Ma. Teresa Medina Marroquín

Orbe

Se tardaron más de dos siglos

La democracia del (hipotético) mundo civilizado en que vivimos tardó demasiado tiempo en evolucionar para integrar a las mujeres al campo de la política y de posiciones de poder.
Partiendo de la Revolución Francesa (1789) hasta nuestros días, la suma nos arroja 226 años.

¿Qué tanto es tantito?
Pues fíjese que sí, porque de tantito en tantito aquella racita revolucionaria, temerosa hasta la paranoia de la emancipación femenina, ordenaba que todas la mujeres que reclamaran igualdad de condiciones frente a los varones fueran acusadas de subversivas y ejecutadas en la guillotina.
Así rodaron muchas cabezas de mujeres brillantes, empezando por Olympe de Gouges, inspiradas por los grandes pensadores franceses del llamado siglo de las luces.
En México los machistas y los misóginos también fueron de tantito en tantito a la inversa, como los abonos chiquitos, hasta que en octubre de 2013 el presidente Enrique Peña Nieto anunciara la iniciativa para que el 50% de las candidaturas a diputaciones federales y senadurías quedaran en manos de mujeres.
OJO AQUÍ
Esa iniciativa convertida hoy en ley de observancia general puso finalmente a las mujeres en el mismo nivel de competencia que los hombres.

Aunque eso no significa que la próxima Cámara de Diputados tenga que ser estrictamente conformada por 250 damas y 250 caballeros.
Y es que al interior de las extrañas matemáticas políticas, únicamente es el voto ciudadano quien determinará definitivamente la combinación de ambos géneros y el total de hombres como de mujeres.
Al respecto, una cuestión central es saber (resuelta la paridad) cómo influirán las féminas en todos y cada uno de los procesos legislativos, y si en realidad serán capaces de trascender en el debate parlamentario, ya no tanto para alcanzar u ostentar algunas cualidades que algunos sólo les atribuyen a los varones, y donde francamente discrepa esta columna.
Esperemos que haya altura política en todas ellas, y que al mismo tiempo no surjan trampas, simulaciones o movimientos extraños que a la hora de los hechos las aíslen y excluyan de la participación igualitaria, de los espacios de poder y de la toma de decisiones fundamentales.
DE VICTORIA A MATAMOROS
No es la carretera sino el extravío mental de quienes suponen que un presidente municipal no puede ni debe desplazarse a otros municipios de su estado mientras permanezca al frente de una ciudad.

¡Qué idiotez!
Esa idea aldeana, envilecida por el sospechosismo, colisiona con que el Presidente Enrique Peña Nieto viaje a otras naciones y el Gobernador Egidio Torre Cantú haga lo mismo.
¿Dónde está el impedimento para que Alejandro Etienne Llano, en su calidad de gobernante local, se traslade a Matamoros a promover la Capital de Tamaulipas o simplemente por invitación a apadrinar una generación de graduados del Tecnológico Regional de esa ciudad fronteriza?
Recordemos que el abogado Etienne es Presidente de la Federación Nacional de Municipios de México (FENAM) y que el tema es la evolución política.
LO QUE ESTAMOS A PUNTO DE VER
Uno de los comunicadores mejor informados del país es sin duda Joaquín López Dóriga que prevé que lo peor de lo peor de las campañas políticas apenas está por comenzar.
Y a pesar de que este español nacionalizado mexicano no es santo de la devoción de muchos (salpicaduras de Televisa) podría tener razón en sus recientes advertencias:
“Por lo que nos han adelantado en sus spots, selección o sorteo de candidatos y conductas de sus representantes en el Consejo del INE, los partidos van a protagonizar las campañas más ruines de que se tenga registro, y mire que siempre parece que hemos visto lo peor.”
Acá en Tamaulipas, se sospecha que dos personajes, cuyas bases operativas están ubicadas en Reynosa y Cd.

Victoria, han empezado un radical y peligroso combate electoral. ¡Feliz miércoles!
tessieprimera@hotmail.com - columnaorbe.wordpress.com