Alíber López

Optica Política

Optíca Política

De acuerdo a los expertos y al propio Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, la justicia está lejos de las mayorías; corregir lo anterior implica primero que la realidad se reconozca y posteriormente, realizar acciones para que tal situación se revierta.

Al menos en el discurso Peña Nieto expresó en el Museo Nacional de Antropología e Historia el día de ayer, que escuchará y atenderá la voz, las ideas y las propuestas de la sociedad.

Si de justicia hablamos, los expertos dicen que para que el “salario mínimo” constitucional, sea suficiente para adquirir la “canasta básica”, éste debe ser de $10, 800 pesos mensuales, es decir alrededor de $350.00 diarios; tal hecho seria justiciero, pues permitiría que 44 millones de personas que están en pobreza extrema se incorporen a una vida digna aunque con pobreza monetaria para obtener otros satisfactores.

La realidad económica de las familias, según un análisis de Enrique Galván Ochoa en su columna de ayer en “La Jornada”, 89 millones de habitantes, o el 75.7 % de la población nacional, no tiene ingresos suficientes para vivir.

Elevar a esta población a una vida digna impone elevar el salario mínimo, cinco veces más.
Suponemos que por estos días los candidatos y candidatas a Diputados Federales, leen diariamente los periódicos y por lo menos, se enteran de estos temas que les incumben.

Estamos seguros que conocen el Artículo Constitucional que se refiere al “salario mínimo general”. El Artículo 123 referente a los trabajadores del país, cita que éste debe ser suficiente para satisfacer las necesidades de una familia de 5 miembros.

Consideramos que esta debía ser la propuesta central de todo candidato a legislador, pues es en la Cámara de Diputados donde debe insistirse en un aumento radical a los “salarios mínimos” e igualmente un aumento radical al presupuesto educativo.

Si el Presidente Peña Nieto, al parecer pretende dar un “golpe de timón” en asuntos de justicia, que se ponga la camiseta, al igual que sus candidatos a Diputados Federales; de no ser así, viviremos tiempos de violencia difíciles de erradicar.

¡Que Dios nos agarre confesados!