Ma. Teresa Medina Marroquín

Orbe

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INEnarrable

viernes, 22 de mayo de 2015
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Ya todo el país sabe del audioescándalo de Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), y de su lenguaje soez que suelta fluidamente sin ahínco.
A pesar de haber expresado palabras discriminatorias hacia un dirigente indígena y burlarse de su escaso dominio del idioma, el racista mandamás del INE movió su poder político (y económico) para justificar su inenarrable e intolerante comportamiento.
Lo que revela que el jefe del máximo órgano electoral de la nación es todo un patán, pues otro ya hubiera ofrecido una disculpa sin necesidad de ir lloriqueando a la PGR a querellarse contra quienes lo exhibieron.
Así Córdova acabó evidenciando que carece de moral cuando ni su propia conciencia es capaz de acusarlo.
Ni siquiera le quedó gritar que su conversación telefónica había sido producto de una intervención ilegal, lo cual claramente nadie duda.

Aunque eso no evitará que la poca credibilidad del INE se pierda en un parpadeo.
Sabedor de que en México existe una enorme actividad de pajarracos en las alambradas, le importó muy poco darle rienda suelta a su racismo.
Pero como siempre, el hilo siempre se rompe por lo más delgado.
Y hoy resulta que aparentemente “no tiene la culpa el indio…”, y su salida desesperada fue culpar al líder nativo de haberlo chantajeado: “Me pidió la creación de una circunscripción sexta para postular candidatos”.
Carcajeándose dijo también que “había uno, no mames, no te voy a mentir, te voy a decir cómo hablaba este cabrón (…) Yo jefe, gran nación chichimeca, vengo Guanajuato.

Yo decir aquí o diputados, para nosotros, yo no permitir tus elecciones”.
Lo cierto es que nunca podrá aportar pruebas de su acusación, excepto tender cortinas de humo que desaparezcan sus arrabaleras expresiones y su deplorable estado mental.
Evidentemente no se puede pasar por alto que esto también es producto de una guerra (claro que muy sucia) orquestada desde las sombras para que el proceso electoral en puerta se enrarezca.
Sin embargo, la pregunta seguirá flotando en el aire: ¿Si este es el árbitro electoral que tenemos para impulsar una equilibrada competencia política, qué democracia podemos esperar?
Seguiremos echando de menos a José Woldenberg.
¿QUIÉN COMPRA BASURA?
También en Tamaulipas las bajas pasiones por el poder se volvieron indiscretas y cínicas, cuando salta a la vista un panismo entregado en cuerpo y alma a fabricar guerras contra quienes han hecho de la propuesta su principal meta de proselitismo.
La cuestión es si la sociedad será tan inocente como para creer que esa especie de farándula les permitirá tener una vida mejor en el futuro inmediato.
¿Acaso no sabrán que el pueblo sufre de una grave reacción alérgica a la violencia?
Cierto que en política sus actores tienen que ser muy atrevidos, se vale, pero de ahí a que hayan decidido vender basura tendrá sus consecuencias en las urnas, con todo y certificado de derrota.
A gritos y sombrerazos el PRI sigue unido, y esa es su fortaleza, pero el PAN es como esos equipos indeseables que al sentirse superados en un juego de futbol les da por reaccionar como las mulas a punta de patadas, que acaban echando a perder el encuentro deportivo.
Y el problema más grave de ese fenómeno es que son tan pocos los panistas que no reinciden en esas prácticas que ya parecen delincuentes irredentos, como condenados a repetir la misma historia de los últimos años en que finalmente lograron ascender al poder.
Es decir, distantes de todo eso que se llama talento político excepcional no sólo se pelean con el adversario sino entre ellos mismos por el 2016, ambición que los priistas controlan en privado.
Y mire que los tricolores exhiben diversidad más allá de las opciones solitarias y raquíticas de Carlos Canturosas y Francisco García Cabeza de Vaca.
En el lado priista se habla de casi diez, entre ellos Alejandro Etienne Llano, Baltazar Hinojosa Ochoa, Paloma Guillén, Marco Bernal Gutiérrez, Alejandro Guevara Cobos, Ramiro Ramos Salinas y Enrique Cárdenas del Avellano.
Por lo pronto la habilidosa estrategia del PRI, de no volverse como su enemigo, le cierra muchas posibilidades al PAN.

No cayeron en la provocación del aquelarre. Chafearon los brujos y las brujas.
¡Feliz fin de semana!

 

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