioso en la comunidad, que les permitiría solicitar el voto a los electores sin prejuicio alguno y sin demagogia. Cualquiera de los dos lograría el consenso dentro de su organización y cumplirían con uno de los elementos que conducen al triunfo: La unidad al interior de la organización.
Imagínense un ejército propio que no apoye a su gente. Muchas guerras se pierden por el “fuego amigo” y no por el “fuego enemigo”.
De hecho para muchos expertos en mercadotecnia política, el peor enemigo de un candidato, es el candidato mismo, quien con sus múltiples errores, contribuye a su derrota.