Elecciones, en jaque por el narco, señala politólogo

MÉXICO, D.F., mayo 22 (EL UNIVERSAL).- Las elecciones, como expresión de la democracia, están jaque por la violencia desatada por grupos de narcotraficantes a dos semanas de las votaciones intermedias del sexenio, advirtió el académico y politólogo José Fernández Santillán.

Afirmó que "no podemos tolerar que se siga profundizando la espiral de violencia, muerte y sangre que amenaza nuestra vida civilizada".
Fernández Santillán dijo que los hechos de violencia de este viernes, en Tanhuato, Michoacán, como los ocurridos ayer jueves en Matamoros, Tamaulipas, marcan un "jaque al Estado y a la sociedad en su conjunto".

Dijo que "los narcos no tienen bandera política; tienen intereses, ir por el control de algunos municipios importantes para ellos para controlar la región y las rutas y mercados".

Con el descabezamiento de muchos cárteles se han reproducido cárteles más pequeños, pero más agresivos con lo cual "estamos viendo el surgimiento de nuevos grupos como no los habíamos visto como: el Cártel Jalisco Nueva Generación, “Los Rojos”, “Los Guerreros Unidos”, “Las Ardillas”, etc.; se le corta la cabeza a uno y salen más cabezas, como la Hidra".

La lucha contra los narcotraficantes como en Colombia, agregó Fernández Santillán, no va a poder ser exitosa si no hay una colaboración, interacción, cooperación entre Estado y sociedad civil.

--¿Por la violencia que se ha desatado, éstos son días decisorios del proceso electoral ?
--Así es. (El secretario de Gobernación, Miguel Ángel) Osorio Chong dijo que el país no está en llamas, pero el problema es que la estepa está seca.

Hay que apoyar a nuestras instituciones, pero también hacer que la sociedad participe más activamente en esta lucha.
"Por ejemplo, las autodefensas, que actuaron contra el narcotráfico con un buen éxito.

Hubo colaboración entre los aparatos de seguridad federales y la ciudadanía, que se armó harta de las arbitrariedades".
--¿Se requiere participación ciudadana vigilante y armada?
--Armada, pero controlada por el Estado, porque si todos vamos a agarrar las armas es regresar al estado de naturaleza, la guerra de todos contra todos.