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Veracruz: Guerra entre cárteles deja 500 muertos

Las organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico se disputan, desde 2011 a la fecha, el control de diversas regiones del estado de Veracruz
viernes, 4 de septiembre de 2015
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MÉXICO, D.F., septiembre 4 (EL UNIVERSAL).- Las organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico se disputan, desde 2011 a la fecha, el control de diversas regiones del estado de Veracruz para el trasiego de drogas, el cobro de derecho de piso a comerciantes, restauranteros, empresarios e industriales y para fortalecer la industria del secuestro.


Al finalizar el sexenio de Fidel Herrera Beltrán (2004-2010) —según documentos de inteligencia de dependencias de seguridad, áreas castrenses, navales y de seguridad nacional a los que tuvo acceso EL UNIVERSAL—, la delincuencia mantenía el control absoluto en las siete regiones más importantes de la entidad.


Pero a mediados de 2011 incursionó en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río (el área turística por excelencia) el grupo delictivo identificado como Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) “con la pretensión de desplazar al grupo del control de la plaza”.

A partir de entonces, el mapa delincuencial se modificó.
Con ejecuciones y enfrentamientos armados, Jalisco Nueva Generación arrebataron dos regiones y mantienen diezmada la fuerza en cuatro zonas más.

A la par de la incursión de otros grupos delictivos, las fuerzas federales, de manera conjunta con el gobierno estatal, pusieron en marcha el operativo especial de combate a la delincuencia Veracruz Seguro.


Entre sus primeras acciones figura la desaparición de las policías municipales e intermunicipales “que habían sido penetradas” por la delincuencia organizada, según se desprende del informe sobre la evolución del combate a los grupos delictivos del estado de Veracruz.


La policías intermunicipales de Veracruz-Boca del Río, de Xalapa-Banderilla-Tlalnehuayocan y de Poza Rica-Tiahutlán desaparecieron y sus más de dos mil agentes fueron despedidos por pérdida de confianza.


La pelea de los grupos criminales y el combate del Estado en su contra, durante 2011 a 2015, ha dejado una estela de sangre con 502 abatidos y la detención de mil 6 personas presuntamente vinculadas con la delincuencia organizada.


“La acción de los cuerpos de seguridad del estado ha propiciado que se encuentren fragmentados y en proceso de extinción”, señalan los informes de áreas estratégicas.

Y establecen que el Estado logró recuperar el territorio que estaba en sus manos y encapsuló sus operaciones a reductos muy específicos.



En 2011, las áreas de inteligencia de distintas dependencias y organismos, como el Consejo Nacional de Seguridad Pública, las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, detectaron la presencia en las siete regiones principales de Veracruz.


En la zona norte, el antiguo brazo armado mantenía presencia en Pánuco, El Higo, Tempoal y Tantoyuca, en los límites con Tamaulipas, así como en la zona petrolera de Poza Rica y Papantla.


El poderío se extendía a la región montañosa y costera de Martínez de la Torre y Vega de Alatorre; a la zona industrial de Córdoba-Orizaba; a la región turística de Veracruz-Boca del Río; a la Cuenca del Papaloapan, con todo y sus zonas agrícolas y ganaderas de Cosamaloapan y en la región petrolera por excelencia de Coatzacoalcos y Minatitlán.


Cuatro años después, la zona conurbada y turística de Veracruz y Boca del Río se sacudió, pero tiene presencia de integrantes del CJNG, cuyo jefe de plaza —según aparatos de inteligencia— es un hombre apodado “El Comandante Chiquito”.


Ahora tienen presencia en los municipios del norte (límites con Tamaulipas) de Pánuco, El Higo, Tempoal y Tantoyuca.
Bajo el liderazgo del jefe regional Pascual Sandoval Ortiz, “El Picoreta”, mantiene bajo su yugo Poza Rica —donde recientemente entró en funciones el Mando Único—, la zona montañosa central de Córdoba y Orizaba, la Cuenca del Papaloapan y el puerto de Coatzacoalcos.


La estructura criminal de ese grupo delincuencial está liderada por “El Picoreta”, quien es jefe regional en Veracruz, Tabasco y Chiapas; y sus hombres de confianza “El Portafolio” y “El Pájaro”, a quien se identifica como su operador financiero.

Como jefes de plaza, los grupos especiales de inteligencia ubican a “El 500” o “El 512”, quien presuntamente domina la región de Palma Sola hasta Tuxpan; y a Darío, alias “El Chilero”, quien fue escolta del extinto líder, Heriberto Lazcano, quien tiene bajo su mando Poza Rica.


Aunque tienen presencia en Córdoba y Orizaba, desde hace cuatro meses comenzó una lucha interna que repuntó el número de ejecutados en esa región; hace dos semanas fueron asesinados el jefe de plaza, José Márquez Balderas, “El Chichi”, y el segundo al mando Felipe Santana Hernández, “El Felino”.


En esa zona, los reportes de inteligencia dan cuenta que el CJNG y el Cártel de Sinaloa iniciaron una limpieza de líderes.
Las fuerzas del estado también han dado importantes golpes a ese grupo criminal.

Hasta el momento, se contabilizan 45 jefes de plaza y 13 operadores financieros detenidos, así como 16 jefes de plaza muertos.
En total, suman cuatro años de una lucha para expulsar a los zetas de tierra veracruzana, grupo delictivo que en el sexenio pasado operó de manera impune.




EL UNIVERSAL

 

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