REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
Vivir la bondad compasiva de Jesús

…”Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que no se apartan de Mí, y no tiene nada qué comer”… (Mc. 8, 2)
domingo, 5 de julio de 2015
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font

Reza la profecía del Rey David;…”El Señor es la fortaleza de su pueblo”…Predicción dispuesta por Dios, ha sido cumplida y continuara cumpliéndose a través de los siglos en cada alma, como garantía de salvación, la acción del Señor es continua y permanente en la vida del cristiano, en sus caminos de gozo y de tribulación, ira creciendo el bien que Dios ha creado en él, depositando por obra de su providencia, el bien y la gracia que protege el alma por Él creada, y está, con amor a su Señor lo guarda en su interior, porque la inclinación de Dios es hacer el bien a las almas justas y arrepentidas, y luchar por atraer el pecador pertinaz e incorregible y llevarlo a ;…Vivir la bondad compasiva de Jesús…Es ser comprendido el conocimiento de la perfecta alegría, firmeza en la fe y por consecuencia la seguridad y esperanza de ser escuchado y atraído en Cristo Nuestro Señor; por lo que es ilógico e inconcebible, que a pesar de mostrarse Jesús compasivo con el pecador, prive en este el temor al Señor, es su inclinación la que se apodera del alma pecadora, la aleja, porque el tentador oprime las entrañas del alma que se ha posesionado, no permite entienda o comprenda la naturaleza divina del perdón de Dios, no conviene al seductor de las almas caídas, se acerquen al corazón de Jesús, con el propósito de reconocer al Padre amoroso, por eso el demonio asecha al pecador, a no inclinar el rostro a la divinidad del Señor.

¿Cuesta mucho dejar de lado los prejuicios que llevan a la incredulidad? El alma que vive en gracia de Dios, piensa y cree que Cristo siempre ira en pos del alma que requiere del socorro de su fuerza espiritual, pero el alma asediada por el demonio, no lo ve así, porque no tiene fe, el arrepentido ve con fe que ha vencido su incredulidad por la Eucaristía, el Señor gozoso cumple la profecía de ser;…”la fortaleza de su pueblo”… Al recibir el alma en su intimidad a Dios, el beneficio de la riqueza espiritual por excelencia, obra de Cristo, instituido por Nuestro Señor en la última cena, es vivir del mayor bien venido de las alturas celestiales, donde el fiel cristiano participa del memorial y renovación del Sacrificio cruento de Cristo en el Calvario.

Refiriéndose San Agustín a ello, ahonda en el mas grande sacramento de la Iglesia, aleccionándonos a estar preparada el alma en condiciones espirituales para recibir a tan gran Señor, dice;…” Si quitas la palabra, (de Dios) no hay más que pan y vino; pronuncias la palabra, y ya hay otra cosa.

Y esa otra cosa, ¿Qué es? El cuerpo y la sangre de Cristo. Elimina pues, la palabra: no hay sino pan y vino; pronuncia la palabra y se produce el sacramento”… Cristo en el Calvario espera siempre este momento, cuando el Sacerdote revive la Pasión de Cristo en la Santa Misa, obra el acto para rememorar su Pasión, baja el Señor de la Gloria en cada celebración a vivir la razón de su obra redentora, que fue sufrir y padecer por las almas de todos siglos, no importa ser ignorado, viene a cumplir la profecía; dar y regalar la posibilidad de salvación que el pecador no debe olvidar.

El Señor repasa de cada corazón, su devoción y gozo al momento de la consagración del pan y el vino. Jesús, en su tiempo de peregrinación por el mundo, conoció lo profundo del pensamiento de quienes le escuchaban, si había o no aceptación a su palabra, así hoy también, ve en todo momento y mas en la Consagración, la realidad en los corazones, busca anhelante encontrar en el interior del alma la intensión limpia que viene a recibirlo, ya lo anuncia el Profeta Isaías, asistido por el Espíritu Santo;…”Y de entre las naciones no hay uno solo que me haya hecho compañía”…Su palabra la convierte en obra como la ha ofrecido cuando dijo;…”Bienaventurados los que tienen misericordia, porque para ellos habrá misericordia”…¡Sí habrá misericordia! Por eso ¿Qué piensa de su palabra amorosa quien se dice fiel a Cristo? ¿Qué podrá deducir en su interior el pecador qué no aprecia el valor espiritual del sentimiento de amor, que Cristo dispensa sin distinción del estado del alma? ¿Por qué no vislumbrar el sentimiento amoroso de Jesús hacia el pecador? Solo Jesús conoce como Padre, el pesar de cada hijo, por eso es magnánimo, porque espera a todos en el banquete de su boda todas las ocasiones que el alma lo desee.


¿Entonces por qué es difícil a nuestro corazón obrar con correspondencia a tan gran Señor? Debiera grabarse en el de todo fiel cristiano, el momento en que el Sacerdote después de la consagración, eleva la Hostia, es de fe, creer que el Señor nos ha permitido de su voluntad estar ante el acto cruento de su Crucifixión en el Calvario, y elevar el alma ante tan portentoso milagro venido de su misericordia, al convertir el pan en su cuerpo santísimo, y entregarlo en alimento de las almas.

Y cuando el Sacerdote, toma en sus manos el Cáliz, y lo eleva al cielo, así, de ser vino, por obra de Dios nuestra fe cree y acepta de corazón, que el Señor lo ha convertido en su preciosísima sangre, la misma que derramo en su muerte de Cruz.

Explica San Agustín;…”Una realidad en la que una cosa es lo que se ve y otra la que se entiende. Lo que se ve tiene forma corporal, lo que se entiende posee efecto espiritual”…Jesús ve corazones afligidos, desolados y agobiados por los reveces de sus pecados, inspira a encontrar en su misericordia la paz y la tranquilidad, anima a elevar su alma a buscar en Él su bondad compasiva, porque su corazón vive el dolor y la pena del hijo en desgracia; vive el sufrimiento de su alma en cada tropezón; vive la pena del padre ofendido y ultrajado por el hijo amado, así obramos contra nuestro redentor, ¿Cómo hacer para detener y reprimir tanta ofensa? Meditando en ello San Ambrosio infunde la necesidad de piedad y fervor;…”Sostenido Elías por el alimento que le dio el ángel, camino cuarenta días”… Continua;…”Mas vosotros, si os alimenta Jesús, marcharéis hasta llegar a la Patria que habitan los Santos”…
Jesús multiplicó en dos ocasiones los panes y los peces, ha diferencia de la primera, los Apóstoles tomaron la iniciativa, en este ocasión el Señor muestra una vez mas, que en Él es de donde nace la apasionada compasión, tierna y suave.

Toma la iniciativa de alimentar la muchedumbre, apreciemos en este prodigio, como el Señor desde el primer milagro va preparando el camino hasta llegar a la última cena, donde instituye la Sagrada Eucaristía.

Narra el evangelista;…” En aquel tiempo, como hubiese de nuevo una gran muchedumbre, y que no tenía que comer, llamó a sus discípulos, y les dijo”…Celebra concilio el Señor, dio su lugar a los discípulos y escuchar sus pensamientos.

Jesús, vio la muchedumbre, y al instante descubre que no tiene alimento. ¿Cómo es que una muchedumbre de cuatro mil hombres, mas las mujeres y los niños no tenían alimento? Para entender es necesario tener fe, quien carece de ella, criticará lo que no entiende, la razón de este hecho esta, en que esa multitud escuchaba a Jesús con verdadero deseo, abstraída por su predicación, recordemos, la muchedumbre no ve a un hombre, ve algo superior, y en el silencio de su corazón dice: Es Dios quien habla.

Jesús viendo su interés los mantuvo, alimentando su corazón que no reclamo su estomago. La multitud agradece a Jesús los favores espirituales recibidos, de sus divinos labios, cautivada no vino a su mente retirarse, se mantuvieron en contemplación de la doctrina que les enseñaba, por eso no lo abandonaron, y continuaron, nadie se movió, fueron terminando sus alimentos y no hubo protestas, ni reclamos o molestias, todos con disposición acompañaron a Jesús.
La indulgencia generosa de Jesús, la manifiesta en todo su esplendor, cuando dijo;…” Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que no se aparta de Mí, y no tiene nada qué comer”…Es la compasión de Jesús la señal primordial por el que se distingue del ser y de la vida de Cristo, conociendo su obra desde su nacimiento en el mundo, hasta el patíbulo de la Cruz, fue, es y continuará siendo incansable e inagotable acto de compasión, por el bien de salvación.

Jesús siendo Hijo de Dios, bajo de la gloria eterna por amor a su Padre, con el propósito de que accediéramos con Él, dice San Pablo;…”Lleguémonos confiadamente al trono de la gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos en el tiempo oportuno”… ¿Por qué no dar la confianza a Dios, cuando se le da a cualquier humano que termina por ser un engañador? La confianza que encontramos en Jesús no tiene limites, es nuestro Padre, es quien nos dio la vida del alma y del cuerpo a través de nuestros Padres, como Dios tiene puesta la vista en todo lo que hacemos, sea bueno o que malo, al venir al mundo se vistió de nuestro cuerpo, de este cuerpo que es fácil presa de sus miserias, mezquino, cicatero y avaro cuando de Dios se trata, Jesús, siendo Dios y hombre nos enseño a dominarlo, viviendo nuestras miserias, menos el pecado.

El amor que Cristo Nuestro Señor por los pecadores, es rechazado por estos, puede mas en ellos aferrarse a la dureza, sequedad y rigor del corazón, que acceder a su misericordia; quien es fiel a Cristo, obra en él la fe, reconoce que el amor de Dios es pasión, el alma arraigada en la fe, llega al punto de despreciar todo acto que sea causa y motivo de ofenderlo, se obtiene el gozo de ser amado sin merecerlo.
Entera el Señor a los discípulos la problemática esperando le soliciten un milagro, por falta de alimentos, quiso conocer sus opiniones, y ver si se proponía una solución, Jesús ha dado razones claras, cuando dijo;…” Si los despido en ayunas a sus casas, les van a faltar las fuerzas en el camino, porque los hay que han venido de lejos”…Esta en Jesús su compasión, no quiere despedirlos, por su misericordia no lo desea, ve que en su rostro se refleja la debilidad, en esas condiciones caminar por lugares pesados, sea subida o baja, se fatigaran y podrían morir.
,…” Dijeronle sus discípulos: ¿Cómo será posible aquí, en un desierto, saciarlos con pan?”…
Los discípulos escucharon al Señor y no contradijeron sus deseos, pero obran viendo las cosas que Jesús les pide, como lo hace la gente del mundo.

No reaccionaron, obran como cuando el Señor pidió echaran la red, y obedecieron, después no encontraban la forma de mantener a flote las barcas cargadas de peces; se olvidaron cuando la tempestad esta a punto de hundir la barca de Pedro, y despertaron a Jesús asustados diciendo;…” ¡Señor sálvanos que nos perdemos!”…Podían haber pedido a su Maestro obrará el milagro anterior, pero se olvidaron, es de entender que faltaba mucho para deducir porque Jesús preguntaba, pudo reprenderlos por su poca fe, o decir ¿Dónde esta su memoria? Y apremiarlos con justa razón su desconfianza en Él, no lo hizo, para enseñarnos con ello, a no molestarnos de los que teniendo poco conocimiento o capacidad de inteligencia no pueden responder a lo que se ocupa, sino de nuestra parte paciencia por comprenderlos.
En vista de no encontrar respuesta, bien sabía Jesús lo que tenia que hacer.

…” Les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Respondieron: siete”… Dijera alguno de los discípulos en el milagro anterior;…” ¿Pero que es esto para tanta gente?”… Llevado ante Jesús lo reunido, no recordaron este proceso similar que habían vivido, pero ellos ven la poquedad de alimentos, y hasta se preguntarían, ¿Cómo va hacer el Maestro para alimentar a tanta gente? Mejor hubiera sido enviarlos a la población más cercana a comprar su alimento.

Jesús conforme con los alimentos que ha recibido dice el evangelista;…” Y mandó que la gente se sentase en el suelo; tomó, entonces, los siete panes, dio gracias, los partió y los dio a sus discípulos, para que ellos los sirviesen; y los sirvieron a la gente”…Entrega a los discípulos, y estos reparten de su propia mano, así no olviden que siempre habrá de atenderse el deseo de Dios.

Los panes que quedan ante Jesús, conforme los bendice se multiplican una y otra vez, es la mano de Dios, que creo el mundo, la que alimenta a los seres creados por Él.

Dice San Beda;…”La división de los siete panes, representa la apertura de las fuentes de la gracia, que son los siete sacramentos. La acción de gracias de Jesús significa el gozo que le proviene de la refección espiritual de la humanidad.

Que diese los panes a los Apóstoles para que los distribuyesen, manifiesta que dará siempre la gracia y la ciencia a sus apóstoles y predicadores, para que jamás les falté a los hombres el alimento de la vida espiritual”…
…”Tenían también algunos pececillos; los bendijo, y dijo que los sirviesen también”…Los discípulos admiran la grandeza del milagro: la palabra de Dios y el pan de las almas;…” Comieron hasta saciarse, y recogieron siete canastos de pedazos que sobraron”…La gracia de Dios no tiene limites, llega a todos, la razón esta en que Jesús no quiere que ninguno perezca, quiere que se salven.

Analizando a la multitud y desmenuzando la palabra de Jesús, comprendemos; Que la gente que forma esta muchedumbre vienen de lejanas regiones, ello se refiere a los pecadores alejados de Dios; son también los que vienen de los lugares inmediatos a Jesús; los enfermos de debilidad, de voluntad, como los sanos por su libertad; hombres, mujeres y niños, todos sin excepción encuentran en el desierto de la vida, la abundancia del pan del espíritu que Jesús entrega como el tesoro de su misericordia y de su poder.…” Eran alrededor de cuatro mil.

Y los despidió”…
De donde entendemos que el profeta David, hablando no de los pecados contra la ley, sino de la falta de fe y confianza en el Señor, dice;…”Porque no creyeron a Dios, ni confiaron en su auxilio”…La fe es necesidad para el alma de todo ser humano, de faltar, viene como resultado una cascada de pecados, al carecer del bien de la fe, nada hay que detenga los impulsos del pecador que vive la libertad en el libertinaje; pero si se corrigen los hábitos y las costumbres, el corazón con humildad sublime busca anhelante vivir la bondad compasiva de Jesús.
hefelira@yahoo.com

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Columnas Anteriores