El fiscal del Distrito Federal, Rodolfo Ríos Garza (c), habla, este 30 de agosto de 2015, durante una rueda de prensa donde informó de la detención de un expolicía de 24 años por su presunta implicación en el homicidio del fotoperiodista Rubén Espinosa y cuatro mujeres en un domicilio de la capital de México el pasado 31 de julio. EFE

Ello a pesar de la detención este domingo por su presunta implicación en el crimen de Abraham Torres, un expolicía del Distrito Federal de 24 años con antecedentes penales por tortura; el segundo arrestado en el caso después de Daniel Pacheco, que cuenta con un historial de violación y lesiones.

"El automóvil en el que llegaron, la manera como él (Pacheco) llegó, las actividades que desplegaron adentro... sigue habiendo muchas inconsistencias y preferiríamos tener la información clara y precisa", dijo a una emisora local el abogado de los familiares de Espinosa, Leopoldo Maldonado.

Para el letrado, que pidió acceder a la averiguación previa más reciente para opinar sobre la detención del expolicía, uno de los mayores problemas es que se ha tomado como válida, y filtrada a los medios, cierta información del testimonio de Pacheco, mientras que el resto "se desdeña".

"Se filtran algunas cuestiones y otras no. (...) Nos parece muy importante que si la fiscalía tiene que hacer pública información, dé toda la información", puntualizó Maldonado, quien instó a evitar juicios paralelos.

Y es que desde que se descubrieron los cuerpos de Espinosa y las cuatro mujeres en un domicilio de un barrio de clase media de la capital, con el tiro de gracia y signos de tortura, se han publicado muchas versiones de los hechos, la mayoría por parte de medios de comunicación citando fuentes de la fiscalía capitalina.

Una de ellas es que, a tenor de la declaración de Pacheco ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), este llegó acompañado de otras dos personas y mantuvo relaciones sexuales consentidas con una de las víctimas.

"Del expediente pericial no se desprende que alguna de las víctimas haya sostenido relaciones sexuales de forma consentida o sin consentimiento", afirmó la abogada de la familia de Vera, Karla Michel Salas.

La identidad de la colombiana Mile Virginia, una de las víctimas, su llegada a México y su profesión han sido objeto de especulaciones desde el momento que se dio a conocer la presencia de una extranjera entre los muertos.

"Artículo 19 hace un enérgico llamado a las autoridades ministeriales a detener las filtraciones que se realizan a medios de comunicación, y que sólo han revictimizado, estigmatizado y criminalizado a las víctimas del múltiple homicidio", manifestó hoy esta organización defensora de la libertad de expresión.

El procurador capitalino, Rodolfo Ríos, reiteró hoy que siguen abiertas todas las líneas de investigación, que incluyen el robo, el feminicidio o el crimen relacionado con la labor informativa de Espinosa y el activismo de Vera.

Tanto Vera como Espinosa se habían refugiado en la capital mexicana tras recibir amenazas y hostigamientos en el estado de Veracruz, el más peligroso del país para ejercer el periodismo con 15 asesinatos desde que el gobernador Javier Duarte llegó al poder en 2010.

Presionado por la opinión pública, Duarte declaró este mes ante la fiscalía capitalina y se deslindó del caso. También han rendido su testimonio otros funcionarios del estado, incluido el secretario de Seguridad Pública.

Más de 725.000 personas han firmado una petición internacional para exigir al presidente de México, Enrique Peña Nieto, una investigación "integral" del caso.

A principios de agosto, en la Ciudad de México entró en vigor una ley para la protección de periodistas y defensores de derechos humanos, que incluye la puesta en marcha de un consejo consultivo y un fondo de protección integral, entre otras medidas.

En el evento encabezado por el alcalde capitalino, Miguel Ángel Mancera, el director de Artículo 19 en México, Darío Ramírez, destacó que 70 periodistas han buscado refugio en Ciudad de México tras recibir amenazas en otros estados.

"El miedo era real, como es real el miedo que sienten muchos colegas desplazados", señaló citando el caso de Espinosa y Vera.
A un mes del suceso las autoridades no han aclarado el móvil del crimen.

De momento, prácticamente lo único en que coinciden fiscalía, testigos y abogados es en la hora en qué acontecieron los hechos.

Tres sujetos entraron dentro del edificio sobre las 14.15 hora local (19.15 GMT) para salir pasadas las 15.00 horas (20.00 GMT), tal y como quedó registrado en una cámara de vigilancia cercana.

En un principio se habló de que los asesinos y las víctimas habían estado conviviendo toda la noche, en una fiesta que podría haber incluido bebidas y sustancias estupefacientes, pero con el paso de las horas dicha versión se fue cayendo.