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Detrás de la cuarta pared

Cuatro invitaciones han sido enviadas a seres disímbolos, quienes llegan a una habitación donde sus martirios son tensados por el mismo hilo: la pulsión de muerte.
sábado, 1 de agosto de 2015
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MÉXICO, D.F., agosto 1 (EL UNIVERSAL).- Cuatro invitaciones han sido enviadas a seres disímbolos, quienes llegan a una habitación donde sus martirios son tensados por el mismo hilo: la pulsión de muerte.


Isaac el anarquista, interpretado por Hector Berzunza, lleva consigo una bomba y el odio acumulado por la desaparición de sus padres, activistas que sobrevivieron al movimiento estudiantil del 68 pero no a los oscuros orquestadores detrás del gobierno.


“No había estado en teatro en ‘depas’ y siempre es sentirte un poco más en la cuerda floja, que es lo que yo disfruto de actuar”, dice Berzunza, quien logra transmitir el vértigo perturbado de Isaac en la obra “¿Quién encendió la llama?”.


Karla Reyes Galván interpreta a Ruth, quien cree llegar a un grupo de autoayuda en el que se realizará un suicidio masivo; poco a poco sus deseos de morir serán convertidos en una esperanza de vida pueril que será rota por las circunstancias.


“Es un personaje maravilloso que tiene muchos matices, siempre está en contraimpulso, en pelea contra ella misma. Ruth tiene una enfermedad de ansiedad y hasta al psiquiatra fui a dar para entender esas cosas”, menciona Karla, quien incluso asistió a un club de optimismo para reforzar su personaje.


En el fondo de la habitación un hombre de traje parece saber los motivos por los cuales todos están reunidos, pero decide callar hasta el momento justo de revelar la proximidad de la fatalidad: es Abraham, el profeta, interpretado por José Ramón Berganza.


Como una casualidad, la actriz Sofía (Fatima Favela) llega para hacer casting en una película; ella no desea morir y su belleza parece abrirle las puertas del éxito, pero la banalidad le ha cobrado factura a su alma.


“Creo que es un elenco contundente que entiende bien la obra y la lleva a niveles poderosos, logran distintos matices y profundizan sus personajes”, agrega Xavier Villanova, autor de la obra.


De a poco la reunión se va transformando en un aquelarre demencial, donde los espectadores son partícipes de la destrucción de estos seres por una fuerza mayor a ellos, mientras se preguntan “¿Quién encendió la llama?”.




EL UNIVERSAL

 

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