El Vampiro de Sacramento

MÉXICO, D.F., febrero 21 (EL UNIVERSAL).- El estadounidense Richard Chase tenía la creencia de que la sangre que corría por su cuerpo estaba fatalmente contaminada, sentía la necesidad periódica de beber y bañarse con sangre ajena, sin importar el sexo o edad de su víctima, lo único que a él le interesaba era empaparse de ella para continuar viviendo (se cree que alcanzó unos10 homicidios).

Richard sintió mucha sed a terminar su trabajo, casi había perdido el total de sus energías, su uniforme amarillo mostraba grandes manchas y sus botas de uso rudo dejaban un burdo rastro en cada paso.

Confundido, buscaba con desesperación un par de recipientes, algo donde poder servir la mezcla que había realizado, sus torpes manos sólo alcanzaban a tirar y empujar cada instrumento en su camino.

Con el corazón latiendo cada vez más rápido decidió tomar directo del frío vaso de la licuadora de aluminio, la espesa mezcla de corazón, hígado y sangre humana se escurría por las comisuras de su boca, nuevamente Richard Chase había cobrado la vida de su víctima, el viejo mito del vampiro había encontrado un nuevo modo de aterrorizar.

El caso del “Vampiro de Sacramento” es narrado magistralmente por Robert Ressler en el libro “Whoever fights monsters”: La noche del 23 de junio de 1978 la policía local informaba a Russ Vorpagel, que David Wallin había llegado a casa y encontrado a su esposa Terry, de 22 años y tres meses de embarazo, en la cama, muerta, con el abdomen abierto, tenía, dos disparos en el pecho, su suéter y sostén estaban en su torso y las pantaletas se sostenían en una pierna.

Vorpagel llamó a Robert Ressler y le pidió que fuera a Sacramento para auxiliarlo en la cacería del asesino.
Descifran personalidad
Ressler acudió al forense a mirar el cuerpo de la víctima y se percató de que en una de las rodillas, la piel fue arrancada y los ligamentos quitados o succionados, también notó que los intestinos fueron cortados y que sólo quedaban unos órganos.

Ressler hizo una primera aproximación del perfil psicológico del agresor: un hombre blanco de entre 25 y 27 años. Apariencia desaliñada.

Podría vivir muy cerca del lugar del homicidio pues de otro modo los vecinos tendrían la posibilidad de verlo manchado de sangre, además nadie escuchó un auto; no ha tenido ningún tipo de relación sexual, vive solo o quizá con sus padres, desempleado, esquizofrénico.

Dos días después del homicidio de Terry, un hombre descubrió tres cuerpos en una Suburban, a unas cuadras de donde ocurrió el primer asesinato; a los tres les habían arrancado los órganos y amputado las piernas, mismas que habían sido dejadas a un lado de las cabezas de los cadáveres.

Estos restos presentaban las mismas características que en el caso de Terry. Los periódicos publicaron el perfil hecho por Ressler. Una mujer declaró que vio a alguien abandonar la camioneta.

De inmediato fueron tras el hombre, quien vivía, a tres cuadras del lugar en que la camioneta fue encontrada. Su nombre: Richard Trenton Chase, de 27 años de edad, blanco, con sólo un año de secundaria.

Vivía con su madre, la policía le descubrió una pistola calibre 22 y ropa manchada de sangre.
Antes de asesinar a seis personas en enero de 1978, Richard se había inyectado sangre de conejo y tuvo que ser recluido en un hospital siquiátrico.

Se quejó de que le robaron arterias pulmonares y que le habían introducido algo en la cabeza.
Los datos
10 Personas. Se cree que fueron asesinadas y mutiladas por Richard Chase.

27 Años. Tenía al momento de ser capturado por la policía.