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Capitalinos que no aman a James Bond

"Se me hace verdaderamente injusto y descabellado señor. No dejan pasar a la gente, no la estaban dejando pasar, hasta ahorita que hablamos"
sábado, 28 de marzo de 2015
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MÉXICO, D.F., marzo 28 (EL UNIVERSAL).- "Se me hace verdaderamente injusto y descabellado señor. No dejan pasar a la gente, no la estaban dejando pasar, hasta ahorita que hablamos", grita una señora con cara de disgusto a las orillas de la calle República de Uruguay.

— Hable con la gente de filmaciones, le responde el staff.
Entre manoteos y ademanes, la señora Ana María continúa manifestándose frente a él.

—¿De qué va a vivir la gente? las pérdidas son enormes—.
— Ya le dije señora, vaya a la comisión de filmaciones—.

Tras una semana de rodaje de la nueva película de James Bond, “Spectre”, los comercios cercanos a las calles cerradas por la filmación comenzaron a verse afectados por la presencia del "Agente 007".

Ana María Ruiz está a las afueras de las rejas metálicas que prohíben el paso a la calle República de Uruguay, donde tiene su negocio, parece que se va pero no lo hace, regresa y continua haciendo público su molestia.

"Realmente es terrible, quedaron en pagar y nunca recibimos nada, dijeron una cosa e hicieron otra, no nos dieron ningún dinero", expresó.

Con pérdidas del 60% de ventas, más de seis mil establecimientos ubicados entre las calles de Tacuba, República de Uruguay, Corregidora y Eje Central, han tenido poca actividad en su registro, según informó la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo del DF (CanacopeDF).

"Alrededor de 35 mil fuentes de trabajo de alguna manera se ven afectadas porque se les dificulta llegar a sus trabajos, negocios como librerías, papelerías, artículos electrónicos", dijo Gerardo López, titular de la Canacope.

— ¿Entonces no puedo pasar?—
— Tiene que rodear, señor —
— Dígale a las "autoridades" que las felicito —, dice Antonio mientras se da vuelta para retornar al mismo lugar donde se encuentran otras personas que tratan de atender las indicaciones de los colaboradores del Instituto de la Juventud del Distrito Federal (INJUVE), quienes visten una camiseta con el logo de la Ciudad de México.

Las quejas del señor Antonio se siguen escuchando por toda la banqueta de la calle.
— Todo esto está muy mal hecho, que hagan las cosas en la noche cuando no estorban a la gente, vengo a comprar unas cosas y no puedo pasar—.

Poco a poco esas quejas van perdiendo fuerza y se envuelven entre los gritos de "la calle está cerrada, vayan a Republica del Salvador", frase que es repetida una y otra vez por los integrantes del staff y seguridad de la película.

Está lloviendo. Parece ser que la lluvia intensifica más las molestias de los capitalinos, que lo único que quieren es pasar por esas calles, esas mismas que están ocupadas por personas con disfraces, pintadas como la tradición de los fieles difuntos lo indica.

Todo es un montaje. Calaveras y catrinas pasean con comida dentro de las rejas metálicas, es hora de comer, ignoran a las personas que están del otro lado.


Personas que se mojan y quejan al mismo tiempo, que se rinden y dan la vuelta, pues ellos pierden, ya entendieron que no hay paso para ellos del otro lado.

Así será hasta que el 007 cumpla su misión y se retire.

 

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