REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Las intensiones del corazón

…”Deja tu ofrenda delante del altar y vete antes a reconciliarte con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda”… (Mt. 5, 24)
domingo, 28 de junio de 2015
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Lo más difícil que existe en el interior del ser humano, es la convicción de querer vencer y dominar las intenciones del corazón, no es una exageración, mas para estar convencidos, analiza tu conciencia a solas y conocerás tu realidad.

San Pablo predica la necesidad de dirigirse a Dios, viendo en Él al prójimo, donde la docilidad y la mansedumbre del corazón hagan en él que su intención sea limpia, por que Dios ve el interior del alma, y a Él no se le puede engañar; para que la sinceridad ascienda a la presencia de Dios, como el incienso del Altar, y por su pureza, considerar el fin por el cual Dios nos ha creado, de donde dice el Apóstol;…”Que sí confesares con tu boca a Jesús como Señor, y creyeres en tu corazón que Dios resucitó de entre los muertos, serás salvó”…Promesa y esperanza para quien se apega a la voluntad de Dios, ha dicho San Lucas;…”Y el Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros”… La divina intención del Señor es para el fiel cristiano el atributo por el que asimila y conserva el orden de vida espiritual, familiar y social, por el prevalece el Espíritu del Señor en el alma que cumple sus obligaciones, vivirá con la buena intención en su corazón, pero así como en unas manzanas maduras, deliciosas y rozagantes, sin darse cuenta se pone a su lado una que esta perdida, en uno o dos días estarán contaminadas.

Bueno es razonar por amor a Dios la enseñanza de San Buenaventura, tomándolo como el consejo privilegiado que la generosidad del Señor deposita en el camino de la vida, deseoso de la perfección del alma, -que la resequedad del corazón del hombre rechaza-cuando se refiere sobre como debiera ser la intención de acercarse a recibir el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesús, pues muchos al recibirlo, reflejan la manera fácil de ver y vivir la vida y su frivolidad en el mundo, dice el Doctor de la Iglesia;…”Endereza tu afecto a la debida intención y al propósito necesario: mira lo que deseas; no comulgues por vanidad o vana gloria, o por costumbre, o por alguna complacencia humana, o por respeto algún favor temporal, como muchos lo hacen en estos tiempos, usando mal para su perdición, lo que el Señor dejo para salud del alma”…El Doctor Seráfico, entrega la enseñanza del bien infinito de la gracia, para que el alma se abrigue en ella, nos hace ver, que la rectitud debe ser el gobierno del alma y el corazón por la buena intención, que muchos y muchas acostumbran ostentar imitando el fariseo de la parábola de Jesús.
Todo ser humano conoce y sabe cuando obra con buena y mala intención.

A través de los tiempos la sabiduría popular de la gente menuda, ha elaborado a resultas de los hábitos y costumbres de las personas, a expresar con veracidad la actitud y conducta de ellas, mostrando con acierto la conducta humana, como este que dice;…”Caras vemos, corazones no sabemos”… ¿Que nos pide? Estar siempre alerta:” las apariencias engañan” Triste intención humana de todos los tiempos, cuando alguien habla sobre cualquier tema, al mismo tiempo quien escucha juzga y no cree, y viene la interrogante; ¿Quién conoce la verdadera intención de la persona? ¡Nadie! A donde mas puede llegar quien posee sensibilidad es intuir, y se dará una ligera idea de la intención, pero hasta ahí.

La intención del ser humano se convierte en un hecho, y cuando su acción la realiza, sorprenden sus los resultados, sean buenas o malas intenciones, porque están en relación con la inclinación de la persona que ha gestado en su interior, el acto, ha deducido el resultado, y de acuerdo a su intención, le lleva a realizar actos que tendrán desde su principio dos sentidos: intención buena y noble, o intención mala y dañina.

¿Cuál es la intención que se propone una persona? En el insondable abismo de su corazón está su intención, lo sabe y lo conoce Dios.

El pueblo de Israel, asistía a escuchar de su Maestro las enseñanzas con buena intención, deseos de recibir su palabra que guardaban en su corazón, la intención de Jesús: sembrar en su alma la semilla de la verdad, que San Pablo dio conocer a los tiempos como necesidad imperiosa a seguir;…”Serás salvó”…
Siendo Jesús Supremo Legislador, define su postura en relación a la Ley Antigua.

Tenía la creencia el israelita, que con solo observar la ley de Moisés estaba salvado. Jesús mostro su respeto a la ley Mosaica, pero si declara al pueblo: no bastaba observar como acostumbran los escribas y fariseos, de lo que fue muy claro, se deben evitar malas interpretaciones y falsas acusaciones, nacidas de su mala intención, en los puntos definitivos de moral, tomando la enseñanza que da el Legislador, su misión es especifica, definida por el Padre, es cortar la causa y el motivo de los pecados mortales, yendo a su origen, a donde nace la inquina, la mala voluntad, la aversión y el odio en el corazón que dispone a la persona, a cometer actos ofensivos contra Dios.

Jesús vino a cortar de tajo las graves inclinaciones que llevan a cometer el pecado mortal, cuando dijo;…”Yo no he venido para abolir, sino para dar cumplimiento”…Corrige Jesús al sintetizar la ley: anuncia la mala intención de las falsas interpretaciones contra Dios, son las del interés mundano, no son de Dios.

Porque la casta privilegiada del sanedrín la hacían intolerante y fastidiosa, por eso Jesús dijo;…” Atan cargas pesadas e insoportables y las ponen sobre las espaldas de la gente, pero ellos mismos ni con el dedo quieren moverlos”…Esta intención no es buena, es mala.

Lo primordial, principal y necesario es la comprensión, que plasma en el mandamiento del Señor, sea limpia y dispuesta, a la salvación.
Dios, dador de la vida, del alma y el cuerpo, vino a dar la forma de resolver la divergencia, por la que una persona priva de la vida a su prójimo como solución a un conflicto, en el tiempo de Jesús quien así obraba era llevado al tribunal a recibir su sentencia, pero había muchos, como ha habido siempre, en el que su deseo de venganza nada los detenía, ocultos a la sombra de la mala intención cometían el homicidio, entonces el punto a realizar, era alejar la atención del tribunal corrompido al que con sutileza compraban, y así dar apariencia de ser respetuosos de la vida, escondían la verdadera intención de sus actos, aquel que podía pagar la corrupción, lo hacia, por eso Jesús amplia la primera legislación que hoy conocemos y aprendimos en el quinto mandamiento: “No matarás” que reza en la ley.

Jesús ha venido para enseñarnos atajar este pecado al momento en que aparece en la mente. Los escribas y fariseos se vanagloriaban de ser los interpretadores únicos de la Ley, en su actitud muestra que estaban salvados, el pueblo aceptaba lo que escucha y ve, afirmando, van al camino del Reino de los Cielos.

Jesús se refiere con claridad a lo que ellos toman como su justicia, favorece a sus intereses, enseñar con vanidad y orgullo, es la actitud de que obran con mala intención, porque se apartan de la caridad, teniendo por cierto la justicia que por si mismos han hecho al escudarse: la ley lo manda, imponen con engaños lo que en ellos es su interés.
Jesús vino a encontrar la santidad de quienes creyeron en Él y en su palabra, acción que muestra la verdadera justicia de Dios, de la que estaban lejanos los escribas y fariseos.

Jesús se avoca a seis puntos, problemas, así como hoy estaban agudizados en Israel y en el mundo; el homicidio, adulterio, divorcio, juramento, ley del talión y el amor a los enemigos, refiriéndose al primero dijo;…”Porque Yo digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos”…Nuestro Señor, inicia su Cátedra, usando la misma formula de entrada para atraer la atención de la multitud, hablará de la ley, que la mayoría tiene conocimiento, por la costumbre de asistir en sábado a la sinagoga a escuchar; Jesús Maestro, al mismo tiempo da la contraposición, y en ese momento escuchan de Él el complemento de la doctrina, que muchas almas de diferentes siglos desearían haber estado en ese lugar, y atentos oír al Hijo de Dios legislar con toda autoridad al perfeccionar y completar la antigua Ley de Dios;…” Sabéis que se dijo a los antiguos: No matarás; y el que mataré será reo de juicio”…El acto es de condenación.

Dice San Agustín refiriéndose a la obra del Señor;…”La misericordia de mí Dios se anticipará”…Y así es, en la vida de cada ser humano, Jesús esta al lado del pecador, como estuvo en Israel, que a su muerte no creyó, y no reconoció a su Mesías, por el contrario lo rechazo, por ello el Señor se anticipa por su predicación el punto que destruye el amor divino, al privar la vida del prójimo.
Jesús legisla no solo los actos externos, sino las mismas facultades del alma,…” Mas Yo os digo: Todo aquel que se encoleriza contra su hermano, merece la condenación; quien dice a su hermano “racá” merece el sanedrín; quien le dice “necio” merece la gehena del fuego”…Bien es comprender la misericordia de Jesús, al mostrar en tres apartados el complemento que hace al mandamiento, cuando condena la cólera contra el hermano, algo que quizá no tenga sentido, pero lo tiene, pues es de un acto así, es de donde parte el animo del ser humano al homicidio, es el sentimiento de enojo muy grande y violento, porque descarga la ira contra el hermano, si se reprime a tiempo la cólera, se evitará, y tanto el alma ofensora como el ofendido quedaran a salvo de un acto malo.

Al referirse el Señor al hermano, no quiere decir el carnal, sino a todo hijo de Dios. Recapacitando en la inmensa cantidad de crímenes, todos han tenido un punto de donde inicio el acto, que encendió la pasión, la furia y la ira, que unidas inducen al ser humano a gobernar en él la cólera, obrara con malignidad.

Por eso el Señor legisla como un ilícito que merece la condenación eterna, porque despierta la pasión que induce a cometer el homicidio, por eso es grave decir al hermano “Raca” razón por el que será reo del concilio y habrá de comparecer ante el sanedrín, donde se ventilaban causas graves, semejantes a un homicidio, pero decirle al hermano; eres un necio, lo esta calificando de malvado, impío, maldito de Dios, estas exclamaciones de desprecio al hermano, es causa de ser enviado a la gehena, lugar donde se depositaban las inmundicias de la ciudad para ser quemadas, por eso se le dio el nombre de infierno.

El resultado de este mandamiento nuevo, esta en que un simple y sin valor aparente acto de ira, atrae la venganza de Dios, lo mejor como hijos de Dios es vivir en concordia y tranquilidad.

Así en este tiempo, como ha sido cada siglo, Jesús no se detiene en ello, al manifestar que su divinidad es perdonar, y en cada ser humano, imitar al Hijo de Dios, perdonando, a pesar del problema, pide Jesús reflexionar en su palabra y evitar la cólera, cuando dijo;…¡Que es mas fácil decir; “Tus pecados te son perdonados”…Te perdono, lo he olvidado, pero las maldiciones están a la orden del día, hay personas que su platica tiene el completo porcentaje de su conversación basada en maldiciones, solo le dan sentido a la maldición y bien se entienden, cuando se reclama la necesidad de corregir dicen: hoy así es la forma de expresarse, ¿Por qué me voy a reprimir? ¡Yo no me enojo! La realidad es otra, empiezan entre si a decirse maldiciones, una y otra vez, con insistencia, el empeño del pecador de decir las mas exaltadas imprecaciones contra el prójimo, es según eso mostrar su agresividad y valentía a los demás, hasta llegar al grado en que no se tolera la voz ofensora que cala y molesta la injuria que sube de tono, y se responde con agresiones mas hirientes, hasta llegar a la física, en este jaloneo, el que se ve perdido, se cobra con la vida del otro, agravando las cosas, cuando en condiciones normales se hubiera podido evitar como nos lo enseña Jesús;…”perdonar hasta setenta veces siete”…
La soberbia del hombre no escucha esta solución, el carácter humano cada vez mas explosivo, hombres y mujeres no toleran una contradicción, corrección, critica o comentario, porque al instante vuelcan una carretada de maldiciones e injurias, que al rato son homicidios, llegando el arrepentimiento demasiado tarde, bien se ve, que quien maneja la voluntad de tantas almas a estas condiciones es el demonio: tienta y empuja, por eso es en pocos la palabra de Cristo el centro de su existencia, y la guardan en su interior y la cumple aunque duela, porque perdonar es el camino del Señor, aclarando, perdonar no es cobardía, es acto de valentía.
Es de gran importancia al Señor el disgusto entre dos hermanos, dijo Jesús;…”Por tanto, si al llevar tu ofrenda al altar, te acuerdas allí que tu hermano tiene algo contra ti”…Tiene algo que reprocharte, sea culpa tuya o sin ella, el hecho esta en que ha habido una ofensa o discordia, tal es la misericordia de Dios, que muestra el celo porque sus hijos vivan en orden de vida, no importa tener que interrumpir el acto más sagrado de la religión, que es el Santo Sacrifico de la misa, para buscar la conciliación con el hermano, nuestro prójimo.

Teniendo en cuenta, que el que injuria es un deudor del injuriado. ¿Es posible reconciliarse con el injuriado? ¡Sí! Es hacer por el bien del alma, el propósito de no injuriar a nadie, que nos sacuda la magnitud de la misericordia de Dios, y conmovernos por la importancia que es para Él, que el ofensor de importancia a la conciliación de sus pecados.

Ha dispuesto Jesús;…” Deja tu ofrenda delante del altar y vete antes a reconciliarte con tu hermano, después vuelve y presenta tu ofrenda”…Quiere el Señor que las almas vivan en comprensión mutua, Dice San Agustín;…”Si ofendiste en algo al hermano, ve a reconciliarte, no con los pies del cuerpo, sino con el movimiento de ti espíritu, que te lleve a prosternarte ante el hermano en presencia de Aquel a quien debes ofrecer tu don”…El fiel cristiano, repasa las acciones del día, corrige sus malos hábitos, pero no lo es todo, pide el Señor que nuestra relación con el hermano ofendido, sea modificar, corregir, enmendar y remediar para que jamás vuelva a ocurrir.

Esto es confirmar el amor donde estuvo el punto de molestia en el corazón. Haz ofendido, en algo pequeño que molesto a tu hermano, pero para Jesús es evitar que el deudor vaya al tribunal, sino que busque el perdón y perdonar, evitando toda acción que conduzca al tribunal, evite el juicio y no se ejecute sentencia, por ello es mejor conciliarse con el hermano injuriado.

San Buenaventura da el camino que eleva el alma a las obras;….La fe alumbra para el conocimiento de Dios; y la caridad, inflama para la devoción…He aquí la verdadera intención del corazón.
hefelira@yahoo.com

 

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