Rosa Elena González Hdz.

¿Qué estará pasando  realmente?

Como dijera un personaje de EUGENIO DERBEZ, ”qué alguien nos explique” qué es lo que realmente está pasando con la devaluación del peso, nada detiene el desplome de nuestra moneda que va en caída libre y, al parecer, sin red de protección.
Más explicaciones seguramente exigirán los empresarios fronterizos que ven como la desventaja crece y poco apoco, con el aumento del dólar, se pierde el poder adquisitivo de la gente que gana en pesos y ellos perderán clientes y se acabarán empleos, ya como daño colateral, es una situación que puede contribuir a que quienes no tengan para alimentar a sus familias puedan caer en las garras del mal.
El dólar sigue subiendo y lo peor es que no hay nadie que de perdido emule a JOSE LOPEZ PORTILLO quien un 17 de agosto de 1981 dijo, “defenderé el peso como un perro”, lo dijo con tanta enjundia que hasta el pueblo le aplaudió, pero el entusiasmo duró poco, seis meses para ser exactos, porque un 17 de febrero de 1982 se registró la devaluación más grande de la historia, el peso cayó frente al dólar de manera estrepitosa y los aplausos se convirtieron en reclamos para el entonces mandatario nacional y sus estadistas que no habían tenido la capacidad de lograr lo que con tanto ímpetu se había gritado.
En aquellos tiempos la gente no entendía lo que sucedía porque el golpe fue fuerte, nuestra moneda mexicana se devaluaba, el dólar subía de 22 a 70 pesos de aquel entonces, antes de que nos quitaran hasta los ceros y disminuyeran las cantidades, que ahora serían 220 a 700 pesos por dólar, era como si se hubiera muerto el perro que defendería con fiereza el peso mexicano.
Ahora estamos igual, el dólar sube y sube, y el peso baja y baja su poder adquisitivo, 17 pesos por dólar y los pronósticos es que llegue a 20, lo peor es que ahora nadie prometió defender nuestra moneda como un perro.
Con LOPEZ PORTILLO se disparó la moneda estadounidense, el poder adquisitivo de nuestra moneda quedó reducido porque se retiró el Banco de México del mercado de cambios, el gobierno se vio forzado a declararse en moratoria de pagos y tuvo que devaluar, el impacto fue fuerte, pero había un motivo aparente para esa devaluación, el caso es que ahora nadie da explicaciones convincentes.
Tampoco se habla de propuesta alguna para estabilizar nuestra moneda, nadie dice nada, ¿será que hay un interés en que se deprecie tanto nuestra moneda ante el dólar?, ojalá no, sería muy lamentable para los mexicanos que después de una gran devaluación resultara que se ofertan los recursos naturales como el petróleo y nuestro espacio aéreo, territorio y mar sea invadido, bueno, más y libremente.
En la administración de LOPEZ PORTILLO, después de la devaluación, se implementaron acciones tratando de callar la multitud enardecida que le pedía cuentas al presidente, se giraron instrucciones para que se disminuyera el gasto público, alegaron que sería en las altas esferas, gastos de representación y viáticos de las luminarias, pero al final de cuentas se redujeron también las obras y apoyos comunitarios, amén de presupuestos para los Estados, también se impusieron más controles a la importación, se subieron los precios y tarifas públicas y elevaron las tasas de interés.
LOPEZ PORTILLO también decretó un alza general de sueldos y salarios del 10, 20 y 30% que elevó los costos de producción, se compraron dólares y los acreedores del gobierno dejaron de renovar sus créditos, pero hoy tampoco se dice nada de aumentos salariales, ni de una medida para corregir ese problema.
Cuando FELIPE CALDERON tuvo un aumento al dólar, en la administración panista anterior, se aplicaron estrategias para estabilizar nuestra moneda, se utilizaron reservas para que el peso no perdiera más valor adquisitivo, hoy parece a nadie le interesa detener la debacle, lo peor es la deuda externa que aumenta, que ahora será mucho más grande y nuevamente la pregunta, ¿habrá intereses?, porque la verdad no se cree que no se previera o no se tenga capacidad para estabilizar el dólar, lo que sobran en esta administración son muy buenos estadistas, entonces ¿qué está pasando realmente?
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