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Marido y mujer se demandan mutuamente

Jesús Erasmo Vázquez Borrego, en la oficina de Mediación, exponiendo su caso.
La pareja se encuentra enfrascada en un verdadero lío, ya existen tres demandas, dos de la dama y una del hombre.
miércoles, 19 de agosto de 2015
Por: Gilberto González A.
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LA PRENSA / Reporte,

CD. RÍO BRAVO, Tamps.-

Guerras de fuerzas en ver quién puede más, siendo una pareja que convivieron por un lapso de diez años, procreando en ese tiempo tres menores de edad, teniendo un años de su separación y ahora la pareja se encuentra enfrascada en un verdadero lío, ya existen tres demandas, dos de la dama y una del hombre.
Ana Laura Luna López, de 27 años de edad y domiciliada en la calle América del Sur sin número de la colonia Las Américas, es la dama que inicialmente dio paso a demandar a su ex pareja por el delito de abandono de obligaciones alimenticias, siendo citado su ex cónyuge y firmar un convenio por la cantidad de trescientos cincuenta pesos por semana, para la manutención de sus vástagos.
Jesús Erasmo Vázquez Borrego, quien puede ser localizado en la calle Triunfo No. 108-A de la colonia Emilio Martínez Manautou, cumplía cabalmente con lo estipulado en el convenio, y al momento de visitar a sus hijos, éstos le daban la queja de que su madre los maltrataba mucho y que mejor preferían irse a vivir con él, optando por llevarse a sus tres hijos sin el consentimiento de la madre.
Siendo acusado del delito de sustracción de menores, para de nueva cuenta Vázquez Borrego interponer una denuncia ante el CADIF por el delito de maltrato a los niños, argumentando en su haber que los menores viven atemorizados a tantos golpes sufridos a manos de su señora madre, teniendo como prueba las declaraciones del sicólogo que trató a los niños en su momento, por lo que dentro del Centro de Mediación de la Procuraduría de Justicia del Estado, se está ventilando este caso.
Tal pareciese que la guerra entre esta pareja, está en ver quién interpone más demandas, una contra el otro o viceversa, resultando los menores de edad los únicos afectados, ya que por no cumplir con la edad, deben vivir bajo el techo de los padres, culpándose uno al otro de las actitudes de ellos mismos.

 

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