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Gran Pirámide, secretos al descubierto

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.- Detalle de la coronación de la Gran Pirámide. La esfera medía, según la apreciación del doctor Pérez-Sánchez, 1,423 metros de radio.
Tras más de 12 años de investigación, el doctor arquitecto Miquel Pérez-Sánchez Pla ha descubierto, entre otros temas, que la Gran Pirámide de Egipto no fue una tumba, sino un monumento a Osiris
lunes, 1 de junio de 2015
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¿Cuán lejos nos puede llevar la pasión? Probablemente nunca hasta ahora la elaboración de un poema, una encadenación de palabras y frases en verso, ha llevado a una investigación científica tan profunda.

Tras llevar 20 años escribiendo y publicando libros de poesía, concretamente cinco libros creados y una antología poética publicada, el doctor en arquitectura Miquel Pérez-Sánchez Pla viajó a Egipto porque quería escribir un simple poema sobre la Gran Pirámide y quiso documentarse sobre su forma y medidas.

A partir de ahí, empezó a introducir los datos de esta maravilla en el ordenador y "como los arquitectos tenemos la costumbre de dibujarlo todo", comenta, este proceso dio lugar a una tesis doctoral.

El destino de esa investigación, en la que ya lleva más una década, le ha conducido, por el momento, a obtener unos resultados que, primero le desconcertaron a él mismo, después a su director de tesis y, a la postre, están asombrando al mundo.

El arquitecto se sorprendió al encontrar que la Gran Pirámide tenía un zócalo que en su altura revelaba la unidad de medida que utilizaron sus constructores: el codo real (cr) de 52,36 centímetros.

A través de su investigación ha deducido, entre otras cuestiones, y con la ayuda de dos programas de dibujo por ordenador en tres dimensiones, entre otras aportaciones, que la Gran Pirámide tenía en su cúspide una esfera; y que, entre otras “curiosidades”, en ellas están presentes diferentes medidas y números matemáticos, algunas descubiertos no hace mucho tiempo.

La Agencia Efe entrevista a este experto quien explica algunos de los hallazgos que ha incluido en su obra “La Gran Pirámide, clave secreta del pasado”, de Ediciones Antiguo Egipto XXI (https://antiguoegiptoxxi.info/presentacion), uno de los trabajos más exhaustivos realizados sobre la Gran Pirámide, tras la investigación del egiptólogo británico William Matthew Flinders Petrie.

– ¿Doctor Pérez-Sánchez Pla, usted comienza su libro diciendo que la Gran Pirámide (GP) es, ante todo, arquitectura... ¿Sigue pensando de igual modo al finalizar su investigación?.

– Así es. A pesar de hallarse en ruinas, porque ha perdido la capa de recubrimiento de piedra caliza que le daba una apariencia de una pirámide de cuatro caras lisas, la Gran Pirámide es la obra más significativa de la arquitectura de la antigüedad.

– Puede contarnos, brevemente, las “propiedades” del número 888 que ha descubierto que aparece a lo largo de toda su investigación.

– Es el número esencial de la Gran Pirámide. Mediante su perímetro, su superficie y su volumen, el monumento nos ofrece la "ley" del 888, que explico ampliamente en mi obra, y que certifica la total exactitud de su reconstrucción espacial.

Igualmente usaron un múltiplo de 888 días para fijar el tiempo de duración de las obras de construcción, establecido mediante alineaciones de sus canales estelares con el planeta Marte.

Este número 888 estaba, pues, asociado simultáneamente al espacio y al tiempo de la Gran Pirámide. Y, a través de la gematría (ciencia que asigna unos valores numéricos a las letras), hemos descubierto que designaba al “Neter Ua”, al Dios Uno documentado en el IV milenio a. C., en el Período Predinástico.

UN RECUERDO DEL CATACLISMO

– Dice en un pasaje de su obra, y se justifica, página a página, que la GP es mucho más que la tumba de un faraón, ¿puede ofrecernos una breve síntesis de lo que es o ha podido ser?.

– La Gran Pirámide es el monumento conmemorativo del milenario de la muerte de Osiris (*) .

Este acontecimiento, celebrado en el calendario egipcio con cuatro días de duelo, escondía la conmemoración de un gran cataclismo que destruyó a la civilización madre del Antiguo Egipto personificada en la figura de Osiris.

La Gran Pirámide se inauguró el 3 de octubre de 2530 (a. C.). Y la muerte de Osiris se había producido el 3 de octubre de 3530 (a. C.), fecha que he podido establecer a partir de los datos astronómicos aportados por Plutarco.

Este gran cataclismo pudo ser el conocido como “el Diluvio” en la Biblia y en diversas mitologías.

– ¿Cómo es posible, en los años que se data científicamente su origen, que la GP posea una orientación perfecta a los cuatro puntos cardinales?.

– A través de la astronomía, y mediante la posición de las estrellas sobre el horizonte en su salida y en su ocaso, existen métodos para establecer empíricamente la posición exacta del norte.

Mark Lehner que dirige desde 1991 las excavaciones en Giza, se pregunta el porqué de tan formidable exactitud en la orientación.

La respuesta es que esta orientación tan exacta permite establecer las alineaciones de los canales estelares de la Gran Pirámide -que en el pasado se creyó que eran de ventilación- de la Gran Pirámide con determinadas estrellas especialmente importantes para el Antiguo Egipto.

– Llama la atención lo poco divulgado que está que Pitágoras, el gran matemático, fuese ungido sacerdote en Egipto. ¿Puede darnos algún apunte a este tema?.

--Los grandes sabios griegos fueron a estudiar a Egipto. Casi todos ellos eran deudores de la sabiduría egipcia. Y Pitágoras vivió veinte años en ese país donde fue ungido sacerdote.

El llamado teorema de Pitágoras, casi con total seguridad, fue aprendido por el sabio de Samos en Egipto. La prueba de ello es que se halla en la Gran Pirámide y que la geometría de Giza se basa en este teorema.

– Su libro es un compendio de cifras ¿que impresión ha sacado del cúmulo de valores matemáticos de extrema actualidad y difíciles de suponer en una civilización de hace tantos miles de años?.

– El libro intenta ser un compendio de conceptos. Las cifras solo son el instrumento que nos aproxima a la realidad histórica de la Gran Pirámide, como enciclopedia de piedra de la ciencia del pasado.

La impresión que he sacado es que los conocimientos que nos ofrece la Gran Pirámide de Keops (o de Khufu) nos obligan a reescribir la historia de los orígenes de la civilización.

– Tras leer su obra, al margen del gran y organizado trabajo que hay detrás, nos abordan muchas más preguntas que respuestas sobre la GP ¿qué nos puede comentar al respecto?.

– El verdadero objetivo de la construcción de la Gran Pirámide fue rendir un homenaje a sus antepasados muertos en el milenario de la destrucción de su civilización madre.

Para conseguirlo, la diseñaron de tal forma que incluyeron una gran cantidad de información científica en la que expresaron los conocimientos de su tiempo.

Ello no excluye que, a la vez, fuera proyectada y utilizada como grandiosa tumba del faraón Khufu (Keops). Y, sin duda, quienes la construyeron fueron los egipcios del Imperio Antiguo durante el reinado de dicho faraón, entre los años 2547 y 2530 (a. C.).

AYUDA DE LA GEMATRÍA

– Sorprendentes son las cifras que se recogen tras su estudio, pero que estén representados el número "pi", el número de "oro" (o número "fi"), el número "e" y el número "plástico", a las que usted llama las cuatro proporciones esenciales, ¿qué le pasó por la cabeza al averiguarlo?.

– Que tenían unos conocimientos matemáticos sorprendentemente avanzados. Este hecho lo testifican su base y su arista. Expresadas en codos reales (cr); su base equivalía a 100 veces el producto del número fi (Φ = 1,6180) por el número e (2,7183), y su arista equivalía a 100 veces el número pi (Π = 3,1416) por el número plástico (p = 1,3247).

Además, la suma de ambas medidas así calculadas es igual a un número entero: 856.

– ¿Por qué utilizar la gematría?.

– La gematría ha surgido de manera natural en el estudio de la Gran Pirámide y nos ha explicado cuál fue el origen de su civilización.

La lengua egipcia no permite aplicar la gematría porque no existe una correspondencia clara entre letras y números como ocurre con el griego o el hebreo.

Los resultados obtenidos a través de la gematría griega son absolutamente coherentes con la investigación desarrollada en la Gran Pirámide y en Giza, tal como lo pudo observar Carles Miralles (fallecido en 2015), el eminente filólogo que formó parte de mi tribunal de tesis.

La gematría griega y, probablemente, la gematría hebrea, han de tener su origen en un "código secreto" anterior proveniente de la civilización madre del Antiguo Egipto.

Tal vez la clave de su origen se halle en el Lineal A, la lengua cretense del periodo minoico o anterior a él que aún se halla indescifrada.

– ¿De dónde parte su idea de que sobre la pirámide reposaba una esfera?.

– De la reconstrucción de la Gran Pirámide. La base no era exactamente cuadrada ya que su anchura en el centro en ambas direcciones era de 436,55 codos reales mientras que en sus cuatro extremos era de 440 codos reales.

Por tanto, su base dibujaba ligeramente una estrella de cuatro puntas.

Los bloques de recubrimiento que aún quedan en la cara norte, nos dan la inclinación de 51,85º ± 1’, que en el proceso de investigación se ha ajustado a 51,84º.

Y, al aplicarla en el centro de los cuatro lados de la base, no se podía llegar a su altura universalmente aceptada de 280 cr, se quedaba en 277,7778 cr.

Algo faltaba para completar la pirámide. Observando los piramidones —que son el colofón de las pirámides—, frecuentemente se halla en ellos un sol alado coronándolos.

Pues bien, en la Gran Pirámide ese sol alado pasaba de dos a tres dimensiones y se transformaba en una esfera de 1,423 metros de diámetro, que elevaba la altura de la pirámide sobre el zócalo hasta 280 cr.

Esta esfera era 1/103 parte de la altura de la pirámide y, además, estaba proporciona a escala del Sol. La reconstrucción realizada, con la esfera incluida, la certifica; primero, a través de la superficie de la Gran Pirámide que es de 100.000 veces el número Π; y, después, mediante la Ley del 888.

– Dígame, tras sus descubrimientos, ¿qué representa para usted el 888?.

-- Es el número clave del monumento, asociado a la vez al espacio y al tiempo de la Gran Pirámide. Y la gematría nos revela que oculta el nombre del Dios Uno documentado en el IV milenio a. C.

– Para finalizar, ¿cómo explicaría tal grado de perfección en una construcción y cómo cree que encaja en la historia de la humanidad?.

– Es difícil explicar el grado de perfección de la Gran Pirámide. Y es difícil explicar cómo la pudieron diseñar, porque el monumento es una enciclopedia de piedra que, en su arquitectura, integra las matemáticas, la geometría, la geodesia, la astronomía, la historia, la mitología, la arqueología, la gematría, etc.

La Gran Pirámide va, pues, más allá de la arquitectura. Es una metarquitectura que encierra las ciencias en el seno de la arquitectura hasta expresar una cosmología.

Por eso la asignatura que creé, para la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona de la Universidad Politécnica de Cataluña, llevaba por nombre Metarquitectura y Cosmología.

La Gran Pirámide es, pues, un monumento único de una arquitectura inclasificable que nos aporta información sobre los orígenes de la civilización y sobre la protohistoria de la humanidad, una información que, hasta hoy, se hallaba recogida fragmentariamente a través de las distintas mitologías y mediante la información aportada por algunos escritores clásicos.

Porque los mitos son mucho más que mitos. Frecuentemente esconden realidades.

(*) El dios egipcio Osiris es el símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo, además de ser el dios de la vegetación y la agricultura y también el de la resurrección.

Los egipcios vieron en su resurrección la promesa de una vida eterna.

Entre las conclusiones del amplio estudio del doctor Miquel Pérez-Sánchez Pla se indica que la fecha de la muerte de Osiris es la misma en que se produjo el Diluvio Universal, que sería coincidente con la destrucción de la civilización originaria del Antiguo Egipto: la Atlántida.

La Atlántica sería pues, según el experto, la civilización madre del Antiguo Egipto y la Gran Pirámide es un monumento pero, sobre todo, una enorme base de datos en piedra, una enciclopedia auténtica colocada bloque a bloque, que concentra el saber de los atlantes transmitido a las generaciones del Antiguo Egipto.

Por Antonio Dopacio.

EFE/REPORTAJES

 

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