Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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Reputación y votos

viernes, 27 de marzo de 2015
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“La reputación es la opinión que la gente tiene de una persona o cosa. La reputación se convierte en el más sólido patrimonio, en el “plus”, de su marca o nombre personal, y ese patrimonio no tiene precio” dijo Víctor Gordoa, experto en imagen pública, el miércoles reciente, a cientos de estudiantes y funcionarios de la UAT que abarrotaron el teatro Juárez para escucharlo.
Y aconsejo: “Nunca cambies tu reputación por utilidades a corto plazo”.
El también fundador y rector del Colegio de Consultores en Imagen Pública, habló acerca de la importancia que tiene para cualquier persona la imagen pública, que no es otra cosa que la forma en que nos perciben los demás.
En la construcción de esa percepción, que luego se traduce en imagen, juega un rol prioritario la reputación.

De ahí la importancia que tiene el que cada quien cuide esa reputación que nos vamos construyendo en el día a día frente a nuestros semejantes.
Fue una lástima que entre el público no estuvieran políticos.

Hubieran aprendido mucho aunque seguramente habrían salido apenados y vapuleados por los asistentes. La reputación no es lo suyo.
Pero igual, la conferencia de Gordoa no vino más que a confirmarnos lo que es una realidad innegable: la reputación de los políticos está por los suelos.

Es cierto, no se vale generalizar porque como en todo hay sus excepciones, aunque en este caso son muy poquitos los que se salvan.
Ahora que está en puerta un proceso electoral federal, valdría la pena preguntarnos acerca de la reputación de los candidatos a diputados federales.
Por ejemplo, deberíamos preguntarnos qué reputación tienen candidatos como Mercedes del Carmen Guillén Vicente, Alejandro Guevara Cobos y Miguel González Salum, del PRI, o Ismael García Cabeza de Vaca, Raúl García Vivián, Maricela Patiño Loya y Silvia Leticia Cacho, del PAN.
Como dice Gordoa, la reputación de cada uno de ellos influirá totalmente en los resultados de la elección.
Y tiene razón.

Desde ahora se percibe que las campañas de Guillén Vicente y Guevara Cobos no prenden, por la sencilla razón de que no han construido una reputación ni para bien ni para mal en sus respectivos distritos.
“Paloma” tenía años que no se paraba en Tampico mientras que Guevara Cobos solo regresaba al Mante para descansar algún fin de semana.

Por esa razón los electores no se identifican con ellos.
El caso de González Salum es aparte. El buen trabajo que realizó al frente de la alcaldía de Victoria y su paso fugaz por la Secretaría de Finanzas , uno de los cargos más importantes del Gobierno del Estado, le ha permitido construir una excelente imagen pública y en consecuencia una reputación que seguramente le alcanzará para ganar en las urnas.
En el lado panista, candidatos como Ismael García Cabeza de Vaca y Silvia Leticia Cacho, tienen una reputación que seguramente no les favorecerá.
Si los políticos entendieran que , como dice Gordoa, “la reputación es el más sólido patrimonio de una persona”, trabajarían mucho en cambiar esa pésima percepción que los ciudadanos tenemos de ellos.
El problema está en que no lo entienden así e insisten en seguir recurriendo a la añeja costumbre de conquistar votos a base de engaños.

ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com

 

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